Incrementos tienen su origen en condiciones geopolíticas globales desfavorables cuyas consecuencias se ven agravadas por factores locales como los efectos aún percibidos del prolongado conflicto en Puerto Coronel.
Malas noticias para el comercio internacional son las que provienen del mercado global, dado que se pronostica que, para los próximos meses, las tarifas de transporte de carga marítima seguirán su tendencia al alza.
De acuerdo a lo informado por las compañías navieras, las tarifas de los fletes marítimos seguirán subiendo con inevitables efectos en los precios con que estas mercancías llegarán a los consumidores finales, empujando la inflación hacia arriba.
Algunos de los factores que explican este aumento y sus consecuencias -de las cuales la región del Biobío no está exenta- son los actuales conflictos en el Mar Rojo y el Canal de Suez, además de nuevas normativas para las emisiones de carbono impuestas por la Unión Europea (UE).
Esta situación se visualiza en los datos informados desde la Asociación de Industrias Metalúrgicas Metalmecánicas (Asimet), cuyo presidente Fernando García Luraschi comentó hace unos días que, por ejemplo, que “en marzo, la tarifa desde China a puertos chilenos se mantuvo en aproximadamente US$2.500 por contenedor de 12 metros, y fue aumentando en abril a US$4.000, llegando en la actualidad a los US$7.000 por unidad. Un alza del 180%”.
Los viajes prolongados, junto con la congestión portuaria, han provocado que muchos contenedores no regresen, generando una escasez de estas unidades y provocando que los precios se disparen, afirmó.
Costo de exportar
Desde Asexma Biobío, su gerente general Alfredo Meneses Olave sostuvo que “las causas no están al alcance de nuestro país y, en esta situación, economías como la nuestra claramente se ven afectadas, dado que las exportaciones se hacen más caras, y además, quienes pueden asumir mejor esos mayores costos son las grandes compañías o conglomerados que les pueden hacer frente, no así las empresas pequeñas y medianas, para las cuales, es muy complejo poder traspasar estos costos y, evidentemente que eso va en detrimento del negocio mismo”.
Si lo llevamos específicamente a nuestra región, continuó el representante gremial, “éste es otro efecto negativo que se suma a la paralización importante que hubo en el puerto de Coronel y el consecuente redireccionamiento de las cargas. Hoy día, el tratar de volver a la normalidad, requiere también una puesta en marcha y todo eso acumula costos y hace que el negocio del comercio internacional sea bastante más complejo”.
En cuanto a áreas productivas más o menos impactadas, Meneses sostuvo que “todos los sectores se ven perjudicados por esta situación, y por tanto, en general, este aumento sostenido en los fletes navieros no es una buena noticia para nuestro comercio exterior”.
Alfredo Meneses Olave, gerente general Asexma
Importaciones y sacrificios de gestión
Es una situación que es vista con cautela por los expertos. El académico de la Facultad de Economía y Negocios de la U. del Desarrollo, Carlos Smith Clavería explicó que “los recorridos más largos hacen que los costos suban, es un problema de que las rutas cambian y, por lo tanto, los costos aumentan y ahí no tenemos mucho que hacer”.
Para el economista, también hay otros factores que agravan esta situación como, lo que está pasando con muchos productos chinos que están teniendo sobrestock y, por distintas razones como una menor demanda interna o por ciertas restricciones que les han impuesto en algunos países, por ejemplo, a los paneles fotovoltaicos, tratan de vender en otros lugares produciendo un aumento de flujo a nivel internacional, aumentando la demanda y, en consecuencia, también los precios”.
Para un mercado como el nuestro con una alta tasa de importaciones desde países orientales, la situación es aún más perjudicial, pues, “importar está más caro que exportar, y en Chile importamos más del 70% de los bienes que consumimos y es muy difícil para las empresas no traspasar estos incrementos a los consumidores, sabiendo que subir sus precios genera un impacto también, así es que tratan de regular sus márgenes, sacrifican algo de ganancia, pero después llega un punto en que no hay opción y ése es un gran problema para todos”:
“La única forma de paliar de a poco estos efectos”, advirtió el economista, “es mediante la eficiencia, mirar otras ineficiencias que podría haber dentro de la empresa, que les permitan compensar de alguna manera el aumento de costos por un lado con una baja de costos por otro, y eso puede ser peligroso en términos de empleo, por ejemplo”.
