Algo más de dos años tiene ‘Mi Gallo', una empresa familiar hualquina que se ha enfocado en la producción de huevos y está en franco crecimiento.
En plena pandemia, nació en el sector de Campo Santo de la comuna de Hualqui la avícola ‘Mi Gallo', liderada por Katherine Heggie Cabezas y su pareja, ambos ingenieros comerciales. Comenzaron con 200 gallinas y la demanda por sus productos sólo ha ido en aumento y ya cuentan con 500 y para octubre de este año, proyectan dar el salto hasta las 1.500.
Esto es muy congruente con el crecimiento sostenido de este mercado según las cifras del INE que a enero recién pasado registraba un aumento interanual de 4,2% En diciembre de 2023, la producción de huevos para consumo en Chile experimentó una expansión interanual del 6,7%, pasando de 317.933.637 a 339.250.539 unidades.
Actualmente, su producción avícola llega a 450 huevos diarios lo que les permite satisfacer la demanda que han encontrado en su propia comuna, además de Concepción, Chiguayante, Talcahuano y Hualpén, donde distribuyen dos días a la semana. “Nosotros nos encargamos de alimentar a las pollitas, dos veces al día y de ir recogiendo los huevos. Luego de que los huevitos se recogen, los pesamos para clasificarlos en pequeños, medianos o grandes y luego los preparamos para la venta”, explica Katherine.
Aunque aún no han tenido la necesidad de contratar otras personas, esto sí deberá ocurrir a medida que aumenten la producción. En esa misma línea, otro desafío que deberán sortear será la supervisión sanitaria, ya que, a partir de las 500 unidades, deben contar con una inspección y certificación de parte del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). “Pero por el momento podemos estar los dos, cumpliendo bien con la producción y la venta también porque él se encarga del bienestar de las pollitas, y yo de todo lo que tienen que ver con el marketing, de que toda la producción se venda, de la comunicación con los clientes y de entregar los huevitos al final”.
EL CAMPO: SUEÑO Y OPORTUNIDAD
Hasta el momento, ‘Mi Gallo' cuenta con dos canales de contacto: Instagram y WhatsApp. “Nuestro sello es vender huevos de gallinas libres. Todas nuestras gallinas son libres de jaulas”, explicó Katherine. “Yo he vivido toda mi vida en el campo, fui criada por mis abuelos y, de hecho, el nombre de la avícola hace alusión a mi abuelo, que es como si fuera mi papá. A él le decía ‘mi gallo', por eso se llama así la avícola y mi abuelo fue el que siempre me inculcó los negocios, por eso yo estudié ingeniería comercial y mi idea siempre fue tener un emprendimiento o un negocio acá el campo, porque siempre quise quedarme acá y no irme a la ciudad como la mayoría de mis compañeros que trabajan en alguna empresa, encerrados en una oficina”.
“Mi pareja”, detalló, “va por la misma línea, porque llegó y se enamoró del campo y ahora estamos trabajando los dos en nuestro propio emprendimiento familiar y, a pesar de que, al principio yo tenía miedo de que no se vendieran los huevos, decía ‘450 huevos diarios, ¿qué voy a hacer con tantos?'. Y, la verdad es que ha sido increíble, gracias a las redes sociales, especialmente en Instagram, ha llegado muchísima gente”.
Sus conocimientos de marketing le ha servido para mantener un crecimiento constante y detectar las oportunidades. Por ejemplo, la publicidad contratada en Meta les ha permitido un posicionamiento importante en las comunas de su cobertura en que reparten martes y viernes. “Desde que se producen”, enfatizó Katherine, “hasta que llegan al comprador final, no pasan más de 3 a 4 días, porque no hay intermediarios entre nosotros y el consumidor”.
ECOSISTEMA ABIERTO PARA EMPRENDER
Un fondo de Capital Semilla de Sercotec fue uno de los primeros apoyos con los que contó este emprendimiento en sus inicios, lo que les obligó a formalizarse ante el SII, emitiendo boletas o facturas, de acuerdo los requerimientos de sus clientes lo que les ha permitido aprovechar el dinamismo positivo del mercado, por ejemplo de producción avícola. “Ha habido un crecimiento del consumo del huevo y también un aumento en los precios, sobre todo después de la influenza aviar que a nosotros no nos ha afectado, pero que hizo que grandes avícolas que había en la zona tuvieran que cerrar, porque la oferta decayó mucho”.
En este sentido, con la colaboración de otras instituciones como INDAP, aún identifican oportunidades de crecimiento. “Por la buena recepción que hemos tenido”, enfatizó, “nos hemos estado quedando sin stock y por eso, aumentaremos la producción hacia fines de año. Este será nuestro próximo desafío”.
El negocio familiar se complementa con otros productos. “Mi hermana”, explicó la emprendedora, “produce mantequillas de maní de distintas variedades y granola, y mi papá vende miel que la produce acá en el campo también y vinagre natural de manzana que también lo produce él. “Los clientes de los huevos”, detalló, “son más bien unos clientes parecidos, entonces aprovechan ahí de encargar también”. Nuestros productos son locales, frescos que lo entregamos desde que se produce en directo a las casas”.
A partir de su experiencia, en nuestra región, están las oportunidades para emprender. “El ecosistema es amigable, en Concepción no hay tanta competencia porque la hay, pero el mercado de producción avícola está muy abierto, accesible. Nosotros no tuvimos muchas barreras de acceso, así es que el llamado a otros emprendedores es a atreverse y buscar ayuda en instituciones que están para eso, como hicimos nosotros”, dice finalmente Katherine.
