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Experiencia ambiental de industria pesquera chilena en la COP27

  • En una de las sesiones paralelas a la cumbre global, se presentó el trabajo para reducir la huella de carbono asociada a la captura y elaboración de jurel. 

 

En el marco de la la COP27 Virtual Ocean Pavilion -Pabellón Virtual del Océano, en español-, la presidenta de los Industriales del Biobío, Macarena Cepeda, fue una de las destacadas expositoras en el espacio dedicado a los y desafíos en el manejo sustentable del mar y sus recursos.

La dirigenta gremial del Biobío participó en un panel, en que otros cinco expositores aportaron la visión internacional en la materia desde la academia, la pesca de menor escala, el sector industrial y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). 

Macarena Cepeda expuso en representación de la Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras, entidad que agrupa a actores pesqueros industriales de distintos países. Desde esa perspectiva, pudo relevar la experiencia chilena en la reducción de la huella de carbono, en particular del jurel. Actualmente, esta especie constituye un pilar productivo para la industria local y ejemplo de manejo sustentable, gracias a los criterios técnicos y de responsabilidad que definen su administración. “Aunque participamos en representación de una entidad internacional, nos permitió presentar el trabajo que desarrollamos en Chile. Mostramos a una audiencia global que nuestra actividad tiene un compromiso consistente con la sustentabilidad y trabaja con estándares internacionales. Dejamos una positiva impresión de la forma en que estamos trabajando y aportamos al desafío planetario de reducir la huella de carbono”, aseguró. 

Para la actividad pesquera industrial es un desafío aún más importante, si se considera que es una de las productoras de alimentos con menor emisión. Como ejemplo, la producción de alimentos en base a jurel genera 60 veces menos dióxido de carbono que la elaboración de comida con origen bovino, y 13, en comparación a la industria de alimentos porcinos. Sin embargo, la industria local lleva una década trabajando en la reducción de su huella de carbono a través de los Acuerdos de Producción Limpia (APL). 

“Los APL se transformaron en propulsor de este trabajo, al punto de ser validados por la ONU como mecanismos de mitigación”, explicó Macarena Cepeda para destacar el positivo impacto que estos programas voluntarios de mejora ambiental generaron en la actividad. Agregó que, en la jornada, “compartimos un resumen de este esfuerzo que se despliega en dos áreas, en flota pesquera y plantas conserveras de jurel. Siguiendo los acuerdos, en flota hemos mejorado la tecnología de las redes para alcanzar una pesca más selectiva y además reducir el consumo de combustible de las embarcaciones. En paralelo, las plantas procesadoras están reemplazando en forma progresiva los combustibles fósiles, pasando a fuentes energéticas de menor emisión”. 

Se agregan los programas de economía circular que ayudan a reducir el volumen de residuos sólidos, reciclar parte de las redes de pesca o las utilizadas por los trabajadores de las distintas plantas de proceso. Próximamente se sumará el reciclaje de parte importante del plástico empleado en indumentarias laborales o embalaje de productos.