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La decadencia de Chile en el ranking minero: Un llamado a la acción

Juan Ignacio Guzmán, CEO – GEM Mining Consulting 

Chile volvió a retroceder quedando en el puesto 38 en el informe anual de Fraser Institute, con 59 puntos sobre 100, que evalúa las jurisdicciones más atractivas para la inversión minera. Esta es una significativa desde su apogeo en 2002/2003, cuando se posicionó como número uno con 94 puntos. 

Desde entonces, Chile ha perdido terreno en competitividad, institucionalidad y geología, los tres pilares fundamentales que determinan el atractivo para la inversión minera. Mientras que países como Estados Unidos, Australia y Canadá lideran el ranking actual, esto no se explica necesariamente por tener una mejor geología que Chile, sino por contar con una institucionalidad sólida, reglas claras y una orientación fuerte a la competitividad, teniendo tasas de impuestos efectivas más bajas que las de nuestro país, lo que los hace más atractivos para los inversionistas. 

Un caso sorprendente es Argentina, que supera a Chile en el reporte a pesar de tener una geología más pobre y una institucionalidad más débil. ¿Dónde está la clave? En su competitividad. Hacer negocios allá se ha vuelto más fácil debido a la mayor rapidez en sus permisos y los menores impuestos, contrastando con la situación chilena.

Chile comenzó a decaer gradualmente después de su éxito inicial en este ranking, pero esta caída se aceleró cuando pasó del puesto 6 en 2018 al 17 en 2019 drásticamente. El estallido social de ese año y la institucional que ha imperado desde entonces está socavando la confianza en el país.

Este retroceso no se debe a que otros países hayan mejorado significativamente, sino a que Chile ha cometido errores estratégicos en los últimos cinco años. Esta crisis de confianza se refleja también en otros rankings internacionales de negocios. 

El reporte de Economist Intelligence Unit (EIU) de este año muestra que Chile cayó ocho posiciones en la categoría de los países más atractivos para hacer negocios, y el informe del IMD de Suiza y la Universidad de Chile reveló una dramática caída en competitividad mundial, pasando del puesto 19 en 2005 al 42 en 2019.

Internacionalmente, se ve hoy a Chile como un país poco confiable para la inversión. Para revertir esta tendencia, debemos fortalecer nuestra institucionalidad con reglas claras y a largo plazo, y aumentar decididamente nuestra competitividad. La seguirá siendo una fuente vital de para el país en los próximos años, por lo que debemos preocuparnos ahora en recuperar una vez más una posición de liderazgo y atraer así la inversión que tanto necesitamos para posibilitar el desarrollo del país.