René Muñoz Klock, gerente de la Acoforag manifestó su disconformidad y rechazo a los constantes hechos de violencia, calificando los delitos como “un negocio que (los perpetradores) ya no quieren soltar”.
La industria forestal se sigue alzando como uno de los sectores que más facturan para la economía nacional. En especial en la zona centro sur de Chile las grandes empresas acaparan millones de hectáreas de plantaciones, lo cual además provee de miles de puestos de trabajo tanto directos como indirectos.
En medio de esta dinámica, junto a la delicada situación de violencia en la macrozona del Biobío, la Araucanía y Los Lagos, Trade News conversó con el gerente de la Asociación de Contratistas Forestales (Acoforag), René Muñoz Klock, respecto a la situación laboral en el sector, el aporte desde el sector forestal a la Convención Constituyente y los hechos de violencia en la macrozona sur.
- Desde las redes sociales de la Asociación hicieron un llamado para operadores mecánicos. ¿Cuáles son las razones detrás de estas ofertas de empleo?
“Las ofertas que publicamos surgen en base a la necesidad de los mismos socios de la organización. En específico hay una especie de “crisis” en cuanto a oferta laboral, en especial en el sector forestal. La minería está presentando una fuerte competencia y muchos de los profesionales se están moviendo al norte. Entonces estamos buscando luchar contra eso y así van surgiendo iniciativas para llamar, por ejemplo, a los operadores a quedarse en la zona y trabajar acá”
- Entonces no surge necesariamente por recortes de personal sino por falta de este.
“Exacto. De hecho, hay varios proyectos que inician en marzo los cuales requieren operadores, por lo que va en esa línea. Aumento de oferta de trabajo”
- ¿De qué proyectos se trata y donde se ubican?
“De nuestros dos grandes socios, CMPC y Arauco, con quienes más trabajamos y que además están aumentando producción. De ahí surge el aumento de dotación y por tanto se busca satisfacer esa demanda”
- Ustedes compartieron la iniciativa popular de norma sobre desarrollo sostenible e impulso a soluciones en base a madera.
“Sí, aunque no tuvo buenos resultados. Qué queríamos decir con la propuesta: el bosque nos puede proporcionar todo lo que nosotros queremos de manera sustentable y sostenible. Por ejemplo, la madera puede reemplazar el concreto usando mucha menos energía para su producción. Un metro cúbico de madera usa menos energía que una tonelada de concreto. Tenemos el bosque como grandes captadores de C02, hay fibras de madera usados en los textiles, etc. La solución para el cambio climático pasa por recursos renovables y sostenibles y el bosque juega un papel fundamental.
Por eso presentamos la iniciativa popular de norma, que no alcanzó la votación requerida, pero igualmente estamos ahí como organizaciones forestales planteando estos temas para el desarrollo futuro del país”.
VIOLENCIA EN LA MACROZONA SUR
Entre las comunas de Curanilahue y Los Álamos, en la provincia de Arauco, un camionero fue amenazado mediante disparos en plena ruta, bajado de su cabina y arrojado al suelo.
Lo anterior es parte ya constante de la zona comprendida entre la región del Biobío, Araucanía y Los Lagos, y desde la Asociación de Contratistas Forestales su gerente general destaca que “desde hace ocho años somos atacados por terroristas y grupos delictuales en la macrozona sur. El año pasado tuvimos 81, este año llevamos 3. Tenemos trabajadores heridos, traspasados por balas de fusil. Este no es un tema nuevo para nosotros”.
- ¿Cuál creen ustedes que es la principal fuente de conflicto en la macrozona?
“Primero fue un tema de reivindicación territorial, pero hoy ya es un negocio que ronda en el robo de madera, tráfico de armas, drogas, quema de cabañas. El problema es ese y quienes ya se dedican a esto no lo quieren dejar, y es lo que tendrán que enfrentar las nuevas autoridades”.
- ¿Cuáles soluciones son las que proponen desde la Asociación?
“Se debe atacar por dos lados; uno político, pacífico, de negociación y conversación, donde deben juntarse todos los involucrados incluidas las víctimas. Pero también hay una solución policial, porque los delitos no se conversan. Quien los comete sabe a qué se está expuesto por tanto debe estar dispuesto a asumir las consecuencias”.
