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Las cifras de la Salud: Seis de cada 10 personas que esperan por una cirugía son mujeres

Entre julio y septiembre del presente año, se registraron 72.820 garantías GES retrasadas. En el caso de las intervenciones quirúrgicas la cifra es de 320.457 y en las consultas de especialidad se contabilizaron 2.326.980, según los datos proporcionados por el Ministerio de Salud. 

En base a estas cifras, el Instituto de Políticas Públicas en Salud IPSUSS de la U. San Sebastián determinó que, en todas las mediciones, las deben esperar más que los hombres, tanto en garantías de oportunidad del GES, como en la lista de espera para consultas de especialistas y en lista de espera en cirugías. 

Según explica Raúl Aguilar, analista senior de IPSUSS, “a pesar de que la distribución existente entre mujeres y hombres en territorio nacional es similar, esta situación denota un problema de acceso a servicios de salud que no se visualiza con claridad y que debería constituir una alerta”.

En detalle, de las 72.820 garantías GES retrasadas, el 61,6% (44.901) corresponden a pacientes mujeres, y 27.893, a hombres. 

Con relación a las consultas de especialistas, 987.275 hombres se encuentran en lista de espera, mientras que en las mujeres este número asciende a 1.429.603 (59,1%). Y gran parte de estos registros -1.273.075- corresponde a pacientes entre 15 y 64 años.

En cuanto a intervenciones quirúrgicas, 188.470 (58,9%) de los registros de espera pertenecen a mujeres, y 131.481, a hombres.

En todos los Servicios de Salud existen más garantías de oportunidad GES retrasadas de mujeres en comparación a los hombres, esto significa que en 6 de cada 10 garantías GES retrasada corresponden a mujeres. Similar cifra muestra los resultados del 3er trimestre 2022 donde el porcentaje fue 63,8%.

“Nos preocupan diferentes aspectos, por ejemplo, tenemos 72.820 GES atrasadas, lo que equivale a un aumento de 3% respecto al mismo periodo del año anterior, además con 130 días promedio de retraso”, explicó Aguilar.

Consecuencias del retraso en cáncer

“Realizamos una revisión en las listas de espera relacionadas con el cáncer debido a la gran cantidad de días de espera en promedio que tienen algunos, ya que las consecuencias de no llegar de forma oportuna en pacientes con cáncer son graves, para el sistema de salud y para las personas y sus familias”, explica Aguilar.

El señala que las garantías de oportunidad GES retrasadas relacionadas con cáncer fueron un 27% sobre el total. En ese contexto, las patologías oncológicas que afectan exclusivamente a las mujeres corresponden al 11% del total de retrasos GES y al 41% respecto a las relacionadas con cáncer.

El cáncer de mama es la garantía de oportunidad que tiene más retraso con 4.110 registros y con 84 días en promedio, después del vencimiento. La segunda es el cáncer cervicouterino que llega a 3.616 retrasos con una espera de 101 días en promedio. “La garantía de oportunidad existe, precisamente, para poder tratar estas enfermedades en forma oportuna y no perder años de vida que son evitables. Las mujeres están teniendo un problema de acceso. Tal vez no se están dando cuenta, pero lo están teniendo”, señala.

Propuestas de mejora

“Lo que debería ocurrir, de mantenerse o amplificarse esta tendencia, es que el sistema va a tener que incurrir en más para poder tratarlo en etapas más avanzadas lo que significa pérdida de vidas y un problema de sustentabilidad para el sistema” dice  el académico IPSUSS.

El análisis del IPSUSS propone medidas enmarcadas en diseños eficientes de políticas públicas para solucionar este problema. “Primero, en el corto plazo, hay que aumentar la oferta. La garantía de oportunidad es un tratamiento oportuno y para esto hay que aumentar la intensidad con que se está utilizando la red de prestadores, tanto pública como privada. Si se espera en exceso, los en los que incurrirá el sistema serán mayores. Y en el largo plazo, se pueden implementar mejoras que aumenten la oferta”, agrega.

Para el experto, las cifras publicadas por el Minsal muestran una consistente brecha entre hombres y mujeres, la cual, establece desafíos en la planificación sanitaria que debe considerar diversas condiciones socioeconómicas y demográficas, entre otros factores. “La solución general que asegura el acceso, no permite ver los problemas que existen en grupos particulares de la población, este es el principal desafío”.