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Sube la participación femenina en cargos directivos y llega a 19%

  • A diciembre de 2021 el porcentaje de mujeres en gerencias de empresas Ipsa sólo llegó a 15%. Además ahorran más y son mejores pagadoras.

 

«A pesar de la reducción observada de las brechas económicas de género, aún queda espacio para mejoras que generen mayor e inclusión en la economía chilena», comentó la presidenta de la Comisión para el Mercado Financiero (), Solange Berstein, al presentar los resultados del 21º Informe de Género del área.

Efectivamente, la brecha entre hombres y mujeres que ocupan cargos directivos en empresas Ipsa se acortó del 15,3% de participación femenina en diciembre de 2021, a 19,4% a junio de este año, destacó el documento.

Por sectores, se observan diferencias importantes. Así, Cooperativas (26,4%) y Compañías de seguros (22,1%) presentan los niveles mayores de participación. En tanto, Bancos, Filiales de Bancos y SAG y Emisores de tarjetas de crédito no bancarias, no sobrepasan el 10%.

 

Acceso a productos

En línea con la tendencia observada en años anteriores, el Informe de Género 2022 revela que se cierran las brechas de género en favor de las mujeres en términos de número de clientes del sistema financiero y que persisten brechas vinculadas al monto de los créditos.

Así, a diciembre de 2021 el número de deudoras bancarias mujeres es 7 puntos porcentuales mayor que el número de deudores hombres.

No obstante, el monto total de crédito bancario vigente para las mujeres es 39 puntos inferior y la deuda promedio se ubica 43 puntos por debajo de la de los hombres, esto, pese a que el informe revela que las mujeres mantienen sistemáticamente indicadores de morosidad menores que los hombres y variables de integridad financiera -carga financiera y apalancamiento- más sólidas.

La participación de las mujeres (tenencia de productos) en la cartera de emisores no bancarios de tarjetas de crédito es significativamente superior a la de los hombres (66,7% versus 33,3%). No obstante, los montos promedio de las obligaciones de las mujeres son significativamente menores a los de los hombres.

En las Cooperativas de Ahorro y Crédito supervisadas por la Comisión, las mujeres también presentan una mayor participación (tenencia de productos) que los hombres. Adicionalmente, se observa que, durante los últimos años, la cobertura poblacional de productos del sector ha aumentado más en el segmento de mujeres.

Finalmente, en los Agentes Administradores de Mutuos Hipotecarios Endosables, se observa un en la participación relativa de las mujeres, tanto en número como en monto de operaciones.

 

Deuda habitacional

El Informe destaca además que la deuda de las mujeres exhibe, de manera persistente, un componente habitacional porcentualmente mayor que la de los hombres.

Así, en 2021 la deuda bancaria habitacional alcanzó el 65% del total de la deuda de mujeres, mientras que para los hombres llegó al 61%. Durante la última década dicha brecha se ha ido cerrando, tendencia que se revirtió en los últimos dos años, detalla el Informe.

Consistente con lo anterior, las mujeres tienen una demanda más activa en los productos de ahorro para la vivienda, tanto en términos de la composición del ahorro como del stock de cuentas de ahorro para la vivienda.

Por su parte, los hombres muestran un componente de deuda comercial porcentualmente mayor al de las mujeres.

De acuerdo al Informe, en la banca, el número global de cuentas de ahorro contratadas por personas naturales sobrepasó los 25 millones en 2021, superando la población total del país.

El número de cuentas asociadas a mujeres supera al de los hombres en 39 puntos, brecha en favor de las mujeres que se observa tanto a nivel global como a nivel de los productos específicos más relevantes, como ahorro para la vivienda y depósitos a plazo.

 

Brechas de ingresos

Para la académica de la FEN de la USS, Daniela Catalán, a pesar del gran avance en términos de acceso al crédito de la población femenina, que sin lugar a duda es una oportunidad para generar inversiones a corto o largo plazo, costear estudios y solventar gasto y consumo presente, es importante avanzar en el monto del crédito, en donde persiste una brecha. Esta, dijo, tiene relación con la desigualdad en términos de ingreso que hasta la fecha persiste, así como también al acceso al mercado laboral, lo cual se ha agudizado y ha retrocedido aún más por la pandemia. 

“En este sentido, creo que un desafío es seguir avanzando en generar oportunidades para que las mujeres puedan acceder al mercado laboral, así como también, que una mayor proporción de mujeres migren a empleos formales, los cuales les pueden garantizar mejores condiciones laborales y de seguridad social. Si las mujeres tienen mejores trabajos y no sólo empleos de subsistencia, podrán acceder a ingresos mayores y con ello a mayor monto de crédito, lo que será una oportunidad a , es decir, podrán generar inversión, compra de bienes duraderos, como, por ejemplo, una vivienda propia”. 

De acuerdo con el análisis de participación en directorio, la percepción de la facultativa  es que se mantiene un sesgo importante que se debe considerar y es el factor sociocultural y de cultura organizacional de las empresas, planteó. 

“Se trata de romper paradigmas, que permita tener a mujeres en directorios por su productividad, no por mantener una cuota, reconocer el valor que tienen como personas dentro la organización”. 

Catalán enfatizó que las mujeres tienen más aspiraciones de consumo futuro frente al consumo actual, un factor que catalogó de clave, ya que les permitirá poder contar con una mayor capacidad financiera a largo plazo y que sería aún mayor, si pudieran acceder a empleos con mayores ingresos. 

Para la Senior Associate de Trii , María Ignacia Méndez, el informe de la CMF refleja, por ejemplo, lo que se está viendo en Chile hace bastante tiempo, que es el buen comportamiento de pago que tienen las mujeres en comparación con los hombres, y además, las mujeres ahorran más que los hombres.

«Las mujeres son mucho más conservadoras a la hora de invertir, si uno revisa en las acciones, las mujeres son más adversas al riesgo, más cautas. Invierten en acciones que puedan generar buenas rentabilidades, pero no juegan con un mayor riesgo. Invierten, por ejemplo, en acciones donde la industria que pertenece no es tan volátil».