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Pesqueras del Biobío desvinculan a más de 260 trabajadores

  • La prohibición de capturar jibia y el aumento de costos explican la decisión por parte de las empresas. La Fesip expresó su preocupación y solidaridad por estos masivos despidos y llamó a solidarizar con los colaboradores.

 

Alrededor de 300 personas han sido desvinculadas en dos empresas pesqueras de la Región del Biobío en los últimos días debido a distintas situaciones relacionadas a la creciente inflación, mayores gastos en compra de petróleo, energía, materiales de empaque, fletes internacionales y baja en materia prima. 

En el primer caso, relacionado a no se renovó el contrato de 113 operarios y se desvinculó a 17 personas que cumplían labores de jefatura. En un comunicado interno al que tuvo acceso www.trade-news.cl, la empresa señaló que esta reestructuración se hace necesaria para garantizar la sostenibilidad económica de la compañía, afectando a trabajadores y trabajadoras de la planta de merluza. Tras esta reestructuración la empresa señaló que continuarán 653 personas en sus puestos de

En tanto, de la empresa Camanchaca Pesca Sur el viernes 10 de marzo se habría desvinculado a unas 156 personas del área de Salmones. De éstas, 144 estaban sindicalizadas. Según fuentes internas de los sindicatos la razón esgrimida por la empresa fue una baja en la materia prima. 

En ese sentido, cabe precisar que esta es una situación que se da todos los años en esta fecha y que se retoma en julio-agosto cuando se reinicia la temporada de cosechas del salmón y donde más del 95% de estos trabajadores retornan a sus labores en la planta de procesos. 

 

Nuevo marco legal 

Consultada la Federación de Sindicatos de Trabajadores de Plantas de Proceso de Pesquera de la Región de Biobío, Juana Silva, presidenta, expresó su preocupación y solidaridad por estos masivos despidos y llamó a solidarizar con los trabajadores que quedan sin su fuente laboral en medio de una situación país que está difícil. Más aún, próximos a discutir un nuevo marco legal para la industria. 

“Sabemos lo difícil que es estar hoy sin trabajo. Hacemos un llamado a los empresarios para que puedan manejar esta situación, sumado a la incertidumbre que genera entre los trabajadores una nueva de pesca, donde se pretende modificar el fraccionamiento de los recursos que ha dado estabilidad hasta el 2032 y 2042 a miles de trabajadores”, remarcó.

Dijo que espera que los parlamentarios se informen bien sobre la importancia que tiene el fraccionamiento para los trabajadores de las plantas de proceso y los embarcados. 

Aparte la dirigente de la Fesip, organización compuesta por 8 sindicatos de 9 plantas pesqueras del borde costero del Biobío en las comunas de Lota, Coronel, Talcahuano, San Vicente y Tomé, indicó que es el momento de revisar una nueva ley para tener trabajo en el tiempo con los recursos que se procesan como el , sardina, anchoa, merluza y crustáceos.

 

Graves repercusiones

Marcel Moenne, gerente general de PacificBlu, afirmó en el comunicado interno que en los últimos años PacificBlu ha vivido momentos muy complejos desde el punto de vista económico. “El golpe sufrido por la Ley de la Jibia el 2019, que prohibió la captura al sector industrial, tuvo graves repercusiones para la empresa. Para dimensionar el impacto, la jibia significaba para PacificBlu el 44% de las capturas anuales, el 49% de los ingresos del área de pesca y gran parte de la utilidad global de la compañía”, explicó. 

Agregó que en los años que “capturábamos y procesábamos jibia, la actividad de la merluza tenía un resultado que lograba el equilibrio económico a pesar que este recurso debe pagar a todo evento un impuesto específico que equivale al 9% de las ventas, llevándose parte importante de la utilidad”. 

Una vez terminada la actividad de la jibia, todos los costos fijos del área de pesca debieron ser asumidos íntegramente por la merluza, lo que llevó a tener importantes y crecientes pérdidas en esta área, promediando 2,6 millones de dólares anuales, en los últimos tres años. 

Adicionalmente, el 2020 se inicia la pandemia por Covid-19 la que obligó a tomar una serie de medidas sanitarias y de seguridad que nos permitió mantener la continuidad operacional a la empresa y resguardar los puestos de empleo. Estas acciones significaron un esfuerzo económico importante lo que hizo aún más compleja nuestra situación financiera.