El incremento de los precios del petróleo y de los fletes, algunas bajas de stocks mundiales y la desvalorización del peso, ya han tenido un impacto relevante acusan los productores locales.
Las ráfagas de los diálogos diplomáticos de último momento no fueron suficientes para morigerar las tensiones entre Rusia y Ucrania que terminó siendo militarmente invadida a las seis de la mañana hora chilena por las fuerzas rusas en tres frentes, traspasando las fronteras del país, como es ya por todos conocido.
Y, aunque los efectos para el resto del mundo están recién por verse, el primer golpe sí derribó a primera hora las bolsas de todo el mundo y disparó los precios de los commodities, lo que más temprano que tarde repercutirá en economías pequeñas como la nuestra que además, tiene en Rusia uno de sus principales mercados de sus exportaciones.
De hecho, la balanza comercial de 2021 anotó un saldo positivo para Chile en US$425 millones. El intercambio comercial entre Chile y Rusia alcanzó los US$819 millones. Algo más abajo en la lista se ubicó Ucrania con US$46 millones de acuerdo con cifras de la Subrei. Los productos del mar destacan como los principales envíos hacia ambos países, liderados por el salmón y los mejillones.
Es por ello que los industriales pesqueros del Biobío siguen con mucha atención y preocupación el conflicto, “primero por sus consecuencias humanas y luego por los efectos económicos”, dijo su presidenta, Macarena Cepeda.
Y si bien esa zona representa un mercado menor para los productos de la pesca industrial del Biobío, como el jurel congelado cuyo volumen el año pasado fue de apenas el 0,3%, las exportaciones de salmones y truchas totalizaron US$1.549 millones en el cuarto trimestre de 2021, un 37,5% mayores al mismo trimestre del año anterior, con un importante protagonismo de compañías del Biobío, como Camanchaca y Blumar.
AUMENTO DE COSTOS
La presidenta de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes), estimó que como efecto inmediato habrá un aumento en los costos operativos y de transporte.
“Estamos viendo una importante alza en el petróleo y el gas natural que pronto se reflejará en los precios de la energía a nivel local, al que podría sumarse un nuevo desajuste en la logística para el comercio exterior. Este conflicto nos encuentra en un momento de importante alteración en las cadenas de abastecimiento, disponibilidad de contenedores y en general del tráfico de carga como consecuencia de la pandemia”.
En ese sentido, Macarena Cepeda, dijo que esperamos que este conflicto pueda resolverse pronto, de forma pacífica “y sin afectar la normalización en el transporte de exportaciones que estábamos comenzando a ver”.
Efectivamente, Carlos Smith, economista del Centro de Estudios de Economía y Negocios (CEEN)- UDD, cree que esta pugna puede tener consecuencias bastante serias para Chile, porque Rusia es el segundo productor más importante de petróleo después de Estados Unidos.
Lo que va a pasar finalmente con el precio del petróleo también va a depender de la oferta, es decir, que volúmenes de la producción está en reservas de los países como EE.UU. y que tendrá que liberarse para mitigar una disminución de la oferta mundial y eso dependerá mucho de la duración y profundidad del conflicto o cuántos países más se involucren, señala Smith Clavería.
Esto ya se vio al sobrepasar el petróleo los US$100/barril y que de alargarse un poco podrían fácilmente superar los US$120 /barril. A las 16:00 horas el precio del petróleo WTI, de referencia para Chile, operó a US$97,28/ barril, subiendo unos +US$5,18 (+5,62%) frente a los 92,10 en el cierre del miércoles en Nueva York.
Los mercados del trigo y maíz subieron también ayer al máximo permitido por la Bolsa de Chicago, tras el ataque de Rusia a Ucrania lo que pone en riesgo una fuente vital de suministro mundial de cereales. Los futuros de ambos cultivos subieron más de 5% y fueron bloqueados en sus límites de negociación.
INFLACION ALIMENTARIA
El trigo está en su punto más alto desde 2012 y las semillas oleaginosas también se dispararon, lo que aumenta la preocupación de que se acelere aún más la inflación alimentaria mundial y, se ve agravada por el aumento del costo de los fertilizantes, ya afectado por la reducción de los suministros de potasa procedentes de Bielorrusia tras las sanciones de EE.UU., y cualquier reducción de las exportaciones de nutrientes para los cultivos procedentes de Rusia alimentará la presión.
En relación a lo anterior, José Miguel Stegmeier, presidente del Consorcio Agrícola del Sur (CAS) y de la Sociedad Agrícola del Biobío (Socabío) AG. precisó que, en general, los precios de los cereales, particularmente el trigo, han estado en términos nominales, bastante más altos estos dos últimos años respecto a los promedios históricos y si bien las razones son diversas, todas son coincidentes con la pandemia.
“En cuanto al incremento de los precios del petróleo y de los fletes, algunas bajas de stocks mundiales y en nuestro país y, el significativo aumento del valor del dólar o desvalorización del peso, también han sido relevantes, ya que nosotros sólo producimos aproximadamente el 50% de nuestro consumo interno de trigo y el resto lo importamos desde distintos países, fundamentalmente americanos”, detalló el dirigente del agro.
“Cuánto más pueden subir estos precios y de cómo fluirá el abastecimiento de los mercados, dependerá de cómo se vayan desarrollando los hechos y cuánto pueda durar esta guerra. También será un factor importante, el daño que pueda sufrir la matriz productiva agrícola ucraniana, sobre todo en cuanto a que los agricultores de ese país puedan contar con los insumos y equipos necesarios, para obtener las correspondientes cosechas”.
MERCADO INTERNO
En nuestro país, dijo Stegmeier, “estamos concluyendo la temporada de cosecha de trigo, la cual ha sido, a pesar del permanente conflicto en la Araucanía, bastante normal. Esto significa que tenemos asegurado al menos el 50% de nuestro abastecimiento anual de trigo panadero, e insisto, dependiendo de cómo siga esta situación, más lo que pueda ocurrir con las cosechas en el hemisferio norte en esta próxima temporada, que en lo grueso parten en junio, condiciones climáticas e incrementos del precio del petróleo y del dólar, iremos viendo hasta qué nivel pueden llegar los precios del trigo y otros alimentos y su impacto en nuestro mercado interno”.
Finalmente, precisó que una vez más las crisis mundiales, de la naturaleza que sean, nos demuestran lo importante que es sostener una producción interna de alimentos, particularmente trigo. Con esta guerra, se refuerza nuestra necesidad de establecer políticas públicas correctas, de tal manera nuestros agricultores tengan las suficientes certezas e incentivos para llevar a cabo normalmente su actividad y así puedan realizar inversiones e iniciar nuevos proyectos, tras una meta común que es lo que se define o conceptualiza como «Seguridad Alimentaria».