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Felipe Valdivia, presidente de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas Sociales (Anacon), recalcó el complejo panorama que se avecina.
El sector construcción está viviendo un momento complejo. Hace unos días, la CChC reportó que la venta de viviendas en el país disminuyó en lo que va del año un 34% en comparación con igual período de 2021.
Según se detalló, la mayor contracción se registró en el primer trimestre, con un retroceso de 40% anual, a lo que se sumó en el segundo trimestre una caída de 29% anual.
Pero eso no es todo, pues, además, disminución de recursos y subsidios para el mejoramiento de viviendas sociales desde 2019 a la fecha ha paralizado una gran cantidad de proyectos, afectando a miles de familias que llevan años esperando por la mejora de sus viviendas.
Este tipo de proyectos son de gran importancia para las personas y tiene múltiples beneficios, como mejorar la calidad de vida de las y los pobladores, ayuda a generar trabajo a las pymes y genera un mayor dinamismo a la economía.
Al respecto, Felipe Valdivia, presidente de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas Sociales (Anacon), comentó a TradeNews.cl que los recursos entregados este año para los programas de mejoramientos de vivienda, disminuyeron prácticamente en un 40%. “En años anteriores se otorgaba alrededor de un 25% del presupuesto total de viviendas sociales para los Decretos de Mejoramiento, sin embargo, este año ese valor disminuyó aproximadamente al 15% del total disponible y se ha señalado que el presupuesto 2023 será algo muy similar, lamentablemente”.
-¿Qué motivos o problemáticas se atribuyen a la baja los recursos? ¿Los costos en los materiales de construcción son uno de ellos?
-Uno de los principales motivos de la disminución del presupuesto del año 2022 tiene relación con las alzas de precios de los materiales y mano de obra de la construcción, ya que el Minvuentregó incrementos a los subsidios a las empresas constructoras para poder sacar adelante los proyectos con subsidios ya otorgados, y que se encontraban absolutamente desfinanciados y no eran posibles de ejecutar tal como se habían presentado, esto dada las relevantes alzas de precios de materiales y mano de obra producto de la pandemia, y el escenario económico mundial en el cual nos encontramos. Entonces el Minvu está entregando estos incrementos a través del financiamiento que se tenía aprobado para el 2022 para los distintos programas de Mejoramiento de Viviendas y no se utilizaron recursos independientes para esto. Por otro lado, el plan de emergencia habitacional se llevará el mayor porcentaje de los recursos del ministerio del próximo año.
– ¿Cuáles son los beneficios de este tipo de proyectos a nivel nacional?
– Existe una gran cantidad de beneficios en los distintos decretos y programas que otorgan subsidios para el mejoramiento de viviendas sociales y económicas. El mayor porcentaje del parque existente en Chile no cumple con los estándares mínimos normativos que se aplican actualmente para la construcción de estas viviendas y las familias viven en condiciones deplorables, de hacinamiento, en condiciones de riesgo inminente de accidentes y con afectación importante a la salud de sus habitantes. Los subsidios de mejoramiento de viviendas permiten entre otras cosas aumentar la superficie de las viviendas de casas y departamentos, disminuir riesgo de accidentes de carácter estructural, evitar posibles incendios provocados por la deficiencia de sus instalaciones eléctricas y erradicar la presencia de asbesto cemento en las construcciones que produce asbestosis enfermedad grave para la salud de los habitantes, entre otros.
– ¿Cuántas son las familias y personas afectadas con la eventual paralización de estos proyectos?
– Las potenciales familias que pueden postular a estos beneficios son todas quienes tengan una vivienda social o económica. El año pasado como ejemplo, se entregó este tipo de mejoramientos a alrededor de 150.000 familias. Aún no tenemos los resultados de todas las postulaciones de este año, pero con la reducción actual del presupuesto podrían quedar alrededor de 60.000 familias sin el beneficio en comparación al año anterior.
– ¿Qué efectos genera este escenario adverso, tanto para las constructoras como para las familias que esperan las mejoras en sus viviendas?
– El daño es enorme para todas las familias que llevan años esperando estos mejoramientos y que no tienen la posibilidad de financiar estas mejoras por sus propios medios, pese a la urgencia que éstas tengan. Como ya se ha señalado, estos problemas existentes en sus viviendas afectan directamente a la salud y seguridad de las familias. Por otro lado, el no realizar estas mejoras a tiempo genera que las viviendas se sigan deteriorando generando consecuencias mayores. Tanto para las empresas constructoras que trabajamos en este rubro como para las entidades patrocinantes los efectos de la falta de recursos en estos programas son muy importantes. La gran mayoría de estas empresas trabajan exclusivamente en este tipo de proyectos del Minvu, son pequeñas y medianas empresas que ya se han visto muy afectadas con la pandemia, inflación, alzas de precios de los materiales en los últimos dos años y la escasez de mano de obra.
-Con una economía a la baja, ¿cómo proyectan la ejecución de proyectos para lo que queda de 2022 y para 2023?
– En un escenario nacional tan adverso en el cual nos encontramos actualmente, lo que se requiere es poder reactivar la economía. Este tipo de proyectos de mejoramientos de viviendas, además de ser muy necesarios para las familias que habitan estos hogares, permite una rápida dinamización de la economía, dado que son proyectos muy rápidos de desarrollar y ejecutar, a diferencia de las viviendas nuevas, que si bien son altamente urgentes en nuestro país para disminuir el importante déficit, son proyectos a largo plazo, dado los tiempos que se requiere desde conseguir un terreno, sus estudios respectivos, elaboración de proyecto y especialidades, aprobaciones municipales y la construcción misma. Los mejoramientos de vivienda permiten una inyección rápida de contratación de mano de obra y, por otro lado, como hemos señalado favorece la reactivación de pequeñas y medianas empresas que no se dedican a la construcción tradicional de grandes proyectos.