• Home  
  • Frane Zilic: “Las viviendas pueden resistir incendios forestales si están bien diseñadas”
Gentileza Corma
- Entrevista

Frane Zilic: “Las viviendas pueden resistir incendios forestales si están bien diseñadas”

  • El programa estratégico de Corfo lideró la elaboración de un protocolo basado en la revisión de manuales internacionales, adaptándolos a la realidad chilena. El documento, desarrollado con el apoyo de las principales instituciones vinculadas, establece medidas clave para reducir la vulnerabilidad de las viviendas en la interfaz urbano-forestal.

Por Francisco Bañados

Cada verano, los incendios forestales arrasan con miles de hectáreas en Chile, dejando a su paso no solo destrucción de los bosques, sino también la pérdida de viviendas e incluso vidas humanas. En los últimos años, la intensidad y frecuencia de estos desastres han aumentado, impulsadas por el cambio climático, la expansión urbana hacia zonas de interfaz con bosques y la falta de planificación adecuada.

Ante esta realidad, Biobío Madera, programa estratégico regional de Corfo, junto a expertos de Conaf, Senapred, Corma, Bomberos, Minvu, Minecon, Minagri, Serviu,  Red de Prevención Comunitaria y Futuro Madera, entre otros actores, desarrollaron la Guía para la Preparación de Viviendas ante Incendios Forestales, un documento técnico que busca reducir la vulnerabilidad de las viviendas expuestas a este tipo de siniestros.

«Un incendio forestal no es un incendio estructural, y eso es lo primero que hay que entender», advierte Frane Zilic, gerente de Biobío Madera. «Las viviendas pueden estar a kilómetros del fuego, pero aún así pueden incendiarse. Eso no pasa con el fuego urbano, que avanza principalmente por contacto directo con la llama. El incendio forestal tiene distintas formas de atacar la casa y hay que estar preparados para cada una de ellas».

Comparar experiencias

El desarrollo de este protocolo fue un proceso extenso que implicó revisar decenas de manuales internacionales de Canadá, Estados Unidos y Australia, países que llevan años estudiando cómo reducir el riesgo de que las viviendas sean consumidas por el fuego. «Nos dimos cuenta de que en estos países existen guías muy detalladas para la preparación de viviendas, pero en Chile esa información estaba dispersa y, en algunos casos, no era aplicable a nuestra realidad», explica Zilic.

Por esa razón, el equipo de trabajo comparó distintas normativas y recomendaciones internacionales, adaptándolas a las características de Chile. «Lo primero fue entender qué principios se aplican universalmente y cuáles requieren ajustes. En lugares como California o Australia, donde los incendios forestales han devastado comunidades completas, se han implementado estrategias que en algunos casos pueden replicarse aquí, pero en otros necesitan modificaciones», razona el gerente de Biobío Madera.

Uno de los aspectos más relevantes fue la segmentación del espacio en zonas de autoprotección, que permite evaluar no solo la resistencia de la vivienda en sí misma, sino también el entorno inmediato y su relación con la vegetación circundante.

«En Chile, muchas veces la gente piensa que con construir la casa con buenos materiales es suficiente. Pero si tienes arbustos pegados a la pared, un cerco de madera que conecta con la casa o una pila de leña en la entrada, el fuego va a encontrar su camino», detalla Zilic.

Frane Zilic, gerente de Biobío Madera.
Frane Zilic, gerente de Biobío Madera.

 

Lluvia de brasas y radiación térmica

Uno de los descubrimientos clave al analizar incendios forestales en distintas partes del mundo es que la mayoría de las viviendas no se queman por el contacto directo con el fuego, sino por la lluvia de brasas.

«Este es un concepto que muchas veces no se considera en Chile, y sin embargo, es lo que más destruye viviendas», enfatiza Zilic. «La gente cree que la casa se quema porque las llamas la alcanzan, pero en realidad lo que pasa es que, mucho antes de que el fuego llegue, miles de brasas encendidas caen sobre los techos, entran por ventilaciones o se acumulan en canaletas y esquinas de la casa».

El protocolo establece que la lluvia de brasas puede durar entre 10 minutos y media hora, dependiendo de la velocidad del viento y la intensidad del incendio. En ese tiempo, cientos de pequeñas partículas en llamas pueden encender cualquier material inflamable.

«Por eso insistimos tanto en los techos incombustibles. Si tienes un techo de material inflamable, la casa se puede encender desde arriba sin que el fuego principal haya llegado siquiera a la propiedad», explica Zilic. «Y si además las canaletas están llenas de hojas secas, ahí tienes el inicio del incendio».

La segunda gran amenaza es la radiación térmica, un efecto que ocurre cuando el calor extremo de un incendio, incluso sin que las llamas toquen la vivienda, es capaz de derretir marcos de ventanas, quebrar vidrios y hacer que los materiales de la fachada colapsen. “A unos 30 metros de distancia del fuego, la temperatura ya es suficiente para debilitar materiales. Si un vidrio revienta por el calor y deja entrar brasas, la casa empieza a quemarse por dentro”, advierte Frane Zilic.

El protocolo sugiere medidas como la instalación de postigos, vidrios dobles o templados y el uso de materiales de fachada resistentes al calor.

Frane Zilic, gerente de Biobío Madera.
Frane Zilic, gerente de Biobío Madera.

 

Preparación comunitaria

Más allá de la protección individual de cada vivienda, el trabajo comunitario es fundamental. “Si tu casa está protegida, pero la de tu vecino no, el riesgo sigue existiendo”, afirma Zilic. “Se necesita un trabajo colectivo, con planes de evacuación claros, señalización adecuada y estrategias de comunicación entre vecinos”.

En países como Australia y Estados Unidos, algunas viviendas están diseñadas para servir como refugios temporales en caso de incendios incontrolables. “Chile aún no ha avanzado en esa dirección, pero es algo que debemos considerar a futuro”, comenta el arquitecto.

Es por eso que el protocolo desarrollado por Biobío Madera no solo busca mejorar la resistencia de las viviendas, sino generar un cambio en la forma en que se concibe la prevención de incendios forestales. 

Al respecto, concluye Zilic: “Por años hemos vivido con la idea de que estos incendios son inevitables, pero la verdad es que podemos hacer mucho para reducir su impacto. Si aprendemos a diseñar y mantener nuestro entorno de manera adecuada, podemos evitar pérdidas catastróficas”.

Sobre nosotros

Medio online de noticias sobre economía y negocios en Biobío.

Email: info@trade-news.cl

Suscríbete a nuestro newsletter

Trade-news @2025. Todos los derechos reservados.