-
El empresario inmobiliario, certificado como B Corp y Best Place To Live por su enfoque en servicio, calidad y sustentabilidad, analizó el impacto de los retiros de fondos previsionales en la economía y la construcción.
Ante el complejo escenario actual para el sector inmobiliario y de la construcción que durante los últimos meses, ha estado en la palestra por diversas voces incluyendo la Cámara Chilena de la Construcción, Trade-News conversó con un actor que conoce muy bien el negocio.
Claudio Basualto Muñoz -ingeniero comercial de la U. de Concepción y MBA de la U. del Desarrollo, donde además es académico- fundó Urbani el 2010, precisamente el año del 27F, lo que califica como “un año complejo, pero también fue una oportunidad”.
En ese momento, ya tenía a su haber una experiencia de más de quince años, prestando servicios en ámbitos como finanzas y marketing para diversas empresas inmobiliarias y de la construcción.

Claudio Basualto, dueño de Urbani: “Volver a tener tasas como las que tuvimos está muy difícil”
Un portafolio diversificado
“Sabíamos que habían empresarios de otras industrias que, con sus excedentes, querían entrar en la industria inmobiliaria y no sabían cómo”, comenta sobre el nicho de mercado que lo motivó a crear esta empresa que actualmente se encuentra consolidada con un amplio portafolio de diversos proyectos desde viviendas sociales por UF 980 hasta soluciones privadas por UF 7.000, principalmente concentrados en el centro sur del país y en Santiago.
“En ese minuto estaban los mismos grandes actores que están hoy día en Concepción y, por eso, mi modelo de negocio fue focalizarme primero en ser un buen prestador de servicios para, después de varios años, llegar a ser atractivo para algún banco que me permitiera financiar un proyecto propio”.
Ese primer proyecto propio fue una torre médica construida en Los Ángeles y prontamente, la cantidad y complejidad de sus proyectos -ejecutados en otras ciudades, como Concepción y Chillán- comenzó a escalar.

Claudio Basualto, dueño de Urbani: “Volver a tener tasas como las que tuvimos está muy difícil”
Emprender con sentido
“En estos 15 años, hemos desarrollado y comercializado más de 9.500 casas, lo que va en paralelo con nuestro rol de prestadores de servicio”, detalla y cita como algunos de sus clientes empresa a Icafal, Martabid y Patagual Home, especializada en construcción industrializada.
Entre otros hitos institucionales, Basualto no disimula su orgullo al exhibir el galvano que certifica a Urbani como una de las 31 empresas inmobiliarias de Chile -donde hay más de mil- como ‘Best Place To Live'. “Estamos entre 15 y 20 puntos por sobre la industria en términos de satisfacción del cliente”, detalla.
“Al mismo tiempo, dentro de mi propuesta de valor siempre estuvo el cuidado del medio ambiente y el ofrecer a quienes trabajan con nosotros beneficios que van más allá de lo habitual en una empresa, por eso somos una ‘B Corp' desde el 2017, siendo los primeros en la Octava Región y la primera inmobiliaria en Chile. Buscamos ser sostenibles en el tiempo con nuestra propuesta de valor clara”, enfatiza.
En cuanto a su compromiso por contribuir a minimizar los impactos de la actividad en el ambiente, Basualto cita iniciativas de eficiencia energética como la incorporación de termopaneles en las ventanas, y paneles solares en los proyectos de viviendas sociales, en 2013, cuando esto aún no era tendencia y la colaboración que vienen desarrollando con Patagual Home, empresa que, por ejemplo, no utiliza agua en sus procesos constructivos.

Claudio Basualto, dueño de Urbani: “Volver a tener tasas como las que tuvimos está muy difícil”
Desafiante escenario
La diversificación de sus carteras de proyectos y clientes ha permitido a Urbani moverse con cierta tranquilidad durante los últimos años en que la industria de la construcción está denunciando que las condiciones son cada vez menos favorables. “Es un cliché, pero es cierto que nada es permanente ni certero”, afirma Basualto y explica que los retiros previsionales realizados en los últimos años mermaron la capacidad de la economía nacional para impulsar un mayor desarrollo a largo plazo.
“Pan para hoy y hambre para mañana”, enfatiza y detalla que “Chile administraba alrededor de US$ 240 mil millones en las AFP y al retirar un cuarto de eso, lo que estás haciendo es que estás disminuyendo la profundidad del sistema financiero nacional, aumentando el riesgo y, por tanto, encareciendo cualquier deuda que podamos contraer en el exterior”.
“El ahorro privado disminuyó enormemente y esa presión aumentó los precios, la inflación y, por lo tanto, la UF, y la nuestra es una industria que está indexada. A todo esto, agrégale estallido y pandemia con todos sus efectos, y tenemos que la tasa de interés de los créditos hipotecarios pasó de un promedio del 2% a un 6% en muy pocos años”, explica sobre los efectos que aún está enfrentando el sector.
Enfatiza que “lo que teníamos hasta antes de 2018-2019, fue producto de que, a diferencia de lo que dijeron otros, veníamos haciendo las cosas bien durante 30 años, o sea, teníamos un déficit fiscal súper bajo, teníamos la inflación controlada, una profundidad financiera importante y, lo más importante, una clasificación de riesgo internacional bajísima”.
Finalmente, concluye que “volver a tener tasas como las que tuvimos está muy difícil”, explica y agrega a la receta otro ingrediente: el revuelto escenario global con grandes economías en una guerra comercial declarada en que, “países como Chile son víctimas de sus presiones inflacionarias”, lo que se expresa en que “hoy día, las personas no están pensando en comprar una vivienda, porque es una inversión muy grande y las remuneraciones no han crecido a la par con los precios, y eso hace que, en los últimos dos años, se está vendiendo la mitad de lo que se vendía normalmente”, cierra.