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Un peak histórico de empleo marcará el arranque del quinquenio 2024–2028 según la CBC, con más de 6.000 trabajadores requeridos. Sin embargo, la curva de demanda laboral muestra una fuerte caída hacia 2028, revelando desafíos cruciales para la planificación regional.
El dinamismo económico de la Región del Biobío vive un momento determinante. Según la última proyección elaborada por la Corporación de Bienes de Capital (CBC), la demanda de mano de obra directa (MOD) asociada a proyectos de inversión alcanzaría su punto más alto en abril de 2024, con 6.290 trabajadores requeridos.
No obstante, esta bonanza será de corta duración: las cifras indican una reducción constante de la demanda en los años siguientes, con una estabilización en torno a las 1.000 personas mensuales hacia 2028.
Indicadores clave y retrasos en ejecución
El informe destaca que el inicio de los proyectos presenta un desfase promedio de 1,1 meses, mientras que el término de las obras se retrasa cerca de 0,8 meses. Pese a estas demoras, la región mantiene un índice de concentración de MOD de 0,07, lo que indica una distribución relativamente equilibrada del empleo entre los diferentes proyectos.
En el último trimestre evaluado, ingresaron dos nuevos proyectos y no se excluyó ninguno, lo que refleja un leve, pero aún activo, dinamismo inversor.

Evolución proyectada: auge breve, caída prolongada
De acuerdo estudio, existe una alta concentración de empleo entre enero y mayo de 2024. Después de ese peak, la tendencia es clara: una disminución sostenida de la demanda laboral, con descensos particularmente marcados desde el año 2026.
Esta proyección genera alertas para las autoridades y planificadores regionales, quienes deberán buscar nuevas fuentes de impulso económico para evitar una desaceleración profunda en el empleo.
Mapa del desarrollo: zona metropolitana como epicentro
La geografía de la inversión está marcada: 66 proyectos distribuidos en Biobío, con mayor concentración en Talcahuano, Concepción, San Pedro de la Paz y Coronel. Estas comunas del centro-norte concentran el grueso de la actividad proyectada, lo que podría generar presión sobre los servicios urbanos y la infraestructura local.
Los proyectos están clasificados por sector económico, destacando las áreas de Obras Públicas, Energía, Forestal e Industrial, Inmobiliario y Puertos.
En términos de cantidad de mano de obra, el sector de Obras Públicas lidera ampliamente, con 2.724 trabajadores durante su etapa de construcción. Le siguen:
- Inmobiliario: 1.441 personas en construcción
- Infraestructura Técnica (Ingeniería básica y de detalle): 2.105 personas
- Energía, Puertos y Forestal/Industrial: con cifras más acotadas, pero relevantes para la diversificación económica.
En el cierre de las obras, los proyectos portuarios muestran una cifra llamativa: 480 trabajadores en su etapa final, una señal del resurgimiento de la actividad marítima en la región.
Inversión: el Estado como gran protagonista
Otro de los datos relevantes del informe es el origen de la inversión. Del total de 2.041,6 millones de dólares proyectados para el periodo, un 64% corresponde a iniciativas públicas, mientras que el 36% proviene del sector privado.
Orlando Castillo, gerente general de la CBC, señala que la región muestra señales mixtas. “Por un lado, hay un impulso importante gracias a la inversión pública, pero también vemos que la curva desciende rápidamente después de 2024. El desafío está en captar inversión privada que sostenga la demanda de empleo más allá del corto plazo”.

Impulso de la inversión pública
“Para el quinquenio 2024-2028 se tiene un significativo nivel de inversión pública, cercano a los 815 millones de dólares, que en lo principal considera una alta concentración de proyectos de infraestructura vial y conectividad, cuyo mandante es el MOP, por 223 millones de dólares. Le segunda la inversión programada por Asmar en 3 proyectos por cerca de 252 millones de dólares y la continuidad de construcción del nuevo Puente Ferroviario Biobío (EFE), con un gasto remanente para el período señalado de 186 millones de dólares. Y por último, el saldo corresponde a iniciativas vinculadas al servicio de salud de la región, gobierno local y municipios, por un total de 141 millones de dólares para este período”, detalló.
Rezago productivo
Jaime Vera, académico de Ingeniería Comercial de la Universidad Andrés Bello (Concepción), advierte que la Región del Biobío enfrenta un rezago productivo al ubicarse en sexto lugar nacional en concentración de inversión, pese a contar con mano de obra calificada tras el cierre de industrias relevantes como la del acero. “El exceso de burocracia y la llamada permisología desincentivan la inversión y provocan la fuga de capitales hacia otros países”, señala.
Sumó que, con el reciente cierre de la industria del acero, entre otras empresas de menor tamaño que también han cesado sus actividades, el Biobío cuenta con disponibilidad mano de obra capacitada para distintas industrias que, en el corto plazo, podrían incorporarse al mercado laboral en caso de existir nuevos proyectos de inversión que lo requieran. “Hay que recordar que en el trimestre móvil diciembre 2024 – febrero 2025 la tasa de desocupación de la región alcanzó el 9% superando el promedio nacional, lo cual se agrava si consideramos que la informalidad llega al 26%”, destacó.

Polo logístico e industrial
Por su parte, Daniela Catalán, académica de la Universidad San Sebastián, destaca el rol estratégico del Biobío como polo logístico e industrial del sur de Chile. Valora la inversión pública proyectada en infraestructura y vivienda, pero reconoce desafíos en la formación técnica y en la ejecución oportuna de los proyectos: “El desfase en las obras se debe a trabas administrativas, problemas de licitación y factores climáticos, lo que impacta directamente en la generación de empleo”.
Remarcó que la región cuenta con una red robusta de instituciones de educación técnica y universitaria, lo que permite una buena base de trabajadores calificados. Sin embargo, todavía existen brechas en áreas específicas como energía renovable, construcción de alta complejidad y tecnologías industriales. Para cubrir eficientemente los más de 6.000 puestos proyectados, es clave alinear mejor la formación con los perfiles que requiere la ejecución de proyectos y acelerar los procesos de reconversión laboral en la zona.
