El aumento de la fuerza laboral y el crecimiento de los ocupados no impiden el ascenso de la desocupación en la Región. Efecto Huachipato repercutiría aún más.
La Región del Biobío registró una tasa de desocupación del 8,4% durante el trimestre diciembre 2023-febrero 2024, lo que representa un incremento de 1,4 puntos porcentuales en comparación con el mismo periodo del año anterior según datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Este aumento se explica por el crecimiento de la fuerza de trabajo en un 5,5% y un ascenso en el número de ocupados de un 3,9%. A pesar de la incorporación de 26.952 personas al mercado laboral, el número de desempleados se elevó en 27,5%, sumando 14.181 individuos más en esta situación.
DESAFIOS
El sector manufacturero y la enseñanza fueron los principales motores del incremento en la ocupación, con crecimientos del 10,3% y 10,4% respectivamente. Tanto los asalariados formales como los trabajadores por cuenta propia han contribuido significativamente a este aumento, con tasas del 4,4% y 4,1%. Sin embargo, la tasa de ocupación informal se mantuvo estable en 26,9%, con un alza interanual de 3,6% en el número de ocupados informales.
La participación laboral experimentó un alza, alcanzando el 56,8%, lo que representa 2,6 puntos porcentuales más que en el mismo trimestre del año anterior. La tasa de ocupación también ha subido 1,6 puntos porcentuales, situándose en 52,0%. Por otro lado, la población fuera de la fuerza de trabajo ha disminuido en un 5,2%, con una reducción más pronunciada en hombres que en mujeres.
En cuanto a la actividad económica, los sectores de la industria manufacturera, enseñanza y actividades profesionales han sido los que más han contribuido al crecimiento ocupacional. No obstante, la construcción y las comunicaciones han experimentado descensos significativos.
BAJO CRECIMIENTO
Orlando Llanos Contreras, Phd y académico de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, afirmó que es probable que el desempleo siga escalonado porque el crecimiento global de la economía es muy lento, las señales respecto de inversión tampoco son alentadoras y, por ahora, no se observan tampoco señales a nivel de la economía global, ni en términos de la política interna que hagan pensar que esta tendencia pudiera cambiar en el corto plazo.
“Bajar los niveles de desempleo requiere que la economía vuelva a crecer al menos en los mismos niveles en los que está creciendo la fuerza de trabajo. Existe también el fenómeno del empleo informal que está también creciendo y que estaría ocultando números más duros de desempleo. Considero que la economía informal puede ayudar en el corto plazo a resolver problemas de empleo de las personas, pero más pronto que tarde muchas de estos trabajadores regresarán al mercado del trabajo poniendo aún más presión sobre los indicadores de desempleo”, analizó.
Sobre el impacto que traería el cierre de Huachipato, agregó que el empleo depende de la inversión que es la que empuja el crecimiento económico y, en este caso, el cierre de la usina significa no solo el cese de funciones de una empresa, sino que también muy probablemente el cierre de muchas pequeñas y medianas empresas cuya actividad económica depende fuertemente de este polo industrial.
“La caída de esta industria es particularmente grave para el empleo en nuestra región, pues cuando señalaba que el crecimiento y el empleo dependen de incrementar las inversiones de capital en la región, en este caso el cierre de esta industria representa una desinversión que es justamente lo contrario de lo que necesitamos para impulsar el empleo”, consideró.
Mientras que Ariel Yévenes, economista del Observatorio Corbiobío, cree que el incremento en la desocupación se ha venido produciendo de manera muy paulatina, pero también sostenida, conforme esencialmente al estancamiento en la inversión privada, lo que no propicia generación de nuevos puestos de trabajo de calidad.
“En efecto, junto a ellos, en los períodos más recientes se ha registrado además un incremento en la informalidad, lo que da cuenta por cierto de las dificultades que el sistema productivo se encuentra afrontando para generar nuevas plazas de trabajo formales”, recalcó.
Añadió que obviamente, conforme se vaya desenvolviendo el cierre de operaciones de Huachipato este incremento de desocupación se hará más intenso, de no mediar el surgimiento de nuevas inversiones de una envergadura tal que sean capaces de mitigar el impacto que sobre los empleos directos e indirectos se registran en el sistema de valor industrial regional en relación al cierre de la usina.
EFECTO CESE HUACHIPATO
Finalmente, Carlos Smith, docente e investigador del Centro de Investigación de Empresa y Sociedad de la Universidad del Desarrollo, indicó que estamos en una época en que la tasa de desocupación seguramente va a empezar a estabilizarse, pero de todas maneras lo más importante va a ser el impacto de un eventual cierre de Huachipato.
“Ese impacto sería bastante grande, porque finalmente estamos hablando en forma directa de casi 3.000 personas, que porcentualmente es mucho, pues con los indirectos podríamos llegar a 17.000 durante el año. Ahora los datos hoy día muestran que la actividad está creciendo en forma importante en Chile y, por lo tanto, eso nos lleva a pensar que el crecimiento debiera potenciar también la creación de empleo. Ahora ese mayor incremento está dentro del rango del potencial, o sea estamos pensando en que va a ser alrededor del 2% o 2,5% y eso podría compensar esta caída, pero no en su totalidad, por lo tanto, la verdad el panorama se ve complejo ante un cierre de la usina”, recalcó.
El mercado laboral de la Región del Biobío muestra signos de dinamismo con un aumento en la ocupación, pero enfrenta el desafío de una tasa de desocupación en ascenso. La informalidad laboral se mantiene estable, y la presión laboral indica que aún hay un camino por recorrer para lograr una plena integración de la población en el mercado de trabajo.
