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El 76% del territorio chileno está afectado por sequía y desertificación, mientras los acuíferos y glaciares presentan un deterioro crítico.
En la ceremonia de cierre del programa de «Capacitación en Buenas Prácticas Ambientales para mejorar la Calidad de Aguas en la Provincia del Biobío,» celebrada con una concurrida asistencia de más de 100 personas, el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, destacó los logros alcanzados y la importancia de esta iniciativa.
«La capacitación y el trabajo conjunto son fundamentales para la construcción de un futuro sostenible. Este programa no solo beneficia a los agricultores, sino que crea un vínculo esencial con las comunidades locales, asegurando una transferencia de conocimientos que perdurará en el tiempo. A través de iniciativas como esta, logramos fortalecer el compromiso ambiental y la capacidad de enfrentar los desafíos climáticos que afectan directamente a nuestra agricultura y a la calidad del agua», apuntó el secretario de Estado.
El proyecto, desde su lanzamiento en noviembre de 2022, fortaleció la gestión del recurso hídrico en siete comunas de la región, lo cual permitió capacitar a más de 750 agricultores y líderes comunitarios en técnicas de sostenibilidad y eficiencia del agua, consolidando un modelo colaborativo que promueve un futuro ambientalmente responsable.
En el evento, donde también estuvieron representantes de Organizaciones de Usuarios de Aguas (OUA), miembros de Asociaciones de Canalistas, y autoridades locales y nacionales, Ulrike Broschek, líder de Escenarios Hídricos 2030, abordó el contexto nacional de la crisis hídrica.
Deterioro crítico
«El 76% del territorio chileno está afectado por sequía y desertificación, mientras los acuíferos y glaciares presentan un deterioro crítico. Frente a esta situación, Escenarios Hídricos 2030 propone una Transición Hídrica sustentada en cuatro ejes: fortalecer la gestión del agua, conservar ecosistemas hídricos, optimizar su uso y explorar nuevas fuentes. Estas estrategias buscan garantizar un futuro sostenible y equitativo para Chile», dijo Broschek.
Esta iniciativa, liderada por la Comisión Nacional de Riego (CNR) en colaboración con la Universidad Católica de la Santísima Concepción, ha fortalecido el trabajo de 150 predios agrícolas y más de 50 organizaciones comunitarias en la protección de fuentes de agua, logrando que un 89,5% de los agricultores capacitados implemente acciones de conservación hídrica.
Durante la actividad, el coordinador regional de la CNR, Iván Cárcamo, valoró los resultados técnicos.
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Sistemas productivos y tecnología
“Este programa ha sido crucial para la mejora en la gestión de calidad de aguas de los agricultores de Biobío. Además de los talleres, hemos elaborado 150 planes de gestión hídrica a nivel predial, con un 44,5% de compromisos cumplidos por los agricultores de forma voluntaria. Gracias a la integración de tecnología en los sistemas productivos y a los 74 talleres impartidos, no solo fortalecimos la sustentabilidad de las prácticas agrícolas, sino que logramos sensibilizar a más de 300 personas en el uso eficiente del agua, promoviendo una agricultura más limpia y sostenible en la región», detalló.
Cabe señalar que, con el apoyo y la cooperación de agricultores, instituciones y la comunidad, este programa ha sentado las bases para una agricultura sostenible y un futuro ambientalmente responsable en Biobío, reafirmando el compromiso del Ministerio de Agricultura y la Comisión Nacional de Riego con la educación ambiental y el desarrollo de prácticas agrícolas sostenibles en la región del Biobío.