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Claudio Maggi conversó con Trade-News.cl sobre los desafíos que enfrenta la región en el actual escenario económico.
De paso por la zona, el gerente de Desarrollo Territorial de la Corporación de Fomento Fabril (Corfo), Claudio Maggi Campos se refirió al trabajo que están impulsando para contribuir a la reactivación económica de la Región del Biobío y las acciones que está desarrollando en el marco del Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío, formulado por el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo.
Uno de los hitos que lo trajo a la zona es el inicio del programa Fortalece PYME que, en nuestra zona tiene un especial foco en las empresas proveedoras de la siderúrgica Huachipato afectadas por el cierre de sus operaciones. “El catastro lo está llevando el Ministerio de Economía, pero tenemos un foco particular de empresas que tienen base en la región y que tienen una gran exposición producto del cierre, es decir, vendían un porcentaje importante de sus servicios y bienes a la siderúrgica”, comentó el personero.
¿En qué consisten estos apoyos?
Estamos haciendo un trabajo muy cercano de acompañamiento para identificar brechas y nuevas oportunidades de negocio para estas empresas, pero también qué estándares tienen que cumplir para acercarse a nuevas industrias, como pueden ser la energética, minera, alimentaria, forestal, logística, incluso de construcción naval u observatorios astronómicos.
Todos ellos son sectores que requieren del apoyo de empresas metalmecánicas especializadas, por lo tanto, hay todo un trabajo de reorientar las potenciales demandas y es algo que implica mucho acompañamiento, cercanía y estrategia. Probablemente, no todas las que lleguen lo harán de una manera tal que su crecimiento permita absorber las otras capacidades que pueden liberarse producto del cierre de Huachipato.
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¿Qué otras medidas se están impulsando desde la gerencia que usted dirige?
Queremos consolidar el modelo de comités regionales. Biobío fue una región pionera cuando partimos hace 20 años con Innova Biobío. Pero ese modelo, con todas las evoluciones que ha tenido, el próximo año va a estar instalado en cada una de las regiones del país, lo que va a significar un presupuesto de más de US$40 millones para asignación por cada región. Si sumamos los acuerdos con los gobiernos regionales, estamos hablando, al menos, del doble US$ 80 millones al año para proyectos regionales.
Ahora son trece las regiones en que ya están instalados y operando. Faltan tres, Arica, Magallanes y Coquimbo, que se deberían establecer durante el primer trimestre del año 2025. Estamos esperando la elección de los gobiernos regionales, porque esto se hace en alianza con ellos para definir el detalle y afinar todos los elementos formales que se requiere para la delegación de facultades a un órgano nuevo.
Estamos funcionando de manera transversal y ha sido una gran experiencia. Esperamos dejar en muy buen pie a los comités para que sean una capacidad que se proyecte a futuro y no dependa de las administraciones. Hasta el momento así ha sido, y por lo tanto, somos optimistas.
¿Hay áreas productivas rezagadas?
Otro foco importante que tenemos es atender las zonas que tienen emergencias producto de situaciones de la naturaleza como incendios e inundaciones, que tenemos cada cierto tiempo. También, zonas territoriales que tengan problemas producto de cambios en su estructura económica como es ahora el Biobío.
Para ello, nos hacemos cargo de realizar de una manera rápida y precisa el diagnóstico, que nos permite planificar la estrategia de acción con mucho más oportunidad, con una velocidad de respuesta mayor. Eso ya lo probamos, yo diría con un resultado comparativo a situaciones anteriores, mucho mejor. En el caso de los incendios de Viña del Mar este verano, y ahora estamos en pleno trabajo para el Gran Concepción, Talcahuano, Hualpén y Coronel, que son las comunas más afectadas.
Hay medidas que se están implementando que no dependen de Corfo sino de otros actores, como el Ministerio del Trabajo por ejemplo. Pero todas tienen que ver con acelerar las inversiones y una parte muy importante tiene que ver con sostener este tejido metalmecánico productivo de la región como un tejido muy importante, muy especializado. No hay ninguna otra región que tenga esta capacidad manufacturera como lo tiene la región del Biobío.
¿En qué están los Programas Estratégicos Regionales (PER) en Biobío?
Acá tenemos dos: uno de hidrógeno verde y otro sobre métodos modernos de construcción de madera. En el segundo, recientemente, estuvimos en una reunión con la subsecretaria de Vivienda y su equipo con el gerente del Programa. Fue muy bien recibida la propuesta de establecer una plataforma de diseño que permita especializar a pymes en componentes constructivas.
Entendemos que avanzar hacia construcción sustentable y además industrializada es un desafío muy grande. Sería iluso pensar que desde ya vamos a empezar a construir solo casas 100% de madera, pero lo que sí podemos hacer es ir aprovechando esta evolución de la construcción industrializada y sustentable, agregando crecientemente componentes de madera y ese es el foco del programa.
Tenemos ya distintas piezas de ese rompecabezas bien armado y el programa entró al segundo año de operación. Puede tener hasta 3 ciclos, es decir, se puede extender hasta 9 años. Es clave que esta articulación con el Ministerio de Vivienda porque nos da el foco para seguir apuntando, además, con esfuerzos que se están haciendo a todo nivel.
Hay una operación en evaluación por parte del Ministerio de Hacienda con el Banco Interamericano para estimular la demanda de vivienda económica de carácter sostenible, o sea que capture carbono y para eso, básicamente, tiene que tener madera.
¿Y en cuanto al PER de hidrógeno verde y los desafíos de generar energía desde fuentes limpias?
Se habla mucho de hidrógeno verde, pero pronto vamos a tener que acostumbrarnos en Biobío a hablar de hidrógeno limpio, porque esta región tiene características bien particulares. Sabíamos que no era un valle de hidrógeno, porque no tiene la capacidad productiva de hidrógeno que tienen Magallanes y Antofagasta, pero sí es un hub de hidrógeno, porque tiene mucha demanda. Es un circuito que puede ser muy temprano en el país en esta materia en términos de oferta y demanda.
En eso queremos que tome el liderazgo. Ahora bien, como además existe la situación del suministro de gas desde Argentina y el hidrógeno limpio incluye el hidrógeno azul, que incorpora gas natural, un paso intermedio no menor puede ser avanzar hacia la reconversión de muchas industrias que actualmente están en energética con combustibles fósiles a hidrógeno limpio, que incluya el azul. En eso sí que Biobío corre absolutamente con ventaja en una carrera que sabemos que nos va a tomar varios años.
Por lo tanto, el hidrógeno azul puede ser una escala mucho más pronta. Es muy relevante en este próximo año si el gas viene de Vaca Muerta (yacimiento ubicado en la provincia de Neuquén, Argentina). Sería un proyecto que tiene que ver con abastecimiento y con la reconversión de industrias de todo su equipamiento, y eso también es demanda para la industria metalmecánica local. Entonces, es muy virtuoso y por eso es parte también del plan de reactivación.