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Inseguridad y falta de denuncias: la lucha de los comerciantes del Biobío contra la delincuencia

  • Cifras de la CNC revelan que el 59,6% de los locales comerciales en el país fueron víctimas de algún delito durante el primer semestre de 2024

A pesar de los esfuerzos por implementar medidas de seguridad, la delincuencia sigue siendo una amenaza latente para los comerciantes del Biobío. La falta de confianza en el sistema judicial, la alta tasa de revictimización y los costos asociados a la seguridad han creado un de inseguridad en el sector.

Ello luego de que el Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile (CNC), revelara que el 59,6% de los locales comerciales en el país fueron víctimas de algún delito durante el primer semestre de 2024.

Comparativa con períodos anteriores

Aunque esta cifra representa una leve disminución en comparación con la medición anterior (63,4%), sigue estando muy por encima de los niveles previos a la pandemia, cuando la victimización alcanzaba un promedio de 49,6%.

La encuesta, realizada entre el 22 de julio y el 21 de agosto de 2024 a 1.208 establecimientos distribuidos en Iquique, Antofagasta, Viña del Mar-Valparaíso, Gran Santiago, Concepción-Talcahuano, Temuco y Puerto Montt, muestra que los delitos más frecuentes son el hurto hormiga (27,3%), daños materiales al local (24,7%) y hurto (22,5%). Otros delitos incluyen el robo de accesorios de vehículos comerciales (12,7%), delitos económicos (11,2%), robo de mercancía en ruta (7,1%), robo con violencia (5,7%) y robo de vehículos comerciales (4,3%).

Alta tasa de revictimización

Uno de los aspectos más preocupantes de este es la alta tasa de revictimización. En promedio, los locales comerciales fueron atacados 18,3 veces durante el semestre. Sin considerar el hurto hormiga, la cifra a 5,2 veces. Delitos como el hurto y los daños materiales al local son los más recurrentes, afectando a más del 60% de las mismas víctimas en múltiples ocasiones.

 

Desconfianza en el sistema

A pesar de estos altos niveles de victimización, el 61,8% de los comerciantes afectados no denunciaron los delitos. Entre las principales razones para no hacerlo destacan la desconfianza en la eficacia de las denuncias (66,1%), la percepción de que los robos son de bajo monto (47,7%) y la complejidad del proceso de denuncia (45,5%). Esta tendencia es especialmente notable en ciudades como Concepción-Talcahuano y Temuco, donde el porcentaje de no denuncias es más alto.

Sara Cepeda, presidenta de la Cámara de Comercio de Concepción, expresó su preocupación por la falta de denuncias en el centro de la ciudad. “La gente no está denunciando porque sienten que no sirve de nada, y lo peor es que están normalizando la situación”, afirmó. El robo hormiga y los asaltos, incluso con armas, han aumentado, pero los afectados optan por no reportar estos crímenes. “Nos dicen que tienen miedo y creen que no se logra nada denunciando”, señaló.

Sara Cepeda, presidenta de la Cámara de Comercio de Concepción

Sara Cepeda, presidenta de la Cámara de Comercio de Concepción

 

Consecuencias de la falta de denuncias

Cepeda también destacó que la información oficial que manejan y la PDI se basa únicamente en las denuncias presentadas, lo que no refleja la realidad del comercio local. “La falta de denuncias impide que se identifiquen los puntos críticos de la ciudad y se incremente la presencia policial donde es más necesario”, advirtió.

Manuel López, presidente de la Cámara de Comercio de Talcahuano, añadió que muchos comerciantes optan por no denunciar debido a la ineficacia de la justicia y el temor de que los delincuentes, una vez procesados, regresen rápidamente a las calles.

El comercio ambulante y su impacto

López mencionó que el municipio de Talcahuano cuenta con una ordenanza que regula el comercio ambulante en los bienes nacionales de uso público, pero lamentó que esta medida no se esté implementando de manera adecuada. La presencia descontrolada del comercio informal afecta especialmente al pequeño comercio local, el cual lucha diariamente por competir en un entorno cada vez más desfavorable.

Juan Antonio Señor, presidente de la Fecomtur Biobío, expresó que, aunque las autoridades afirman que los índices delictuales han disminuido, la realidad vivida por los comerciantes y la comunidad muestra lo contrario.

Según él, la delegada presidencial, que es la principal autoridad encargada de la seguridad en la región, argumenta que las cifras oficiales muestran una disminución en los delitos. Sin embargo, esta afirmación contrasta con la realidad. “Nosotros le dijimos que no nos parecía”, señaló Señor, añadiendo que Carabineros ha reconocido que existe un problema de subregistro en las denuncias, lo que complica la obtención de datos reales sobre la magnitud de la inseguridad.

Un llamado a la acción

Desde su posición como presidente de la Fecomtur, Juan Antonio Señor hace un llamado constante a las autoridades para que se implementen medidas más efectivas de seguridad. Sin embargo, reconoce que, como , tienen limitadas facultades para abordar el problema directamente. Aun así, representan las preocupaciones de sus miembros ante las autoridades y difunden la realidad del comercio local en los medios de comunicación.

Impacto económico y medidas de seguridad

Para enfrentar este panorama de inseguridad, los locales han implementado un promedio de siete medidas de seguridad. Un 43% de los encuestados incrementó dichas medidas en el primer semestre de 2024, destacando el uso de cámaras de seguridad, la reducción del manejo de efectivo, la instalación de rejas exteriores, rediseños de locales, alarmas y la coordinación con los vecinos.

Sin embargo, las medidas de seguridad suponen un gasto considerable para los negocios, especialmente para las grandes empresas, cuyo gasto mensual promedio en seguridad alcanza los $3,8 millones, mientras que en medianas empresas es de $1,3 millones. Las pequeñas y microempresas invierten, en promedio, $492 mil y $336 mil mensuales, respectivamente.

José Pakomio, presidente de la CNC, subrayó la gravedad de los resultados de esta encuesta, destacando que, aunque se ha registrado una leve baja en la victimización, los niveles actuales siguen siendo significativamente más altos que antes de la pandemia. “El peor favor que podemos hacernos como país es felicitarnos por una leve caída”, señaló. Argumentó que la delincuencia sigue teniendo un impacto devastador en las comunidades, la salud mental, el turismo y el crecimiento económico.