Por María Olivia Recart, directora de Aclara
La historia de la región del Biobío nos habla de gente que ha sabido levantarse una y otra vez ante la adversidad. Desde las particularidades y problemas de la Colonia hasta el auge industrial del siglo XX. La economía de la zona camina a un tranco diferente del que lo hace el resto del país. Esto se debe a una estructura productiva distinta, forjada al alero de empresas que han entrado a la producción de bienes, como el sector forestal, manufacturero y servicios, principalmente.
En este tránsito de éxitos y desafíos, preocupa el estancamiento económico regional que muestran los últimos datos dados a conocer por el Banco Central. Estos datos indican que en 2024 la región presentó un crecimiento del 1,4% durante el primer trimestre. Desde la Cámara de la Producción y del Comercio del Biobío expresaron su preocupación y alerta por esta cifra. Esto se debe a las diversas dificultades por las que están atravesando varios sectores de esta zona.
Ante este escenario, vale la pena preguntarse entonces, ¿existe alguna salida? Sí, y una muy prometedora. Hoy la región del Biobío tiene la grandiosa oportunidad de darle cabida a empresas modernas e innovadoras. Estas empresas deben responder a los desafíos de la inevitable nueva revolución industrial que está viviendo el mundo. Y por cierto Chile, enfocada en la descarbonización y la sustentabilidad. Pueden incluso llegar a convertirse en un nuevo polo de atracción de inversiones.
Precisamente, en la comuna de Penco se está impulsando el primer proyecto de tierras raras del país de la mano de la empresa Aclara. Este proyecto destaca por ser una iniciativa de minería no tradicional y circular, que busca aportar a la nueva economía verde y descarbonizada. Su proceso, llamado Cosecha Circular de Minerales, es fruto de la innovación con apoyo de la academia local. Se distingue por no usar tronadura, chancado ni molienda. También, usa aguas 100% recicladas, sin tocar fuentes naturales. No genera residuos industriales líquidos, no genera relaves y realiza un cierre de faena con revegetación de especies nativas. De esta manera, transforma sus zonas productivas en un espacio de conservación.
Pero esta apuesta no sólo resalta por su enfoque basado en una producción limpia y trazable. También por generar valor social y progreso para Penco. Hoy la empresa lidera programas en áreas como la innovación, la biodiversidad, el fomento local, la cultura y el deporte. Estos incluyen talleres de robótica, de ciencia, una clínica de fútbol y un programa de restauración del bosque nativo. También, ha realizado capacitaciones para operarios en minería y cursos de maquinarias. Esto ha beneficiado a vecinos de Penco y de otras comunas del Biobío. Con su proyecto, se estima que la empresa aportará aproximadamente 2200 empleos directos e indirectos, con prioridad local.
Tenemos la esperanza puesta y los esfuerzos concentrados para que nuestra región del Biobío pueda ser un nuevo enclave productivo e industrial. Esto contribuirá a apalancar el desarrollo del país, desde la innovación y la sustentabilidad. No sólo eso, soñamos para que sea la cuna de un nuevo tipo de inversión moderna y conectada con las comunidades, como lo es nuestro proyecto Aclara. Estoy convencida de que tenemos todo para seguir creciendo. Podemos hacer de Chile un país más grande desde nuestro sur. De eso no me cabe ninguna duda.