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Territorio desconocido: La pérdida del sentido común y los valores en la sociedad actual

Por Jorge Serón Ferré, ex presidente de Biobío y de Cidere Biobío


En la agitada travesía de la modernidad, nuestra se ha extraviado en un territorio desconocido, alejándose no solo de lo natural, sino también de valores éticos fundamentales y, lamentablemente, del sentido común.

Vivimos en una época de extremos, donde las ideologías antagonistas nos arrastran a debates polarizados y descalificadores. Cada vez más, prevalece la discordia en lugar de la búsqueda de puntos en común. Nos hemos dejado llevar por las corrientes de la crispación y olvidamos que el diálogo respetuoso y la empatía son las brújulas que nos guían hacia la empatía, comprensión y el entendimiento mutuo.

En este escenario, la pérdida del sentido común se hace evidente. Hemos cedido ante las lógicas extremas y nos hemos sumergido en el mar de la desinformación y las teorías conspirativas. En lugar de apelar al razonamiento y la objetividad, dejamos que nuestras emociones tomen el timón. Es hora de retornar a la sabiduría que nos conecta con lo real y lo práctico, y así tomar decisiones más sensatas y justas.

En paralelo, la ética en lo moral y los negocios ha sufrido descalabros dolorosos. La ambición desmedida y la falta de responsabilidad social han minado los cimientos de la confianza en nuestras instituciones y en nuestros semejantes. 

Para volver a encontrar el camino, es preciso regresar a la base de valores sólidos que impulsen la honestidad, la probidad, la integridad, la trasparencia y el respeto por los demás.

Aun así, no todo está perdido. Hay un sendero a recorrer, una senda que requiere el retorno a la reflexión y la autenticidad. La educación tiene un fundamental en este viaje de redescubrimiento. Fomentar el pensamiento crítico y el análisis racional es crucial para revitalizar el sentido común y la ética en nuestra sociedad.

Es tiempo de buscar un equilibrio, de rescatar lo genuino y volver a encontrar la armonía con nuestro entorno. La naturaleza, aunque disminuida, sigue siendo un faro que nos inspira a regresar a lo esencial y a valorar lo que realmente importa. Reconectar con lo natural nos reconecta con nosotros mismos.

Recuperar el sentido común, los valores éticos y la conexión con lo natural nos permitirá trazar una nueva ruta hacia una sociedad más armónica, justa y equitativa. Cada paso cuenta en esta travesía de redescubrimiento, y es tarea de todos contribuir en la de un más consciente y reflexivo. 

Es hora de que nuestra sociedad encuentre su brújula perdida y vuelva a navegar hacia horizontes más prometedores y sensatos.