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Ha habido un aumento de deuda de las Isapre en las cuentas por pagar hacia las clínicas, pero es un circuito financiero que aún se mantiene trabajando.
La crisis financiera que afecta a las Instituciones de Salud Previsional (Isapre) y que podría llevar a algunas a la quiebra, mantiene a las clínicas y prestadores privados con un alto grado de incertidumbre, dada la estrecha relación económica que existe entre ambos actores.
Si por algún motivo, las Isapre entran en quiebra o cesación de pagos por insolvencia, esto tendría un impacto severo en la operación financiera de las clínicas y prestadores privados, admite el director de Clínicas de Chile, Javier Álvarez Pérez, en conversación con www.trade-news.cl
Y las razones resultan casi obvias según lo evidencian las cifras que expone el ejecutivo. “Las Isapre mantienen una deuda del orden de los $500 mil millones (US$ 600-US$700 millones) con los prestadores privados y existe la incertidumbre si esa deuda se va a pagar, porque las Isapre, también tienen una deuda de US$1.400 millones con sus asegurados y en la orden de prelación de pagos están ellos primero. Para las clínicas no quedaría nada”.
Las Isapre tuvieron pérdidas por unos $300 mil millones entre 2021-2022, pero lo que agudizó aún más su trance financiero fue el dictamen de la Corte Suprema de noviembre de 2022 que determinó que la fórmula de cobro de éstas desde 2019 en adelante fue equivocada y que, por lo tanto, deben devolverse los cobros en exceso a los afiliados, monto que se estima en US$1.400 millones y que supera su propio patrimonio. Un fallo que, repasemos, ordena a la Superintendencia de Salud implementarlo antes del 30 de mayo.
COBROS EN EXCESO
“Lo que dice la Suprema aquí es que la arena del reloj se acabó. Le dice a la Superintendencia, aplique la tabla de factores del año 2019, devuelva los cobros en exceso y determine el aumento de los planes que sea universalmente aceptado”.
El problema, sostiene Álvarez, sigue agravándose, porque las Isapre anotan pérdidas permanentes en los últimos dos años.
Así las cosas, esto podría significar que las Isapre que estén en una situación patrimonial débil quiebren lo que generaría un efecto dominó que arrastre en esa caída a los prestadores de salud, lo que detonaría una crisis sanitaria, anticipa quien es también director de Clínica Sanatorio Alemán.
Primero, dice, porque habría una migración importante hacia Fonasa y habría menos centros de salud privados para atender a la población, con un efecto neto bastante importante sobre las listas de espera, oportunidades de atención a personas que están en tratamiento o enfermedades graves que tendrían que entrar en una lista de espera en Fonasa, porque con la ley actual, esas personas tampoco se pueden cambiar de Isapre.
Los afiliados a Isapre son hoy unos 2 millones y los beneficiarios, 3,2 millones de personas y en Fonasa hay alrededor de 15 millones. Pero, desde el punto de vista de las prestaciones, los centros privados atienden a más de 10 millones de personas, por un tema de oportunidad. “Si yo necesito una consulta, un examen o un procedimiento en el sistema público, tengo una gran lista de espera. Si soy beneficiario de Fonasa, pero me quiero atender oportunamente, voy al sistema privado”, precisa Javier Álvarez.
- ¿Hay instituciones de salud privada que estén al borde de la quiebra?
La cadena de pagos aún no se ha interrumpido. Ha habido un aumento de deuda de las Isapre en las cuentas por pagar hacia las clínicas, pero es un circuito financiero que se mantiene trabajando. Están pagando con un poco de retraso, pero están pagando. El problema es que esto no aguanta más, porque la Superintendencia tiene que implementar el dictamen de la Corte Suprema antes del 30 de mayo. La Corte Suprema está haciendo el trabajo que los políticos no hicieron que es decir, hay que poner estas reglas del juego para que no se siga judicializando este problema. Hay más de dos millones de presentaciones que buscan congelar el precio de los planes desde 2010. Y si esa implementación no se hace responsablemente, podría conducir a las Isapre a la insolvencia.
- ¿Quiénes, a su juicio, serían los más afectados con el eventual colapso de las Isapre?
Los usuarios del sistema de salud completo. Porque si alguien tiene un problema de salud y quiere ser resuelto oportunamente, hace un esfuerzo económico importante por atenderse en una clínica privada. Lo que tiene que haber es una viabilidad para que las Isapre puedan hacerse cargo de las deudas.
- ¿Los flujos financieros de las Isapre están en movimiento según se percibe?
Las Isapre están perdiendo en los últimos años y con las actuales reglas del juego van a seguir perdiendo. La forma que pueden llevarse a cabo esto (ser viables) es permitiendo que las Isapre puedan subir los precios de los planes, para poder generar flujos positivos, para poder pagar las licencias, las prestaciones y, además, servir la deuda. Si esas condiciones no se dan se va a generar una insolvencia.
- ¿Dónde está el origen de esta crisis financiera de las Isapre?
Las razones de estas pérdidas de patrimonio tienen que ver con la imposibilidad de reajustar los precios de los planes, lo que ha afectado los ingresos. La judicialización, y el aumento orgánico de los costos de la salud, el drástico aumento de las licencias médicas y la migración a Fonasa dada por la incertidumbre de la situación económica y el aumento de los desempleados. Solo entre enero y febrero de 2023 hubo casi 100 mil migraciones, generado también por la propia incertidumbre que está generando el sistema.
Las razones son múltiples, pero hay un hecho fundamental que es que con este dictamen se les genera, además, una deuda impresionante y, por lo tanto, si no se hace algo, esta sería una crisis terminal, porque el patrimonio de las Isapre no da para responder frente a esta deuda, ni aunque sea pagada como se ha planteado, en dos o tres años.
- ¿Entonces, por dónde debería gestarse una solución?
Aquí es el Gobierno el que tiene el sartén por el mango y el Parlamento dirá lo suyo también. El Gobierno ha tomado cartas en el asunto y ha reconocido que hay un problema grave; las Isapre así lo han manifestado y la Asociación de Clínicas de Chile también. Creo que tendrá que ser una solución vía legal, porque este es un problema de tamaño mayor. Hablamos de montos que son significativos para el presupuesto. Además, no debería erogar gasto público, ya que estamos hablando, es de un sistema que se financia a través del aporte de los trabajadores, por lo tanto, se requeriría modificar las reglas del juego en las que tendrán que operar.
- ¿Frente a este riesgo de insolvencia de las Isapre, cómo está la Clínica Sanatorio Alemán?
Por ahora, nosotros estamos a la espera de cómo se resuelve esto. Operando normalmente, pero con una gran incerteza y con inversiones en stand by. La inversión es un acto de confianza en donde uno espera que lo invertido pueda recuperarse y eso es de lo más lícito posible. Incertidumbres como la nueva Constitución, son mucho menos que el propio marco regulatorio de las Isapre, porque la Constitución que se rechazó era bastante cuidadosa en el tema salud, ya que mantenía, por ejemplo, una previsión mixta, público- privada.