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Lorena Schmitt, presidenta de Andess, entregó a TradeNews.cl su visión de la industria sanitaria.
Chile está viviendo hace 13 años problemas serios de sequía y escasez hídrica en zonas donde nadie creería que existiera, como en Magallanes, donde nieva mucho.
Por ende, la industria sanitaria ha enfrentado este y otros problemas con inversiones acorde al cambio climático y al mejor aprovechamiento de las aguas, junto a un trabajo de concientización.
En ese sentido, Lorena Schmitt, presidenta de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess), quien estuvo en Biobío para apoyar a las comunidades en el marco de la emergencia por los incendios, entregó a TradeNews.cl su visión del sector.
– ¿Cómo está la situación del país teniendo en consideración que ya van más de 13 años de escasez hídrica y sequía, dependiendo la zona, y que a pesar de que el año pasado tuvimos un poco más de lluvia, sobre todo en la Región del Biobío, la situación hídrica sigue siendo compleja?
-Sí, como lo dice, está muy complejo. Los 13 últimos años de sequía y de escasez hídrica nos llevan a una situación de dependencia de las lluvias para subsanar. Por eso creo que es importante generar conciencia. Todas las empresas, desde Andess y sus compañías asociadas, estamos siempre generando campañas, educación en los colegios, con las comunidades respecto a concientizar a las familias y a todas las instituciones sobre las acciones frente a la escasez hídrica. Y eso es muy importante, porque muchas veces se nos olvida que estamos con este problema y esto pasa porque el año pasado llovió un poco más en Biobío, en la zona central y pudimos zafar. No tuvimos la amenaza del racionamiento, pero está como un yugo sobre nuestras cabezas. Pero lo más relevante es que mientras todo esto sucede, con los esfuerzos que hacen las empresas y las autoridades, la gente no lo ve, porque en las zonas urbanas, que es donde las sanitarias están operando o tienen la concesión, no se aprecia. Abrimos la llave y el agua fluye, entonces es difícil hacer esa concientización. Pero más allá de eso, yo creo que la gente sí está tomando conciencia de este problema, sobre todos los niños, quienes van a venir con otra forma distinta de ver las cosas, pues ya tienen internalizada la conciencia ecológica.
-Y las empresas, ¿qué están realizando frente a este escenario de escasez hídrica?
-Nos estamos anticipando a estos escenarios complejos de cambio climático realizando inversiones que se requieren para poder tener más obras que nos permitan proporcionar agua potable a todas las personas, sin importar los eventos del cambio climático.
-Justamente, el ministro de Obras Públicas llamó a las sanitarias de cinco regiones en avanzar en los estudios y proyectos por más de $300 mil millones para enfrentar el cambio climático. En ese sentido, y por lo que plantea, las empresas están en condiciones de enfrentar ese desafío y ese gasto.
-Todas las empresas han estado haciendo en los últimos años obras que están dentro del plan de desarrollo y hay muchas otras que no aparecen en esta iniciativa y que se hacen ante la inminencia de los efectos del cambio climático. El 40% del total de las inversiones de la década 2010-2020 fue en infraestructura de adaptación al cambio climático, en obras de resiliencia y seguridad, que llegaron a US$1.683 millones, de un total de US$4.360 millones. Además, estamos viendo cómo las inversiones van cambiando. Hace 20 años el desafío país era el saneamiento. A veces uno olvida que hace dos décadas era imposible bañarnos en muchas playas, no podíamos comer hortalizas de la manera que hoy sí los hacemos, no exportábamos, y ese fue un reto importante. Todas las inversiones se hicieron con ese foco. Y en los últimos 10 años, lo que vimos es que las inversiones han cambiado y actualmente la mayor parte se hace en obras de infraestructura para el cambio climático.
-Este año ya se están viendo cortes en algunas zonas de Santiago y del país, sobre todo en la noche, cuando supuestamente el uso del agua es menor. Por ende, este año ¿estamos en peligro de racionamiento si, sobre todo, no llueve de manera adecuada en Chile?
-Lamentablemente, como tú bien dices, esto depende del clima, las lluvias y cómo se comporte el agua en los primeros meses para ver si habrá racionamiento, que es una decisión que toma la autoridad. Como dije, el año pasado no lo tuvimos, porque fue más lluvioso, pero este año nadie puede saber eso con antelación. Ahora, lo que está pasando es el efecto del cambio climático, que se traduce en menor caudal que baja por las fuentes naturales y en verano viene con más barros. Por lo tanto, muchos de los deshielos, que no solo se dan en Santiago, sino que también en el norte, son mucho más difícil de tratar, puesto que en ocasiones viene con demasiado sedimento y no se puede hacer ese tratamiento con el alto volumen que llega. Por eso se están realizando algunos cortes preventivos en la noche para poder contar con más horas de tratamiento de esas aguas.
– ¿Cómo se ha comportado la industria en general? Se lo pregunto porque en el 2018 tuvimos el episodio en Osorno, donde el agua tuvo una contaminación y la gente estuvo muchos días sin el servicio. Incluso Essal fue multada y apeló. ¿Ha habido una evolución de la industria?
– La industria siempre ha estado invirtiendo para que estos escenarios, que es el peor para la población, no ocurran y durante los últimos años se han estado haciendo todas las inversiones necesarias para poner más obras de seguridad, mayores sistemas de resiliencia y reforzamiento en las operaciones para que esto no suceda y así evitar que lleguemos a lo que en algunos países se llama el día cero, que es cuando no va a haber agua. Entonces sí, la industria está 100% trabajando en esto. Nuestra prioridad son las personas y en eso nosotros no nos equivocamos y las atendemos a través de nuestras obras y operación diaria. Este es un servicio público y el agua, tal como lo vimos en pandemia y hoy con los incendios, es vital. Es algo que a veces se nos olvida porque la tenemos segura o creemos que la tenemos segura, pero es clave y nosotros nos dedicamos a que las personas la tengan en calidad y en cantidad.
-Dentro de las regiones, a excepción de la zona norte donde llueve poco por historia, y la zona central, donde, por ejemplo, ya hay municipalidades que ya no están regando, Biobío ¿tiene una situación más positiva en cuanto a recursos hídricos?
-Yo no diría que es más positiva, más bien, lo que sostendría es que la zona sur y más allá tiene distintos efectos del cambio climático. Si en el norte y en la zona central tenemos el efecto de la escasez hídrica, lo que sucede de Biobío al sur, es el problema de las aguas lluvia, donde hay mucha, pero no existen cauces que las puedan tratar. Muchas veces pensamos que el cambio climático solo es falta de agua y a veces es todo lo contrario, es el exceso que no lo podemos encausar y eso es lo que puede generar emergencias. Ahora, todas las empresas de Biobío hacia el sur se están ocupando en tener sistemas que puedan brindar más seguridad.
-Sí, la situación es tan complicada que, en Magallanes, por ejemplo, están con problemas de sequía y uno piensa que es extraño, porque en esa zona nieva mucho. Por ende, hay sectores del país donde el escenario es delicado.
-Exacto. Por eso es tan importante generar conciencia de que, claro, esto se da en la zona central, pero los efectos de cambio climático se están presentando en todo el país con distintas magnitudes y efectos, pero es algo en que tenemos que trabajar. Este desafío de la adaptación al cambio climático solo se puede abordar con colaboración público privada. Esto, más obras, mayor concientización y todo lo que respecta para estar preparados para que ese día cero no venga, es algo que solo se puede trabajar en conjunto con el sector público, con las autoridades, con el sector privado, con la sociedad civil y con la comunidad. En esto quiero poner una cuota de optimismo en que todos estamos haciendo lo necesario para adaptarnos al cambio climático.