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‘Strong by Form’ apuesta a proyectos de alto impacto para impulsar su desarrollo

Firma de materiales biocompuestos concreta acuerdos en economías e industrias diversas. Destaca el diseño de componentes para la alemana BMW.

Fundada en 2018 por los arquitectos Daniel Ortiz del Río y Jorge Christie Remy-Maillet, y el ingeniero civil Andrés Mitnik Asun, ‘Strong by Form' es una rupturista compañía de origen nacional dedicada a la fabricación de soluciones estructurales inspiradas en diseños naturales y en base a materiales biocompuestos que incorporan madera; una tecnología denominada ‘Woodflow'.

Durante su trayectoria han adjudicado diversos fondos públicos y privados provenientes de instituciones como CMPC Ventures y Corfo, cada uno les ha apoyado en los diversos momentos de su desarrollo como empresa. Actualmente, cuentan con participación y proyectos en diversos países de Europa y apuntan al desarrollo de proyectos con visibilidad global.

Ávidos por la , la idea que da origen a ‘Strong by Form' es reemplazar el hormigón por un material que fuera más resistente que el hormigón pero con un impacto ambiental mucho menor.

‘Strong by Form' apuesta a proyectos de alto impacto para impulsar su desarrollo

‘Strong by Form' apuesta a proyectos de alto impacto para impulsar su desarrollo

 

Una inquietud

Andrés es el CEO de la compañía y comenta que la noción original fue una inquietud de Jorge quien, en 2017, mientras realizaba sus estudios de doctorado en Europa, con ese impulso “se metió en el mundo de la manufactura aditiva que casi no genera desperdicio y permitía desarrollar formas que permiten agregar rigidez sin agregar más masa y trabajando con fibra de , al poco tiempo, logró hacer un prototipo de una losa muy liviana y muy resistente”.

El problema con la fibra de carbono, es que su proceso de fabricación es caro y altamente contaminante por lo que comenzaron a buscar alternativas para dar solución a una demanda siempre creciente de materiales de construcción y, ante la abundancia de disponibilidad de la madera, decidieron comenzar a experimentar con ella, “bajo la lógica con las lógicas de los materiales compuestos”, lo que, explica Mitnik, “significa agregarle forma y direccionalidad, sus fibras permiten que sea un material muy liviano, pero a la vez muy resistente, y eso, a su vez, lo hace industrializable, o sea se puede vender en volumen para poder realmente reemplazar concreto y acero por madera”.

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DE LA IDEA A LA EMPRESA

Tras la formulación de esta tecnología, ambos arquitectos invitan a Mitnik a ser el CEO de la empresa y le plantean el reto de la escalabilidad. “Generalmente”, explica el ingeniero, “los emprendimientos de base tecnológica vienen del doctorado de alguien que ya tiene la tecnología y sólo falta comercializar y éste no era el caso. Decidimos salir de esa lógica porque la velocidad de la academia no tenía que ver con lo que somos”.

El componente tecnológico resultaba fundamental para impulsar el desarrollo de su empresa, lo que implica importantes y tiene un gran factor de incertidumbre. “Confiamos en que podemos hacer las cosas de forma diferente, que podríamos plantearlo como un proyecto de venture capital con algunas reglas distintas y estábamos muy convencidos de que la tecnología era lo suficientemente atractiva como para generar interés”.

Una idea innovadora

Esta incerteza del mercado se grafica en que les costó lograr el patrocinio de una aceleradora una vez que ya se habían adjudicado un capital semilla, uno de los primeros fondos públicos que obtuvieron. “Era una idea loca, en el fondo: hacer autos y edificios de madera”, reconoce Mitnik.

Haberse adjudicado un capital de riesgo de CMPC fue lo que los puso en el mapa. “Eso nos ayudó mucho porque todo el mundo se dio cuenta de que existía esta startup y que había capturado la atención de alguien que sabía del tema. Eso nos permitió hacer nuestra primera ronda de levantamiento de capital, donde alcanzamos US $300 mil”.

Rápidamente, se dieron cuenta de que el sistema de venture capital nacional no cuenta con lo que se requería para que una idea así tuviera espacio por lo que, una vez obtenido el primer puesto en la competencia de startups de la Semana de la Madera de Corma en 2019, decidieron buscar opciones en Europa y actualmente cuentan con una oficina estable en Stuttgart desde donde han firmado importantes acuerdos comerciales.

“Estamos ampliando nuestra operación europea, pero la planta piloto de fabricación está en y el año pasado cerramos una ronda de levantamiento de capital por US$5 millones.” Con lo que incorporaron inversionistas como CMPC de Chile y grupos como Finsa de España, Pfeifer de Austria y Vinci de Francia, la firma de construcción más grande del mundo.

NUEVOS PROYECTOS E IMPACTO GLOBAL

Después de probar que sus soluciones funcionaban desde la perspectiva estructural, esto es que podían reemplazar a los materiales tradicionales, el desafío, explica Mitnik, fue “demostrar que éramos capaces de hacer esto de forma industrializada y ahí es donde entraron los robots y habilitamos la célula robótica que tenemos hoy día. Que trabaja automatizadamente a una velocidad muy alta”.

“De a poco, nos empezamos a contactar con las mejores oficinas de arquitectura e ingeniería del mundo y desarrolladores inmobiliarios de otros países y empezamos a armar nuestro portafolio de productos”, detalla el ingeniero, entre los que destaca BMW, uno de sus socios actuales, con los que están desarrollando un compuesto para la carrocería para automóviles eléctricos que les permita reemplazar el acero y el aluminio, cuya fabricación es altamente contaminante. “Ese piloto va a estar listo en noviembre y es bien increíble, incluso para los propios alemanes, que una startup que nació en el fin del mundo esté involucrada en este desafío”.

Desarrollos verdes

También en Alemania, ‘Strong by Form' está actualmente desarrollando para la ferroviaria Deutsche Bahn una atractiva marquesina para la estación de Berlín que será inaugurada en septiembre, “pensando en ayudarlos a hacer más verde su ”.

“Hoy, ya tenemos socios en España y en Austria e inversionistas en, al menos, siete países más”, detalla Mitnik y explica que también tienen proyectos aún confidenciales en Dubai, Francia y Argentina. Estas iniciativas, confían, les darán una visibilidad que aún no tienen. “La gente aún no diseña con Woodflow porque no sabe que existe”, afirma el CEO.