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Gobierno declaró Emergencia Agrícola en el Biobío

Esta medida permitirá el despliegue de ayudas tempranas como la entrega de alimentación animal y el inicio del Catastro de Afectación Silvoagropecuaria para determinar el número de productores damnificados. 

El Ministerio de declaró estado de emergencia agrícola en la , por los daños productivos derivados del sistema frontal que afecta a la zona centro-sur del .

«Estamos comprometidos como Gobierno en ir en apoyo de los sectores más afectados y trabajar con convergentes las ayudas tempranas que se requieran en la región del Biobío. Estamos en contacto con los gobiernos regionales y los municipios para realizar un levantamiento de los daños y con eso asistir la demanda del agrícola que sabemos lo está pasando mal con este frente de mal tiempo», dijo el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela.

Con esta medida iniciará el despliegue de ayudas tempranas en la región del Biobío, con la entrega de alimentación para ganado, aves y colmenas y comenzará la ejecución del Catastro de Afectación Silvoagropecuaria, para determinar el número de productores que sufrieron daños.

La subsecretaria de Agricultura, Ignacia Fernández, relevó la importancia de esta medida, sobre todo, porque permite acelerar las acciones para apoyar a los afectados. «Declarar Emergencia Agrícola implica una agilidad en la ejecución de los recursos a través de los gobiernos regionales y las autoridades locales para ver, en cada uno de los casos, cuál es la mejor medida a tomar en cada productor y evaluar la mejor forma de atender cada una de esas necesidades», señaló.

Los mayores daños se concentran en Arauco, Negrete y Santa Juana. Al respecto, la seremi de Agricultura, Pamela Gatti, apuntó que «estamos levantando la información respecto a las pérdidas de las agricultoras y agricultores, que se enfocan, principalmente, en praderas anuales y permanentes, inundaciones en sus cultivos tradicionales y diversos daños en sus invernaderos, sistemas de riego e infraestructuras”.

 Las medidas inmediatas se complementarán con otras de mediano y largo plazo que buscan adaptarse a una situación que ya no se constituye como emergencia, sino que como una realidad estructural debido a los efectos del cambio climático.