Este 26 de agosto se cumplieron 80 años desde que se instaló el modelo de enseñanza técnico-profesional en Chile. En ese contexto, ex alumnos de liceos técnico-profesionales de la Corporación de Estudio, Capacitación y Empleo de la Cámara de la Producción y Comercio de Concepción (CPC Biobío) compartieron el impacto que tuvo en sus vidas el haber estudiado en un sistema de enseñanza dual: cómo los marcó, las oportunidades que les brindaron y el recorrido profesional que han tenido después de egresar del liceo.
Uno de esos casos es el de Cristián Tiznado. Él egresó el año 2011 del Liceo Bicentenario de Excelencia Industrial de Tomé con la especialidad en construcciones metálicas. De su paso por la educación técnica, y específicamente del Programa Dual, tiene los mejores recuerdos: “El hacer el ‘dual’ en una empresa me entregó conocimientos y habilidades, que luego, cuando continué mis estudios, me di cuenta mis compañeros no tenían y los valoré mucho. Yo tenía una base de conocimiento mucho más amplia, pero también habilidades para desempeñarme en el mundo laboral ya formadas. Esto me permitió poder trabajar mientras estudiaba y tener potenciales clientes cuando comencé a trabajar”.
Cristián pudo formar su propia constructora en la que el fuerte es la construcción de estructuras metálicas. “Soy el primer profesional de mi familia. La enseñanza técnico-profesional me entregó las herramientas para seguir estudiando. Yo, gracias a la carrera técnica que me dio el liceo, pude estudiar una carrera profesional. Vengo de una familia humilde, mi papá falleció cuando yo era pequeño y mi carrera técnica es la que me permitió estudiar y trabajar al mismo tiempo y así llegar a ser lo que soy hoy”, reconoce Cristián.
Una experiencia similar tiene Leonardo Mendoza, 44 años. Hoy es empresario del rubro automotriz y como ex alumno del Liceo Industrial de Concepción es un aliado del sistema de enseñanza dual que imparten los Liceos de la Corporación de Estudio, Capacitación y Empleo de la CPC Biobío.
Leonardo egresó el ‘97 del liceo y obtuvo la especialidad en mecánica industrial: “La enseñanza de los liceos técnicos profesionales es la base para cualquier persona que se proyecta en el área automotriz. Gran parte de mi carrera profesional se la debo al Liceo industrial de Concepción. Yo creo que las capacidades técnicas que se lograban en este liceo no las daba nadie más en su momento acá en Concepción”, acota Leonardo.
Emblemático es el caso de Carlos Pedreros, también egresado del Liceo Industrial de Concepción el año 1995 y fue la primera generación dual del establecimiento: “Me tocó hacer mi dual en Masisa, en Chiguayante, una empresa con tecnología de punta. Era algo completamente nuevo para la época. Cuando llegábamos nos preguntaban si veníamos a visitar a nuestro papá y teníamos que explicar que no, que veníamos a trabajar, toda la ropa nos quedaba grande, pero la ilusión era muy grande, sabíamos la tremenda oportunidad que teníamos”, recuerda.
Hoy Carlos tiene su propia empresa, Metalrubber, la cual formó hace 12 años atrás, dedicada a la maestranza, construcción de estructuras metálicas, fabricación de repuestos de goma y mantención industrial en terreno. Aquí trabajan más de 40 personas y está presente en San Javier, Nueva Aldea, Talcahuano y Arauco.
Para llegar hasta donde ha llegado Carlos reconoce que hay parte de su personalidad y de su sueño de ser empresario, pero también hay mucho de lo aprendido en el liceo y el legado de los profesores. “Llegábamos al instituto o a la universidad muy bien preparados. Teníamos una excelente base. Recuerdo que en primer año de la universidad el profesor me pedía a mí que le enseñara dibujo técnico a mis compañeros, y lo que yo sabía de dibujo técnico era lo que mis profesores del liceo me habían enseñado. Era una formación excelente, en una época donde costaba entrar, donde todos queríamos entrar al Liceo Industrial de Concepción, pero solo unos pocos lo lográbamos”.
Esa opinión sobre la formación de excelencia y la preparación para el ámbito laboral y universitario también la comparte Natalia Rivera, ex alumna del Liceo Comercial Femenino de Concepción, Incofe, quien egresó en 2014 de la especialidad de Administración. “Entré con la idea de que tenía que aprovechar todo lo que el liceo me ofrecía, porque no sabía si esta sería mi única oportunidad para estudiar, por lo tanto, si era así tenía que dar el máximo”.
Natalia participó de varios programas que ofrece la Corporación en sus liceos, como el Anglo Lab. “Yo sabía que el inglés era fundamental para lo que quisiera hacer más adelante y así fue. Estudié turismo aventura y cuando hice mi práctica me pude entender perfectamente con todas las personas”, comenta.
Laura Sánchez egresó el año 2016 del Liceo Bicentenario de Excelencia Comercial Insuco, con la especialidad de Administración con mención en Logística y aprovechó el convenio que tienen los liceos de la Corporación con la Universidad Católica de la Santísima Concepción para continuar sus estudios. Hoy se desempeña en una empresa contratista de Essbio. Sobre el modelo dual, opina que sin duda fue un gran plus el haber estudiado con este sistema educativo: “Es bastante enriquecedor porque te entrega herramientas que te permiten insertarte en el mundo laboral de una manera más avanzada que otras personas que salen solo con cuarto medio.”