Por Renato Segura, economista Ingeniería Comercial USM
Para quienes cotizaron entre los fondos B y C del actual sistema de pensiones, durante el año 2024 obtuvieron una rentabilidad del orden del 4% real. La cifra se desglosa de 8,4% nominal deducido el 4,4% de incremento de la UF entre enero y diciembre de 2024. Un depósito a plazo a un año, reajustable en UF, rentó un 2%. Es decir, quien invirtió en el sistema AFP generó el doble de rentabilidad respecto de quién optó por el sistema financiero tradicional.
La propuesta No + AFP fue incubada por la coalición gobernante, en la Propuesta Técnica “Nuevo Sistema de Pensiones para Chile” presentada al país el 28 de noviembre de 2016. Con motivo del programa de gobierno de las fuerzas progresistas para la elección presidencial de noviembre del año 2021, el documento fue actualizado en “La Propuesta de Pensiones que Chile Necesita 2021 – 2100” publicado en febrero de 2021.
En lo sustancial, la implementación de la política No + AFP considera un sistema de reparto solidario, con financiamiento tripartito de los trabajadores, las empresas y el Estado incorporando además un Fondo de Reserva Técnica para capitalización. El nuevo sistema considera una institución administradora de derecho público, autónoma, sin fines de lucro, con individualidad jurídica, financiera, contable y administrativa (sic).
En febrero del año 2022 entró en vigor el sistema de Pensión Garantizada Universal PGU, el cual permitió acceder a un aporte monetario mensual – financiado por el Estado – para aumentar las pensiones más bajas percibidas en el sistema contributivo. Si bien era un paso importante para avanzar hacia un sistema de seguridad social, aún estaba lejos de cumplir las demandas del progresismo de terminar con el modelo de AFP. La pregunta que ronda el ambiente es si la propuesta No + AFP va a permitir sostener mejores pensiones respecto del actual sistema de capitalización individual.
El sentido común sobre la cuantía de los fondos previsionales puede contribuir a dar luces a una posible respuesta. Mejorar las pensiones requiere necesariamente incrementar dichos fondos vía la rentabilidad y/o el aumento del porcentaje de cotización. Empero, para un grupo importante de trabajadores, perteneciente a los sectores informal y público, solo es posible lograrlo mediante un esfuerzo en el erario que está subvaluado en las propuestas conocidas.
Según el último reporte del Instituto Nacional de Estadísticas del INE, existen 2,5 millones de ocupados en el sector informal (27% de la fuerza laboral ocupada). Para este segmento de la población, la futura PGU será con cargo al presupuesto de la nación.
El sector público, por su parte, contribuye con 1,2 millones de trabajadores. Durante el 2024 el reajuste real de remuneraciones para el presupuesto 2025 fue de 0,64%. Por tanto, si se agrega el 2% de rentabilidad de los fondos en el sistema financiero tradicional, la rentabilidad total podría llegar al 2,64%, inferior al 4% que muestra hoy el sistema de AFP. En lo que respecta al sistema de financiamiento tripartito, este no aplica dado que empresa es igual a Estado. Por tanto, el aporte de recursos públicos sería mucho mayor al estimado en la propuesta de No + AFP.
En resumen, sin contar con el aumento relativo del envejecimiento poblacional, los supuestos utilizados por quienes abrazan el término del sistema de capitalización individual son inaplicables en el caso de casi 4 millones de ocupados de la fuerza de trabajo actual, lo que implica que las estimaciones del costo del nuevo sistema superarían holgadamente el 10% del PIB, cifra que es insostenible para cualquier gobierno.