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Economía actual no justifica ni resistiría un nuevo retiro previsional

Expertos coinciden en que las consecuencias a largo plazo podrían ser muy complejas, incluyendo afectaciones graves al patrimonio de los cotizantes y la inestabilidad del sistema.

Este martes, la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados vota el séptimo proyecto de ley presentado para hacer un nuevo parcial de los previsionales. Se trata de cuatro proyectos fusionados y uno de los elementos más llamativos es la propuesta de que los afiliados puedan retirar hasta la mitad de sus fondos para adquirir una vivienda.

El senador y miembro de las comisiones de Defensa, Derechos Humanos, Economía y Trabajo de la Cámara Alta, Gastón Saavedra Chandía comentó que “los efectos de que se apruebe el séptimo retiro de los fondos de son lapidarios. Por un lado, se amplifica la cantidad de chilenos que quedarían sin recursos en sus fondos previsionales: 4 millones cien mil chilenos, y eso significa que están condenados a tener sólo una pensión garantizada, solidaria, una vida prácticamente por debajo de la línea de la pobreza en términos de los .

Además, el legislador citó otro factor negativo: los efectos en la economía. “Habría mucho circulante lo que aumentaría la demanda y eso evidentemente afecta a los precios al alza, lo que disminuye el poder adquisitivo y, por tanto, el IPC se vuelve incontrolable nuevamente, con todas las dificultades que genera en la economía chilena y que ha costado tanto darle un ordenamiento y mantenerla lo más cercana a efectos menores en los bolsillos de los chilenos y que no afecte tan fuertemente los ingresos y el crecimiento”.

No se justifica el retiro

“Si lo entendemos como un proceso masivo, como ya ha fracasado anteriormente, no lo veo factible con la situación económica en que estamos”, comentó el académico de la Facultad de Ciencias Empresariales de la U. del Bío-Bío, Francisco Gatica Neira.

Los retiros se justificaron sólo en el contexto de una necesidad de poder estimular la demanda agregada en plena pandemia”, para que los datos de empleo y de crecimiento económico no se vieran tan mermados”, detalló.

En la misma línea, el investigador del Centro de Investigación Empresa y Sociedad, CIES, de la U. del Desarrollo, Carlos Smith Clavería, sostuvo que esta propuesta “no resiste mucho análisis, en términos de lo irresponsable que sería, considerando las presiones inflacionarias que podría tener y antes que eso es que va a llegar a muy poca gente, pues mucha gente quedó sin ahorros (en los retiros anteriores)”.

En el largo plazo, advierte Smith, esta medida generará, además, un incremento en las tasas de créditos a plazo como los hipotecarios, junto con el evidente impacto “en el futuro la jubilación que va a ser mucho menor, lo que le va a significar al Estado un costo adicional para todas esas personas que se van a quedar sin ni un peso. Eso se puede transformar en más impuestos y en menores prestaciones por parte del Estado para todos”.

“En la práctica”, agregó Gatica, “lo que haría sería inflar mucho más la demanda agregada, porque habría una mayor cantidad de dinero y eso se traduciría en una situación de mayor inflación y ya hay una tendencia inflacionaria por el precio de factores productivos”.

 

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Impacto en las proyecciones macroeconómicas

En cuanto a las condiciones macroeconómicas actuales y cómo éstas se verían afectadas con este séptimo retiro, Smith señaló que “vamos a tener un crecimiento seguramente más cercano al 2,3% o 2,4% este año, lo cual es totalmente insuficiente y, además, vamos a tener más presiones inflacionarias de las esperadas, terminando el año con 4,4% de inflación y sumémosle a eso que el impulso externo no es muy bueno: las expectativas de crecimiento de se redujeron nuevamente y Estados Unidos va a tener una actividad un poco más deteriorada y, en Chile, el mayor crecimiento seguramente va a estar por el lado de la minería”.

Smith agregó que “las condiciones siguen siendo complejas, las tasas de interés siguen siendo restrictivas y cualquier impulso adicional sobre la inflación puede hacer que la baja de la tasa de interés se demore más con todas las implicancias que eso tiene para el comercio. Estamos con una economía bastante estancada, por lo que un retiro puede tener efectos momentáneos de mayor consumo, pero que a la larga se traducen en una situación peor que la de antes”.

En el mismo sentido, Gatica llamó a recordar que el país tuvo una inflación del 12% “un poco estimulada por los retiros del 10% más el IFE y, por tanto, no sería aconsejable -dado que se está tratando de alcanzar una meta del 3% (de inflación anual) con una tasa de interés que quizá ha bajado más lento lo que se podía esperar- tratar de inyectar demanda agregada a la economía”.

“La idea es que el Banco Central, de aquí a un tiempo más, pueda seguir bajando la tasa de interés para estimular la inversión y esto no contribuiría a ese objetivo”, concluyó Gatica.