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Biobío mostró un aumento en la tasa de desocupación femenina

  • Expertos plantearon su preocupación por el incremento en este segmento. Desempleo subió llegó al 8,7% en la zona.

La situación laboral en la Región del Biobío muestra signos mixtos, con un leve aumento en la desocupación, pero también con un crecimiento en la participación y ocupación laboral. La disparidad de género en el empleo sigue siendo un desafío importante para la región, según la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) realizada por el Instituto Nacional de Estadísticas (), que reveló que la zona registró un aumento en la de desocupación del 8,7% durante el trimestre de julio a septiembre de 2024.

Este incremento de 0,1 puntos porcentuales en comparación con el mismo período del año anterior se debe a que el crecimiento de la fuerza laboral ha superado ligeramente al de las personas ocupadas.

El informe del INE destaca, además, que la fuerza de trabajo aumentó en un 2,8%, mientras que el número de personas ocupadas lo hizo en un 2,7%. Como resultado, el número de gente desocupadas subió en un 4,8%. Las tasas de participación y ocupación también experimentaron cambios, situándose en 55,9% y 51,0% respectivamente, lo que representa un aumento de 1,2 y 1,0 puntos porcentuales.

La población fuera de la fuerza de trabajo disminuyó en un 2,0%, lo que podría interpretarse como una señal positiva de más personas buscando activamente empleo. Sin embargo, la situación es dispar entre géneros: la tasa de desocupación femenina se incrementó en 2,6 puntos porcentuales, llegando al 10,4%, mientras que la masculina disminuyó en 1,6 puntos, situándose en el 7,5%.

Alza de personas ocupadas

En términos de empleo, el total de personas ocupadas creció un 2,7% en doce meses, con un notable incremento del 5,1% en hombres. Los sectores de la industria manufacturera, enseñanza y construcción fueron los que más contribuyeron a este aumento. Por otro lado, los asalariados formales y los trabajadores por cuenta propia vieron incrementos en sus cifras de 3,2% y 4,0%, respectivamente.

Informalidad

La tasa de ocupación informal se situó en el 25,9%, con una mínima reducción de 0,1 puntos porcentuales en un año. A pesar de esto, el número de personas en empleo informal creció un 2,1%, impulsado principalmente por los hombres y los sectores de construcción y servicios administrativos y de apoyo.

Para , docente e investigador del Centro de de Empresa y Sociedad de la Universidad del Desarrollo (UDD), “se está dando una combinación de factores. La economía ha mostrado una leve mejoría en comparación al año pasado, aunque no en la magnitud esperada. Este crecimiento, aunque menor, se ha reflejado en sectores como el comercio y la construcción, en particular en el área inmobiliaria, generando nuevos puestos de trabajo”. 

Sin embargo, apreció que este crecimiento limitado, sumado a una proyección económica moderada, hace que muchas familias sientan la necesidad de incrementar sus . “Esto explica por qué muchas mujeres han ingresado al mercado laboral buscando un salario adicional, lo que podría estar contribuyendo al aumento de la tasa de desocupación femenina. Es decir, la participación laboral está aumentando, en gran medida impulsada por este sector. Por un lado, la economía mejora y surgen posibilidades de empleo, pero por otro, las perspectivas de un crecimiento más lento motivan a más personas, especialmente mujeres, a buscar trabajo”, explicó.

Aumento en la fuerza de trabajo 

Mientras que Tarik Lama, académico en Derecho Laboral y director nacional de la Clínica Jurídica de la Universidad de Las Américas, afirmó que el aumento en la fuerza de trabajo no implica mayor confianza en hallar empleo. “Aunque el aumento en la fuerza de trabajo es un indicador relevante, no podemos concluir directamente que esto signifique mayor confianza en encontrar empleo”, acotó

La fuerza de trabajo se refiere a aquellas personas en edad laboral que, durante el período examinado, cumplen con los criterios para ser consideradas ocupadas o desocupadas. A su vez, se observa un incremento en la tasa de participación, que muestra la proporción de personas en edad de trabajar que se involucran en el mercado laboral, ya sea como ocupados o desocupados.

Además, Lama destacó el aumento en la tasa de ocupación, un indicador clave de la ENE, que representa el porcentaje de ocupados respecto al total de la población en edad de trabajar. Sin embargo, señaló que esta no es simplemente el complemento de la tasa de desocupación, ya que las poblaciones de referencia para cada tasa son distintas. 

Añadió que el aumento en el desempleo femenino es un dato alarmante que demanda un análisis exhaustivo. Entre las posibles causas se encuentran las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar, en que muchas mujeres asumen de manera exclusiva las responsabilidades familiares, una situación perpetuada por una cultura machista y la falta de normativas que favorezcan su inclusión e igualdad en el ámbito laboral.

Aparte está la discriminación de género, pues las mujeres suelen enfrentar desafíos adicionales en el mercado laboral, tales como brechas salariales, menor representación en ocupaciones de mayor prestigio y dificultades para balancear la vida laboral y familiar.

Para erradicar estas barreras, Lama sugirió implementar políticas públicas enfocadas en promover la igualdad de género en el ámbito laboral, facilitar la conciliación entre vida laboral y familiar, fomentar la igualdad salarial, apoyar la capacitación y formación de mujeres en el trabajo y combatir la violencia de género. “La adopción de estas medidas permitirá reducir desigualdades y promover un entorno laboral más justo e inclusivo para todos”, cerró.