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Diversos protagonistas del mundo vitivinícola están trabajando juntos en un programa del Comité Corfo denominado, Programa Territorial Integrado que busca potenciar y tener como protagonista mundial el denominado Valle del Biobío.
“Los terrenos de Chile son admirables para el cultivo de la viña ya sea por su naturaleza, o ya por la forma de anfiteatro que presentan sus colinas. Su cultivo empieza en el confín norte de la República y no se prolonga más que hasta la provincia de Concepción, a 37 grados sur…» Palabras del naturalista francés, Claudio Gay, contratado por el Gobierno de Chile en 1830 para realizar diversas expediciones científicas de la riqueza de la naturaleza de nuestro país, botánica y cultura.
Cerca de dos siglos más tarde, las propiedades de la tierra siguen presentes y con un grupo de productores, agricultores, mundo público y privado para potenciar el denominado valle del Biobío en materia vitivinícola.
Para ello, el Estado, a través de un Comité Corfo trabaja con un foco clave en esta materia y ha desarrollado un Programa Territorial Integrado (PTI).
La labor se concentra en diversas acciones para poner en valor el denominado valle del Biobío y su enorme de oportunidad de ser protagonista mundial gracias a sus ancestrales parras y las nuevas viñas, muchas de ellas con un trabajo de cepas con los más importantes expertos nacionales y reconocidos internacionalmente en esta materia.
OPTIMIZAR RECURSOS
Roberta Lama Bedwell, directora del Comité Corfo Biobío, destacó que: “El objetivo central de este proyecto es desarrollar e implementar un modelo de gestión territorial integral que potencie y consolide la industria vitivinícola en la región del Biobío. A través de este modelo, se busca optimizar la gestión de los recursos, fortalecer la colaboración entre los diversos actores del sector y mejorar la competitividad de los vinos del Biobío a nivel nacional e internacional”.
Para esto se ha desarrollado un trabajo de levantamiento de información tanto primaria como secundaria, a través de encuestas y talleres con los diferentes actores de la industria del vino, con lo que se han identificado las brechas existentes, las cuales se analizarán en la actividad de validación para identificar cuáles son las más relevantes y qué iniciativas existen o podrían ser desarrolladas en beneficio de la industria vitivinícola regional.
Durante la más reciente jornada de trabajo junto la consultora que lleva adelante los diversos talleres, participaron actores que intervienen en la cadena de valor de la industria del vino, como organismos públicos, proveedores, asesores, clientes y productores. Hubo representantes de viñas de todo el territorio de la Región.
El enólogo y productor de vinos Francois Massoc, destacó que: “Tenemos una región con una diversidad y heterogeneidad increíble. Además, el trabajo colaborativo y escuchar a otros actores es clave”.
Manuel Moraga y Paola Marini tienen una viña en Yumbel. Se denominan agricultores, productores de uva y lo que da la posibilidad de producir vino todos los años. Concentran una mirada de trabajo más tradicional del vino, de una forma más ancestral del trabajo con la vid.
“Hacemos vinos naturales 100 % de Torontel, uva país, Malbec, Moscatel de Alejandría y Cabernet Sauvignon. No pertenecemos a ninguna agrupación, pero este trabajo que se está realizando está muy bien hecho, porque se está visualizando una idea en común sobre la base de cooperación con un respeto importante al trabajo de cada productor y la naturaleza”, comentaron.
El seremi de Economía, Javier Sepúlveda, dijo “el programa viene a generar un impulso mayor para este importante sector productivo de nuestra región que hoy tiene brechas y desafíos muy relevantes. Acompañaremos a estos productores de vinos por cerca de tres años con este programa que permitirá avanzar en sus capacidades productivas, mejorar su posición en el mercado, en la misma a la misma vez que logramos afianzar una identidad de región respecto a los vinos y elementos que giran en torno a este sector productivo”.
La idea de este trabajo conjunto tiene como misión recopilar y validar información sobre brechas y oportunidades competitivas en la industria del vino de la Región. Identificar actores clave y seleccionar socios estratégicos para el escalamiento competitivo. Priorizar proyectos de inversión y socios estratégicos para el crecimiento competitivo y sostenible del sector vitivinícola del Biobío. Crear un Plan de Trabajo a tres años con indicadores y una propuesta de gobernanza que coordine a los socios comprometidos.