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Científica de Talcahuano desarrolla dispositivos vestibles para niños neurodiversos

El proyecto tiene una importante proyección comercial, dado que su población objetivo está en aumento de acuerdo a las mediciones globales y está pronto a abrir una campaña de crowdfunding patrocinada por Santander.

Neuroplastic Lab es el nombre de una liderada por la científica Carmen Gloria Jiménez Pino. Oriunda de Talcahuano, es psicóloga y pedagoga con varios estudios de postgrado en ámbitos de la neurociencia y la educación, principalmente desarrollados tanto en Chile, como en España y .

Durante su trayectoria, de más de 20 años en estas áreas, Carmen Gloria ha hecho uso de la amplia perspectiva que su preparación interdisciplinar le otorga para proponer soluciones a problemas complejos. En este caso, se trata del de un conjunto de dispositivos vestibles que, a través de la detección oportuna de señales fisiológicas (temperaturas, fuerza, presión arterial, actividad respiratoria y movimientos sacádicos, por ejemplo), permiten predecir y abordar preventivamente episodios de descompensación en niños, niñas y adolescentes neurodiversos, contribuyendo, además, a su propia educación.

Científica de Talcahuano desarrolla dispositivos vestibles para niños neurodiversos

Científica de Talcahuano desarrolla dispositivos vestibles para niños neurodiversos

 

Hardware y software innovador

“El objetivo es llegar a predecir las desregulaciones emocionales con segundos de anticipación”, detalla, “que se genere un registro y, a partir de ello, por ejemplo, los profesores puedan gestionar la neurodiversidad de sus estudiantes”.

Su principal motivación para el desarrollo de este proyecto y también el punto en que Carmen Gloria detectó esta oportunidad, explica, “surgió por la necesidad. Veo lo que se necesita, uno como terapeuta trabaja en estas cosas sabe la importancia de que, por ejemplo, el niño aprenda a controlar la respiración y que tenga mejor conciencia interoceptiva, etc.”.

El proyecto cuenta con un conjunto de dispositivos vestibles (guantes, cintillo y broche que se ubica a la altura del pecho) que registran esta información y una plataforma digital que permite su visualización. “Como adulto responsable o como el terapeuta, tienes una interfaz de acuerdo a tu perfil con distintas funciones y con acceso a un repositorio de videos sobre qué hacer en situación de crisis con los niños. También está la plataforma de visualización de los datos del registro biométrico que se interpreta y se presenta de acuerdo al perfil de cada usuario”.

Además, se incluye una plataforma gamificada que propone actividades que los niños pueden hacer en su casa, ya sea de su terapia o relativas a su aprendizaje.

Desafíos y potencialidad comercial

Actualmente, Neuroplastic Lab abrirá una campaña de crowdfunding en la plataforma del prestigioso programa internacional Santander X Explorer, que busca potenciar el desarrollo de con alto potencial de impacto social y económico. La iniciativa fue una de las 20 seleccionadas entre más de 3.000 propuestas recibidas a nivel global. “Somos tres proyectos latinoamericanos y los demás equipos son europeos. Yo estoy sola y busco pasar este año del TRL 4, llegar al producto que pueda ser comercial”.

El objetivo mínimo de la campaña es $3 millones y la meta es $15 millones. Además, las donaciones que se reciban, tanto de instituciones como de personas naturales, recibirán diversas recompensas que están señaladas en el sitio web del programa. “Si se alcanza el piso mínimo, el proyecto puede ser evaluado positivamente y pasar a una ronda de capital venture internacional”, detalla Carmen Gloria.

Ley TEA

“En esta campaña, las personas pueden colaborar con fondos, trabajo o equipos. La idea también es apuntar a una población más amplia para levantar más información que nos permita validar mejor los algoritmos y su porcentaje de predictibilidad”, explica y, respecto de la viabilidad económica, la Dra. Jiménez enfatiza que “solamente en Chile, hay 72 mil niños neurodivergentes. Esos son los que están en los colegios actualmente, porque hay muchos otros que aún no han sido diagnosticados”.

Por otra parte, desde un punto de vista institucional, el año pasado se publicó la ley 21.245, conocida como ‘la ley TEA (trastornos del espectro autista)', que, entre otras materias, detalla la especialista, “mandata a los establecimientos a contar con planes de intervención de emocional para todo el estudiantado; son personas que, eventualmente, podrían contar con un kit de monitoreo y registro permanente, e incluso con predictibilidad de crisis”.

Y, al extrapolarlo fuera de nuestras fronteras, explica finalmente la científica emprendedora, “en Latinoamérica se estima que 1 de cada 32 niños presenta un diagnóstico de neurodiversidad y en España tienen cifras similares”, concluye.