El ministro de Economía, Nicolás Grau, sostuvo la mañana de este lunes una reunión con empresas contratistas de la Siderúrgica Huachipato. Esto ocurre en medio de la preocupación que existe por un posible efecto en cadena. Dicho efecto se generaría tras el cierre de la acerera, previsto para septiembre, lo que podría provocar la quiebra de varios de sus proveedores.
Impacto en el empleo en la Región del Biobío
Entre empleos directos e indirectos, según consigna EMOL, Huachipato genera más de 20 mil puestos de trabajo en la Región del Biobío. La principal fuente de incertidumbre se centra en lo que ocurrirá con esos empleos.
En este contexto, el Ejecutivo presentará un plan en los próximos días. Como parte de la confección de dicho plan, Grau sostuvo un encuentro con empresas que prestan diversos tipos de servicios a Huachipato. Las operaciones de estas empresas prácticamente dependen de dicha siderúrgica.
Estrategias para evitar un efecto dominó
«El objetivo que tuvimos en esta reunión es conversar un plan que nos permita que el anuncio de cierre de Huachipato no implique el cierre de estas empresas con las que conversamos hoy día», sostuvo el ministro. Agregó que el grupo CAP y el Servicio de Impuestos Internos (SII) cooperaron con información para crear una base de datos de empresas que dependen de Huachipato.
«Tenemos una mirada general respecto de quiénes son estas empresas, cuántos trabajadores tienen, y estamos trabajando con un plan con ellos», acotó Grau. Esto se enmarca en la construcción del plan que el Gobierno afina y que se dará a conocer próximamente. Este plan tiene como objetivo generar mayor capacidad productiva y minimizar el efecto del término de las operaciones de Huachipato. La situación podría llevar el desempleo en la región a sobre el 11%.
Se evalúan medidas como fomento forestal, acelerar proyectos de infraestructura pública y fortalecer la construcción naval en Asmar, entre otras.
Rol fundamental de los contratistas en el nuevo plan
En esa línea, subrayó que «en el plan que estamos construyendo, los contratistas de Huachipato tienen un rol fundamental. El cierre de Huachipato es algo que ya no podemos evitar, pero sí podemos evitar, si hacemos un buen diseño de política pública, que otros tengan que cerrar«.
También señaló que existe temor en esas empresas, dado que por décadas han prestado servicios principalmente a Huachipato. «Por supuesto, una vez que se acaba esa fuente de proyectos, ellos tienen un riesgo», dijo. Sin embargo, añadió que la experiencia que han acumulado estas empresas «tiene mucho valor económico». «Parte del desafío de política pública es acelerar la articulación de estas empresas con otras para que demanden este conocimiento y no se pierda ese aprendizaje», concluyó Grau.