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Ese mar que tranquilo te baña

Por Loreto Seguel, directora ejecutiva Consejo del Salmón.

Yo crecí y me crié en un entorno austral. Coyhaique fue mi casa durante los primeros 12 años de vida. Me ha tocado conocer el mar, sus bondades y su abundancia de cerca, de primera mano. En mi etapa universitaria mi papá me enseñó junto a mi hermano a generar nuestros propios vendiendo salmón congelado a domicilio. Fue en esa época donde recién estaba apareciendo internet, no había redes sociales y solo unos pocos tenían celulares.

Chile era otro país.

«Ese mar que tranquilo te baña te promete un futuro esplendor», es una tremenda reflexión de nuestro himno nacional que habla sobre lo mucho que le debemos las chilenas y los chilenos al océano Pacífico y a los frutos que nos ha permitido obtener. La salmonicultura es ejemplo de ello. Una actividad productiva que no podría existir sin el mar y sus frías temperaturas del sur austral. Es allí, donde la última etapa de crecimiento del salmón, la fase de engorda, se desarrolla.

Cuidar ese mar generoso no solo nos preocupa, sino que ¡nos ocupa! Desde el Consejo del Salmón junto a las empresas socias hemos activado planes concretos para su cuidado y preservación. Hoy se trabaja día a día para lograr que el período de maduración de los peces en el mar sea el más corto posible. Asimismo, hemos adherido de manera sistemática a un programa especial de limpieza de sumideros que son aquellos bordes costeros aislados y que quedan a la deriva ya que llegan corrientes marinas que provienen de diversos lugares.

Solo durante 2023 se han retirado y pasado a proceso de casi 6000 metros cúbicos de residuos: plumavit, boyas, cabos, flotadores, metales y plásticos. Todo gracias al compromiso y esfuerzo intergremial de la industria. Además, las empresas socias utilizan la inteligencia artificial y todo lo que es el e innovación tecnológico para la limpieza de fondos marinos y la preservación adecuada de ellos.

Ciertamente tenemos la obligación de tener un compromiso con el planeta, su biodiversidad y sostenibilidad futura y, al mismo tiempo, tenemos la obligación de tener un compromiso con el desarrollo de la salmonicultura en nuestro país. ¿La razón? El bienestar y prosperidad que la de salmones reporta a las familias de la zona austral es extraordinario y de otro nivel.

A saber, una de las tres regiones donde se desarrolla esta industria es Los Lagos, región que hoy cuenta con la menor tasa de en el país llegando en enero de 2024 a 4,3% contrastando con el total nacional que es de un 8,4%, según datos recabados por el Estudio Endeavor que se publicó hace unos días.

Por todo ello, es importante que este 25 de junio que celebramos el día de la «gente de mar» pongamos perspectiva y cuota de realidad al valor que tiene el mar para las personas. Es un polo de desarrollo, pero también una forma de vida que les da sentido y pertenencia haciendo que defiendan siempre su mar cada vez que ven amenazados sus sueños e ilusiones.

Lo hemos dicho antes a propósito de una polémica ley: Lafkenche significa en mapudungun «gente del mar», y bajo esa terminología cabemos todos y todas aquellas chilenas y chilenos que de una u otra manera tenemos un vínculo con nuestro océano. Chile está compuesto por más mar que tierra y es hora de que asumamos que ese mar que tranquilo nos baña es de todos y para todos.