Por Alejandro Tudela Román, presidente Puertos de Talcahuano
La última reunión del Consejo de Coordinación Ciudad Puerto Talcahuano reunió al Gobernador Regional, el alcalde de Talcahuano, las y los seremis de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones, Vivienda y Urbanismo, el jefe de la División de Fomento e Industria del Gore, representantes de Puertos de Talcahuano, EFE Sur, San Vicente Terminal Internacional y Talcahuano Terminal Portuario, entre otros actores.
El encuentro fue clave, porque se planteó formar cinco mesas de trabajo para avanzar en la gestión de los proyectos existentes. La ciudad portuaria se perfile al futuro con sostenibilidad. En la misma jornada, las autoridades participaron en la firma de un convenio entre la empresa portuaria estatal y Citylab Biobío, para apoyar con data e interdisciplinariedad la conciliación de las distintas iniciativas de desarrollo urbanístico y de transportes para la comuna.
Además de los avances en ambas instancias, una discusión constructiva tomó forma ese viernes 31 de mayo. Dejar de hablar de “ciudad puerto”, utilizando en cambio el concepto “ciudad portuaria”. Esta no es una sutileza lingüística ni un capricho semántico. Quienes asistieron ese día consensuaron que Talcahuano necesita ir más allá de la buena relación entre sus terminales y sus vecinas y vecinos.
Una ciudad portuaria crea pertenencia en sus habitantes. Supera la dimensión del impacto positivo en la generación de empleo. Avanza hacia una identidad más transversal, en términos económicos, sociales, culturales, ambientales y, en definitiva, geopolíticos.
Un Talcahuano caminable desde la playa El Morro al Monitor Huáscar, la integración de las vertientes de los cerros y el avistamiento de aves como atractivos de turismo ecológico, además de la segregación del transporte de carga y el de pasajeros. Son algunos ejemplos de cómo podemos impulsar un desarrollo armónico de la urbe y, a la vez, proyectarla a largo plazo.
Trabajemos para que sintamos orgullo de nuestra ciudad portuaria.
