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Educación Técnico Profesional: Formando talento para un futuro más verde y sostenible

Susana Silva, Jefa de Proyectos, gerencia de Desarrollo Humano, Fundación Chile.

Cada 5 de junio, el Día Mundial del Medio Ambiente nos lanza un poderoso llamado a la acción: reconsiderar nuestro impacto en el planeta y asumir nuestra responsabilidad hacia las generaciones venideras.

La transición hacia una economía verde, que incluye la adopción de energías más limpias y sostenibles, se despliega a gran velocidad y desafía a las empresas a contar con las capacidades que necesitan para dar soporte a estas transformaciones, las que avanzan a un ritmo tan vertiginoso que dificulta llegar a tiempo con la masa crítica necesaria. Sin ir más lejos, según el BID y la OIT esta transición tiene el potencial de generar 15 millones de empleos en América Latina. 

Un escenario complejo que lleva a la UNESCO a subrayar la importancia, y más bien la urgencia, de integrar la educación para el desarrollo (EDS) en todos los niveles educativos. Esta integración es vital para preparar a las futuras generaciones para enfrentar las crisis ambientales y fomentar prácticas sostenibles en todos los aspectos de la vida.

Esta reflexión nos lleva a reconocer una con la preparación de la población para hacer frente a estos desafíos. Es en este contexto que la Formación Técnico Profesional (FTP) surge como un pilar esencial, un subsistema educativo que no solo promueve el , sino que cumple un rol clave en preparar a las personas para aprovechar las oportunidades que ofrece una economía más verde y responsable.

Para integrar efectivamente la sostenibilidad es fundamental incorporar principios de desarrollo ecológico en las prácticas educativas que permitan preparar a los estudiantes para enfrentar y resolver problemas socioambientales, fomentando una economía verde.

En este sentido, más allá de las habilidades técnicas, es crucial promover el pensamiento crítico, la innovación y la , esenciales en una economía centrada en la sostenibilidad. Para ello, los jóvenes deben conocer su entorno ambiental, vivir experiencias fuera del aula y comprender las problemáticas medioambientales cercanas. Estas vivencias directas son vitales para desarrollar soluciones reales y pertinentes a nivel local y global.

Este compromiso nos plantea un nuevo desafío a nivel país, en el que los docentes enfrentan la enorme tarea de integrar sistemáticamente las competencias relacionadas con la sostenibilidad y el cambio climático en la formación de los futuros técnicos. La falta de formación específica en estos ámbitos resulta en que los jóvenes enfrenten de manera desigual las transformaciones productivas y las nuevas exigencias del laboral.

No cabe duda que la FTP desempeña un papel crucial en la preparación de individuos para contribuir a economías sostenibles y resilientes, por lo que es imperativo fortalecer la implementación de estrategias orientadas a la calidad y a la modernización de los entornos de aprendizaje. Empoderar a los educadores y formadores, movilizar a los jóvenes y acelerar las soluciones sostenibles a nivel local no es solo una opción, es una necesidad urgente. Solo con un compromiso decidido y acciones concretas podemos construir un futuro sostenible y justo para todos.