Por Carlos Mancinelli, subdirector de Emprendimiento – Programas Externos, Universidad del Desarrollo.
¿Qué es lo que separa un profesional sobresaliente de los demás? Muchas veces esta respuesta no tiene que ver con los conocimientos, si no con algo que es mucho más difícil de aprender.
En esta sociedad de la información, que lo más constante que tiene es el cambio, existen ciertas habilidades que, independientes del contexto, se identifican como necesarias para tener éxito en el trabajo y sociedad del siglo XXI.
Muchos autores las han descrito como las “Habilidades del siglo XXI”, dentro de las cuales destacan el trabajo en equipo, la creatividad, el pensamiento crítico, la resolución de problemas complejos, entre otras.
Una serie de capacidades que no basta con enseñarlas en un aula de clases desde la teoría, sino que simplemente hay que “vivirlas”, intencionando desde etapas tempranas su desarrollo.
Por otra parte, vemos como la sociedad tan vertiginosa nos desafía a buscar otras alternativas al momento de salir al mundo profesional, en donde el emprendimiento surge como un camino cada vez más transitado y una opción atractiva y viable para aquellos que buscan desarrollarse como profesionales y personas.
Si uno analiza cuáles son las habilidades que más se destacan en los grandes emprendedores que han sido capaces de desarrollar sus ideas, impactando así a la sociedad, coincidentemente uno se da cuenta que son muy parecidas; si no las mismas, que las bien llamadas habilidades del siglo XXI.
Este insight nos abre una puerta a un camino infinito de posibilidades como educadores, en usar el emprendimiento como una herramienta clave en el desarrollo de dichas capacidades. Al comprender el emprendimiento no solo como la creación de empresas, sino como una mentalidad arraigada en la creatividad, la innovación y la acción, reconocemos su potencial para cultivar las habilidades esenciales del siglo XXI. Es esta mentalidad emprendedora la que fomenta la resolución de problemas, la colaboración y la adaptabilidad, habilidades fundamentales en un mundo en constante cambio.
Mientras más tempranamente incluyamos este tipo de aprendizajes, más se verán impactados los profesionales del futuro, los cuales abrazarán las oportunidades de aprendizaje y verán el fracaso como crecimiento, experimentando e iterando hasta el cambio positivo tanto de la sociedad como a nivel individual.
La enseñanza del emprendimiento es una vía poderosa para empoderar a las nuevas generaciones y prepararlas para enfrentar los desafíos del futuro.