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Arranca nueva temporada de sardina y anchoveta: industriales y artesanales coordinados

Los Pescadores Industriales del Biobío, gremio al que pertenecen las empresas, Blumar, Landes, Camanchaca y FoodCorp, además de las no socias Orizon y Alimar, ajustan las iniciativas con las que abren el periodo, destacando el contacto permanente con las comunidades de Coronel y Talcahuano.

La certificación de camiones encargados de transportar la materia prima a través del Protocolo de Transporte Seguro de Pesca a Granel y el cumplimiento del Protocolo de Buenas Prácticas Pesqueras para la de Olores, son parte de las disposiciones adoptadas por el sector industrial, que ayer viernes dió inicio a una nueva temporada de pesca de la sardina común y la anchoveta.

Si bien estos recursos son capturados casi en un 100% por el sector artesanal, son procesados en plantas de las industrias que elaboran harina y aceite de pescado. Este proceso genera un incremento de la actividad industrial que implica traslado de esta materia prima a las plantas y episodios de malos olores que afectan a las comunidades. 

Para evitar atochamientos de pesca y estos episodios cada empresa cuenta con un plan de administración de flota y materia prima, que coordina la recepción de pesca con los pescadores artesanales, en función de la capacidad de proceso de cada planta. Esta acción se ha estado desarrollando desde octubre de 2023, en un trabajo voluntario y conjunto con los armadores artesanales, en coordinación con la Dirección Zonal de Pesca.

“Este punto es muy importante, porque cuando no hay un control adecuado de las lanchas artesanales que llegan con materia prima, se produce un atochamiento y largas esperas para poder descargar. Luego, cuando lo hacen, saturan los pozos de recepción de pesca de las plantas, pues la velocidad de proceso de las fábricas no es comparable con la velocidad a la que llega la materia prima. Todo eso va dañando la condición del pescado y cuando entra a proceso, no hay sistema ni tecnología que pueda evitar malos olores”, puntualizó la gerente de Sustentabilidad de , Monserrat Jamett.

GESTION DE OLORES Y TRANSPORTE SEGURO

En esa línea es que el gremio activó el Protocolo de Buenas Prácticas Pesqueras para la Gestión de Olores, que entrega una serie de exigencias operacionales para las plantas de harina y aceite de pescado. Este protocolo tiene como objetivo corroborar el cumplimiento de las obligaciones establecidas, y para verificar su cumplimiento, se aplicarán auditorías externas a cargo de un experto en olores, quien visitará semanalmente y de manera no anunciada, cada planta para asegurar la ejecución de los estándares y ayudar a identificar oportunidades de mejora aplicables durante la temporada, aseguran.

Asimismo, se puso en marcha el Protocolo de Transporte Seguro de Pesca a Granel, instrumento que evalúa aspectos sanitarios como la hermeticidad de las bateas de los camiones que trasladan esta materia prima, el límite máximo de llenado, un correcto cierre de tapas y funcionamiento del GPS, entre otros factores. 

“Otra de las mejoras adoptadas tiene que ver con la certificación de la flota de camiones que transportarán la carga, donde solo podrán operar las máquinas que logren acreditar la totalidad de las exigencias contempladas, lo que eleva los estándares de las operaciones en el transporte de la materia prima”, explicó Monserrat Jamett.

De igual manera, en la zona de descarga artesanal se dispondrá de un sistema de fiscalización 24/7, para lo cual se ha incorporado una plataforma con uso de tecnología móvil y en línea, que proporcionará información en tiempo real respecto del estado del transporte de la carga, permitiendo a su vez un monitoreo minuto a minuto que ayudará a prever situaciones de emergencia. 

DENUNCIAS Y RECLAMOS

A estas incorporaciones se agrega el mejoramiento de los canales de denuncia y reclamos. En este ámbito, las empresas han tomado contacto con comunidades en y Talcahuano, a fin de entregar información acerca de la temporada, las medidas de prevención y cómo permanecer conectados para recibir información sobre eventos que ocurran. 

Una de las empresas que tiene todo listo y dispuesto para recibir la captura de sardina común y anchoveta de los pescadores artesanales, es Alimentos Marinos (Alimar) e Industrias Isla Quihua .

Alimar se abastece de estas especies con 33 armadores que operan 36 embarcaciones. Siete de éstas tienen hasta 15 metros de eslora y sus desembarques lo realizan directo a la planta en Lota, cuya velocidad de proceso es de 90 toneladas/hora. 

El proceso de transformación para la obtención de harina y aceite de estas especies tiene un tiempo de duración de 1,5 a 2 horas, existiendo un equilibrio entre la materia prima descargada y la procesada, sin acumular materia prima en pozos de almacenamiento, lo que permite mantener la calidad del producto y minimizar impactos del proceso, aseguran desde la compañía.

A diferencia de la temporada anterior, para este 2024 la autoridad pesquera ha priorizado un enfoque precautorio a fin de proteger el recurso, ya que recién a esta fecha cuenta con la talla permitida para su captura. 

“Para nosotros es muy importante el cuidado de los recursos y la fiscalización que hace la autoridad”, comenta Adelqui Bueno, jefe del Departamento Servicios de Alimar. 

MEJORAS OPERACIONALES

Para esta temporada también en la planta de proceso Industria Isla Quihua de Lota, se realizaron varias mejoras operacionales en todos sus equipos para optimizar el proceso. “Ya comprobamos estas mejoras con el jurel y ahora lo vamos a consolidar con la sardina y anchoveta”, dice Edgardo Cabezas, jefe de Planta. 

Entre esas mejoras está el cambio a acero inoxidable de los pozos, la recepción de sardina que llega en camiones con un sistema de bombas de presión al vacío, reemplazo de ductos y optimización en tratamiento de residuos industriales líquidos y la aplicación de un sistema de neutralización de olores, que es el único existente en la comuna de Lota. 

Paralelamente, la empresa se sumó a la certificación de los camiones que transportan la pesca a granel de los pescadores artesanales desde San Vicente a Lota con la adhesión al Protocolo de Transporte Seguro desarrollado por Pescadores Industriales del Biobío para todos los actores de la industria y cuyo objetivo es cero derrames de la carga. 

Actualmente, Alimar trabaja con empresas contratistas que prestan el servicio de transporte con 20 unidades, con el compromiso que todas tengan el sello de transporte seguro que entrega el gremio. 

El protocolo incluye pruebas de hermeticidad de tolvas y bateas, vigencia del rol sanitario del camión, chequeo del estado mecánico, de elementos de seguridad y protección personal del conductor, entre otros aspectos. 

Y un tema no menor será la continuidad operacional del proceso gracias a la generación propia de energía eléctrica para cuando no se disponga suministro de ésta por factores ajenos a la empresa. “Esto nos otorga una valiosa capacidad de respuesta para estas contingencias, fundamental para no acumular materia primera en espera para ser procesada”, concluye el jefe de la planta.