En entrevista con TradeNews.cl, el director Ejecutivo de Alacero, Alejando Wagner, dijo que: “Es necesario promover medidas de defensa comercial, incrementar los aranceles a las importaciones y resaltar la importancia del comercio intrarregional como una forma de cooperación económica”.
El 28 de febrero recién pasado, el presidente del Sindicato No 1 de la Compañía Siderúrgica Huachipato (CSH), Héctor Medina informaba que la Comisión Antidistorsiones había decidido aplicar una salvaguarda a las barras de acero.
La noticia fue un respiro no solo para los trabajadores de la siderúrgica que vieron esconderse al fantasma del cierre de la usina, sino para la región del Biobío, cuya industria del acero es clave en su engranaje productivo y donde se estima laboran directa e indirectamente, unas 20 mil almas. “Tenemos información de que hay salvaguardia y los porcentajes deben ser publicados en el Diario Oficial”, dijo Medina aquel día.
El dirigente afirmó que si bien la noticia los dejaba más tranquilos, “tenemos que analizar y evaluar lo que va a aparecer en los próximos días”. Ese día sería hoy 8 de marzo.
EXPECTACIÓN GENERAL
La decisión también es esperada con expectación en el resto de América Latina. Es que la oleada de importaciones, principalmente de acero chino es un fenómeno que se replica en los mercados de la región dejando en vilo a las industrias locales que no pueden competir con los bajos precios, subsidiados, de los fabricantes asiáticos.
A nivel nacional, Chile produce el 2% y consume el 3% del total de América Latina, nos dice el director Ejecutivo de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), Alejandro Wagner, con quien ahondamos en la realidad de la industria siderúrgica de la región.
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El problema del acero chino se arrastra desde hace más de una década. ¿Por qué los países no aplican sobretasas arancelarias para proteger sus industrias?, ¿o finalmente impera el precio al consumidor final?
“Efectivamente, es un problema que se arrastra hace incluso más de diez años y no solo en Latinoamérica, sino en muchas otras regiones. Pero sí, otros países y bloques comerciales han tomado medidas. De hecho, Europa, Norteamérica, y recientemente México han tomado decisiones en términos arancelarios y hoy el nivel de tasa de importación de casi todos los productos principales de acero ronda el 25%. Sin embargo, en países como Chile es muchísimo más bajo, inclusive en algunos casos es cero. La incidencia de estos aranceles (comprobado por muchos estudios) es mucho más baja, casi imperceptible, en productos finales, como autos, edificios, maquinaria agrícola, etcétera”.
“Ahora, es mucho mayor el impacto que tiene el importar acero chino desde el punto de vista económico y social, porque impacta directamente sobre los empleos que en la industria siderúrgica que son empleos de altísima calidad. Inclusive, también desde el aspecto ambiental, dado que China tiene una pegada de carbono que es 45% más alta que la media de Latinoamérica. En conclusión, al importar acero chino no solo se ven afectados los empleos, sino también el medio ambiente”.
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La CSH está pidiendo aplicar salvaguarda las barras para la fabricación de bolas de molienda. ¿Hay razones para pedir sobretasas a este producto específico, dado que se supone que el acero en general es el que sufre dumping?
“Cada país y cada empresa puede gestionar estas medidas de acuerdo con su matriz productiva. En los casos de dumping se necesita que un privado haga la gestión a través de su gobierno y en el caso de los aranceles es una decisión que puede tomar cada país o cada gobierno. Como cada país tiene una matriz productiva diferente, en el caso de Chile, con la minería, ponen atención especial en ese tipo de productos”.
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Hoy en día priman criterios ambientales y de sustentabilidad en la fabricación de todo tipo de productos y sabemos que China está lejos de cumplirlos, sin embargo su acero llega a todo el mundo. Desde ese punto de vista ¿qué hace Alacero?, ¿lo plantean a nivel de gobiernos para incorporarlos a sus políticas comerciales, por ejemplo?
“Precisamente nuestro trabajo es comprobar primero técnica, académica y científicamente este tipo de análisis y luego mostrar el impacto que pueden tener estas medidas de manera positiva o negativa, según el caso, a los diferentes gobiernos, asociaciones, organismos internacionales o a quien deba tomar esas decisiones”.
“Hoy, la media de emisiones de CO2 para Latinoamérica es de 1,55 toneladas de CO2 por tonelada de acero producida, mientras que en China está en 2,24 toneladas de CO2 por tonelada de acero producida, un 45% más de emisiones por unidad y produce el 55% del acero del mundo, cuando Latinoamérica representa nada más que el 4%. Por otro lado, el año pasado fue récord de importaciones en Latinoamérica, especialmente de China. Si uno pone todo eso en la mesa, es claro el impacto ambiental que estamos generando cuando tomamos la decisión de importar este tipo de aceros desde China en vez de producirlo en nuestra región”.
“Y esta ecuación es aún peor cuando se cuentan las emisiones de CO2 de las materias primas. Como China es deficitario en mineral de hierro y en carbón, importa esos minerales paradójicamente muchas veces de Latinoamérica, inclusive de Chile; produce el acero con esos minerales de hierro y con ese carbón, entre otras materias primas; y después vuelve a exportar ese acero terminado. Si uno cuenta correctamente las emisiones de ese acero terminado e incluye las emisiones de esas materias primas, pero especialmente del transporte que implica llevar esa materia prima desde un país tan lejano a China y después volver con el acero producido, el impacto es mucho mayor aún que el 45%”.
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¿A las siderúrgicas de nuestra región les falta modernización, invertir en nuevas tecnologías o avanzar hacia procesos productivos más «verdes»?
“Las empresas productoras de acero de nuestra región están altamente tecnificadas y han agregado mucho valor tecnológico en los últimos diez/quince años, para producir un acero más eficiente. Justamente, para ser más competitivos. De hecho, la competitividad del costo de la producción de acero en Latinoamérica es muy buena”.
El problema se vuelve complejo cuando uno sale de la puerta de la fábrica hacia el exterior. Es decir, para moverlo entre estados de un mismo país o entre provincias: los costos logísticos, los impuestos, la carga impositiva en general, el financiamiento hacen que el acero sea menos competitivo. Sin embargo, a nivel producción está comprobado también que es un acero muy eficiente”.
“Cuando uno habla de «acero verde» o acero de bajas emisiones se han hecho muchísimas inversiones y los planes son ambiciosos. A pesar de que, como mencioné antes, el acero latinoamericano es mucho más limpio que el de China e incluso que el de muchas regiones del mundo (15% por debajo de la media mundial en términos de emisiones), aun así hoy gran parte de los planes de inversiones de todas nuestras empresas que conforman Alacero están enfocados en continuar reduciendo ese nivel de emisiones y también en eficiencia energética, en inversiones en joint ventures o en inversiones propias de energías renovables, que es un insumo básico para el futuro de los aceros más sustentables o de bajas emisiones”.
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¿Cómo quedó la balanza comercial de Chile en 2023 y cuáles aspectos destacaría usted?
“Esta es una pregunta que ejemplifica lo que decíamos al principio sobre las medidas comerciales protectoras. En el caso de Chile, las importaciones son elevadas, con una gran participación de China y otros productores asiáticos.
Tomando 2023 como ejemplo, Chile cerró con cerca de 1,6 millones de toneladas importadas y solo 400 mil toneladas exportadas. Estamos hablando de alrededor de 1,2 millones de toneladas de déficit comercial. Por lo tanto, estamos comentando de un país que produce un 2%, consume 3%, pero representa 6% del déficit regional (que fueron de 20,3 Mt en el año anterior). Representando también 6% de las importaciones regionales (que fueron de 28 Mt)”.
“Entonces, para explicar el peso de eso, miramos que en el consumo chileno tiene una participación regional más expresiva que en la producción. Esto se debe principalmente porque las importaciones proporcionalmente toman más del consumo nacional que lo visto en Latinoamérica. En cuanto al año anterior la región presentó un 38% de participación de las importaciones en el consumo, Chile presentó un 71%”.
“Al analizar un poco más a fondo, con el objetivo de identificar el origen del acero importado, en 2023 los 1,6 Mt provinieron básicamente de: China (1 Mt), Japón (234 mil t), Corea de Sur (122 mil t). Demuestra que casi todo el acero importado por Chile, 85%, viene del mercado asiático”.
“Por otro lado, también vemos puntos positivos, ya que las exportaciones se dirigieron principalmente hacia la región, siendo Perú el principal socio comercial, recibiendo aproximadamente dos tercios del total exportado por Chile”.
“Todo esto refuerza el discurso a favor de promover medidas de defensa comercial, incrementar los aranceles a las importaciones y resaltar la importancia del comercio intrarregional como una forma de cooperación económica”, concluyó el director Ejecutivo de Alacero, Alejandro Wagner, desde Brasil.