Por Nicolás Navarrete Mira, gerente Comercial ENER
En medio de la devastación causada por los incendios forestales en Chile, surge hoy la oportunidad para reconstruir, no solo estructuras, sino también vidas. Ello porque la tragedia no solo deja cicatrices en el paisaje, sino que también afecta profundamente a las familias que perdieron todo. Es en este momento de dolor y de reconstrucción que debemos mirar hacia soluciones innovadoras y sostenibles que no solo restauren, sino que también mejoren la calidad de vida de quienes se enfrentan a la incertidumbre de un nuevo comienzo.
En este contexto, la entrega de soluciones de eficiencia energética, como sistemas solares térmicos o fotovoltaicos, puede marcar una diferencia significativa en la vida de estas familias. La crisis de viviendas tras los incendios es aguda y construir hogares eficientes desde el punto de vista energético no solo reducirá los costos a largo plazo, sino que además proporcionará un nivel de seguridad y estabilidad que es fundamental en tiempos de crisis.
Así, la energía solar se presenta como una luz de esperanza en este proceso de reconstrucción. Estos sistemas pueden proveer electricidad y agua caliente de manera sostenible y asequible, reduciendo drásticamente los costos de vida para aquellas familias que ya han enfrentado una pérdida tan fuerte.
En un país con un potencial solar tan abundante como Chile, el aprovechamiento de esta energía renovable no solo es una decisión lógica, sino una forma de empoderar a las comunidades para que sean autosuficientes y resilientes frente a futuras adversidades. Al reducir la dependencia de fuentes de energía más costosas y contaminantes, como el gas o la electricidad proveniente de fuentes no renovables, no solo se ahorra dinero, sino que también se contribuye activamente a la protección del medio ambiente.
Es crucial, entonces, que las políticas de reconstrucción post incendios consideren la implementación de soluciones de energía solar en las nuevas viviendas. Esto no solo impulsa la economía verde y el desarrollo tecnológico, sino que también establece un modelo a seguir para futuras construcciones en todo nuestro país.
En este momento de desafíos y oportunidades, la energía solar no es solo una tecnología, es un símbolo de esperanza y renovación. Es hora de mirar hacia el sol para iluminar el camino hacia un futuro más brillante y sostenible para las familias chilenas afectadas por los incendios. Juntos, podemos reconstruir no solo hogares, sino también comunidades más fuertes y resilientes.