Gremio llama a poner atención en las cantidades enviadas a mercados extranjeros más que en las divisas transadas. Mientras que expertos no recomiendan intervención estatal, ya que no estamos ante un escenario alarmante y la meta inflacionaria (3%) de este año no está en peligro.
Aunque este lunes el dólar registró un freno en su alza sostenida de los últimos meses y este martes se emplazó en $981.48, los analistas sostienen que el fantasma de que llegue a los $1.000 se mantiene vigente, dado el escenario inflacionario internacional y a la espera de las medidas que se adoptan en economías como China y Estados Unidos.
Si bien a primera vista, ésta debería ser una muy buena noticia para quienes están en el negocio exportador, el gerente general de la Asociación de Exportadores y Manufacturas (Asexma) Biobío, Alfredo Meneses Olave, advirtió que “no hay que olvidar que la cifra de exportaciones que nos entregue el INE es el precio por la cantidad y, por lo tanto, si tenemos un tipo de cambio alto, la cifra que se nos muestra va a ser al alza. Pero donde hay que poner cuidado es en la cantidad y es ahí donde a nosotros nos preocupa, porque la cantidad han ido disminuyendo y eso evidentemente hace que ahí se genere un efecto espejismo, producto de que el tipo de cambio ha estado alto”.
En una mirada más general, Meneses señaló que en el actual escenario también ocurre que se encarecen las importaciones de las cuales nuestra economía es “altamente dependiente.
En esa línea, Meneses enfatizó en la necesidad de poner atención “en un encarecimiento desmedido respecto de las importaciones, porque ahí es donde se aloja este efecto inflacionario, entendiendo que la inflación es el gran flagelo que puede afectar a la economía de cualquier país, especialmente una economía como la de Chile que hoy día navega por aguas bastante turbulentas. Eso es gravitante hoy en términos coyunturales y estructurales. Cómo se vaya a comportar el comercio exterior va a depender mucho de las medidas que se adopten en términos de política por parte de las autoridades en tratar de controlar el tipo de cambio, porque un tipo de cambio demasiado alto también genera un efecto negativo en la economía del país”.
DEPRECIACIÓN DEL PESO
El académico del Departamento de Economía y Finanzas de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad del Bío-Bío (UBB), Andrés Acuña Duarte, explicó que “,un mayor valor del precio de la divisa en nuestro país implica una depreciación cambiaria. En particular, el peso chileno ha perdido valor de manera recurrente desde 2013 hasta la fecha, con algunos episodios de apreciación cambiaria, pero los cuales no han revertido esta tendencia, alejando el valor del dólar de los $470 promedio observados durante el primer semestre de 2013.”
“Lo anterior, sin duda ha encarecido el precio de aquellos bienes e insumos productivos importados, afectando negativamente la estructura de costos de las empresas chilenas y el poder de compra del ingreso que perciben los hogares”, detalló el también director del magíster en Economía Aplicada de la UBB.
En tanto, Carlos Smith Clavería, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo (UDD), apuntó a que el precio del dólar es “muy sensible y muy volátil porque depende de muchas variables. Hoy en día, lo que está explicando principalmente este aumento en el tipo de cambio son dos factores fundamentales: el primero es el diferencial de tasas con Estados Unidos, porque lo que sucede es que parte importante de los capitales que se mueven en el mundo va países emergentes como el nuestro, pero cuando la tasa de interés de un país como Estados Unidos está relativamente alta y tenemos otro país como Chile, que está en un proceso de baja de tasas de interés, entonces, conviene mucho más poner la plata en Estados Unidos que en Chile y, por lo tanto, los capitales vuelan desde Chile o países emergentes como nuestro, hacia estos hacia Estados Unidos y presionan el tipo de cambio al alza porque aumenta la demanda por dólares dentro de ese país”
“Particularmente en Chile”, agregó Smith, también investigador del Centro de Investigación Empresa y Sociedad de la UDD, “lo que tenemos es muchos inversionistas, un monto bastante elevado, de más de US$8 mil millones, que están apostando contra el peso, es decir, hacen algunas operaciones que les permiten comprar barato para después vender caro, apostando a que Estados Unidos va a mantener su tasa por más tiempo del esperado y, por otro lado, Chile está en un proceso de baja de tasa, el diferencial entre una tasa y otra hace que se presione mucho más el tipo de cambio y éste pueda seguir subiendo y, por lo tanto, esos inversionistas pueden seguir ganando dinero”.
EL ROL DEL PRECIO DEL COBRE
Sobre la relación de esta alza con el precio del cobre en la Bolsa de Metales de Londres, Smith explicó que este ítem es particularmente importante para nuestra economía “porque representa la entrada o no de muchas divisas y, por lo tanto, cuando hay expectativa de que ese precio podría a subir porque, por ejemplo, China está está construyendo más o hay más impulso a la electromovilidad, se empieza a cansar más caro el cobre y por lo tanto, esas ventas a futuro hace que entren más dólares hoy día y eso hace que el tipo de cambio tienda a caer porque hay más oferta”.
Actualmente, detalló el investigador de la UDD, “por bastante tiempo, hubo una caída importante por todo el problema del sector inmobiliario que hay en China y, si bien en los últimos días y hoy día particularmente hubo algún repunte, eso también hace mover el tipo de cambio, entonces, cuando sube el precio del cobre, suponemos mayor entrada de divisas, por lo tanto, tiende a caer el tipo de cambio y viceversa. Éstos son los factores que hoy día están llevando al dólar a niveles cercanos a los $1000. ”.
“En nuestro país”, coincidió Andrés Acuña, “existe una evidente sintonía en la trayectoria diaria y mensual del precio del cobre y del valor del dólar. El sentido de esta causalidad es inversa, es decir, si aumenta el precio del cobre se espera una reducción en el dólar observado y viceversa. En este sentido, es esperable una menor presión al alza en el valor de la divisa considerando que, durante los últimos días, la libra de cobre se ha transado en los mercados de futuros en un valor levemente superior a lo registrado en diciembre o enero pasado. No obstante, existen presiones inflacionarias de carácter monetario y cambiario que podrían incrementar los niveles de inflación durante el primer semestre de 2024, registrando una inflación en 12 meses mayor a 4% en mayo o junio del presente año, lo que alejaría a este indicador del rango meta definido por el Banco Central”, complementó el académico de la UBB.
PRESIONES EXTERNAS
En cuanto a medidas de política pública interna que se podrían impulsar en nuestro país, Acuña sostuvo que “en nuestro país rige un mercado cambiario flexible, en el cual el Banco Central puede intervenir de manera sorpresiva si el valor transado del tipo de cambio se acerca a ciertos valores que pudiesen poner en riesgo la estabilidad de pagos externa. Dentro de estos umbrales extremos se encuentra ‘el dólar a mil pesos' y, por consiguiente, podría esperarse una intervención cambiaria por parte del ente emisor a través de una mayor oferta de dólares. Sin embargo, el Banco Central se encontraría en una encrucijada ya que esta opción de política cambiaria se contradice con el calendario de compra de dólares ejecutado desde 2023 con el objeto de dar cumplimiento al programa de reposición y ampliación de reservas internacionales”.
Acuña, además profundizó en que esta “decisión anterior podría dilatarse si la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos decide reducir la tasa de política monetaria en su próxima reunión del 19-20 de marzo. No obstante, el último comunicado de la Fed no es claro en qué momento de 2024 se materializará el recorte de tasas, el cual es condicional a que la tendencia de la inflación estadounidense siga a la baja”.
Al respecto, Smith destacó que “las bases que explican este precio no son especulativas, en realidad es el precio que tenemos que aceptar y quizás por más tiempo del que esperábamos, y tenemos que aceptar que las cosas importadas tienden a ser más caras y eso, implica particularmente que vamos a tener un dólar más alto y, por lo tanto, algunos precios en pesos podrían también subir si esto se mantiene”, aunque recalcó que “no está amenazada la meta inflacionaria del 3%”, proyectada por el Banco Central para 2024.