- Este complejo turístico consta de obras equivalentes a 6 mil m2 construidos que se dividen en seis unidades de negocio: un restorán, un hotel, una sala de eventos y un anfiteatro, un SPA con una gran piscina temperada, dos salas de sauna y salas de masajes; una cervecería y una Sala de Convenciones.
“Diseñamos algo que pudiera adecuarse a los valores que logramos rescatar de los seguros”, dice a este medio José Luis González, dueño del Complejo turístico Aguas del Monte, que levantó en el kilómetro 7,5 del camino a Rafael, comuna de Tomé, en 2019 y que está recibiendo a sus huéspedes en un nuevo y acogedor recinto de alto estándar a casi un año de haber sido arrasado en más de un 90% por los incendios forestales.
Retroceder en el tiempo no muy lejano es inevitable y entonces recuerda que, en esos primeros días del febrero de 2023, la tormenta de fuego cambiaba de dirección repentinamente y consumía a su paso todo lo que había levantado con tanto esfuerzo y dedicación desde que lo concibió hace 23 años atrás cuando compró el campo de 18 hectáreas cumplidos los 38 años de edad y ejercía como ingeniero civil constructor titulado en la Universidad del Bío- Bío y tenía ya su propia empresa. “Significó pelear con el fuego durante dos semanas”, rememora.
Y si bien estima que este siniestro redujo a un tercio las habitaciones que había previo al incendio salvándose de milagro su casa habitación, el complejo turístico renació como la mítica ave fénix que se levanta de sus cenizas y allí se sincronizan cada una de sus partes en un engranaje armónico mayor con espacios de elegante rusticidad que, a su vez, encajan con todo el entorno donde imperan la madera, la piedra y el agua en medio de un bosque que transita de vuelta a su origen, el ser nativo, para constituir, en definitiva, la identidad de Aguas del Monte.
UN HOLDING
El costo de volver a ponerlo en pie no ha sido bajo. Con una inversión aproximada de $6.500 millones, que incluye $240 millones a través de programas para la reconstrucción post incendios del Gobierno Regional, y otros $4 mil millones rescatados de los seguros de construcción y de contenido, allí se reconstruyó y se ha reinvertido todo.
“Por el lado de la empresa también hemos tenido que meter recursos económicos como, por ejemplo, en el movimiento de tierra, maquinarias y camiones, retroexcavadoras, camiones aljibe, herramienta de moldaje y todos los gastos generales de la empresa que aliviana el costo de la construcción, pero si sumas eso es mucho dinero”, señala José Luis González.
Aguas del Monte, la empresa que administra el complejo del mismo nombre, es parte de un holding que hoy está a cargo de su hija mayor y que conforman una empresa de Transporte, una de equipos y maquinaria pesada, una inmobiliaria y dos constructoras.
LAS UNIDADES
Este complejo turístico consta de obras equivalentes a 6 mil m2 construidos que se dividen en seis unidades de negocio que son: un restorán con capacidad para 250 personas; un Hotel, con una disponibilidad de 80 camas; una Sala de Eventos (“Espacio Laguna”, que parece flotar sobre el agua y tiene capacidad para 150 personas, y un anfiteatro al lado; un SPA que cuenta con una gran piscina temperada, dos salas de sauna y salas de masajes; una Cervecería (South Valley Brewery) renacida también, ya que funciona desde 2016, con terraza, música en vivo, con capacidad para 200 personas y una Sala de Convenciones que estará terminada a fines de este mes, con capacidad para atender a entre 120 a 150 personas.
Este desarrollo ha tenido un positivo impacto para la comuna de Tomé y alrededores desde el punto de vista del empleo. Es así como desde mediados de mayo de 2023 hasta hoy, han trabajado en las obras de reconstrucción 110 personas, más los empleos directos que generan cada una de las unidades de negocio por separado y que suman otras 40 personas promedio entre personal administrativo, mucamas, lavandería, SPA, mantención, el restorán y la cervecería. Estas dotaciones se incrementan cuando se realizan eventos como matrimonios, actividades corporativas, cumpleaños, aniversarios, entre otros.
Al respecto, José Luis González, comenta que “una de mis misiones es generar empleo, pero la principal motivación es el desafío de crear cosas nuevas, mejorar lo que va surgiendo, transformar lo que existía y darle un nuevo valor, pero lo más importa es querer hacerlo. Se trata de mejorar”.
EL CAMINO DE LOS SUEÑOS
Recuerda que el proyecto comenzó en 2019 y en relación con aquello, dice que una de las cosas que más le ha servido en su trabajo es su experiencia en el área de la construcción, “porque de esto (turismo, gastronomía, eventos, etcétera) estoy aprendiendo, rico para mí, porque me llena”.
Esa experiencia que logró cuando desde niño empezó a trabajar con su papá que era maestro de la construcción. “Crecí, logré entrar a la universidad con el apoyo de mi padre y con mucho esfuerzo. Me fue bien, saqué Premio Universidad, luego me fui a una empresa de uno de los directores de la Escuela, estuve 8 años ahí, luego me independicé y siempre rescaté que la diferencia entre lo que yo hacía y lo que hacían otros eran los detalles, que tienen que ver con el saber cómo hacer las cosas, con quien hacerlas y cuando hacerlas, y programar los recursos. En mi caso esto es el resultado de mi experiencia como empresario en la construcción”.
Sin embargo, este constructor no solo ha logrado materializar sus sueños y ver renacer su complejo desde las cenizas, sino ya, a estas alturas de su vida, ir por otros nuevos sueños. Este padre de siete hijos confiesa que desde el comienzo la idea es que alguien distinto a él sea el continuador (a) de este proyecto. Por lo pronto, es su gerente general Patricio Concha. Ahora, su proyecto de vida es viajar y espera en abril- mayo emprender vuelo. “Por eso me retiré de mi empresa y quise dejar este sueño andando. Se quemó y me quedé este año de nuevo y para la pandemia no podíamos viajar. El año pasado estuve recorriendo Marruecos, Turquía y Bulgaria. Donde tengo que volver porque solo estuve tres días es a Estambul. ¡Maravillloso! Si Dios me acompaña y la salud también, mi trabajo será dedicarme a viajar”, comentó.
Aguas del Monte, que es la empresa que administra el complejo del mismo nombre, está a cargo de mi hija mayor. Tenemos una empresa de Transporte, una de equipos y maquinarias, inmobiliaria y dos constructoras y desde que yo me salí se crearon dos empresas más; una de vigilancia y otra de ingeniería eléctrica y Aguas del Monte pertenece a ese holding. Yo soy el dueño, pero la administra mi hija dueña del 100% de la administración de Aguas del Monte. Yo ya me desligué del poder hace rato y de todo lo que formé.
Finalmente, desea que no lo pille el tiempo. “Esta cosa (Aguas del Monte) es para mi hijo, para las futuras generaciones como concepto de negocios, para crear empleo, para que la gente que venga disfrute, para ayudar a hacer mejor las cosas. Eso tiene todo un sentido también. No se trata tan solo de producir dinero. Para mí los negocios no funcionan con el objetivo del dinero como prioridad. Yo siento que lo primero es hacer lo que a uno le gusta hacer, lo segundo es hacerlo bien, amar lo que uno hace y el resultado de eso es un beneficio material”, concluyó el emprendedor empresario.