Pamela Prett, directora de Corporación Ciudad Accesible, comentó que las ciudades sufrieron una fuerte tendencia a privilegiar el automóvil dejando atrás la necesidad de contar con espacios de calidad para la movilidad peatonal.
Si hay un tema que preocupa en la sociedad actual es la inclusión y de manera transversal. Pero al parecer eso no se está dando en la mayoría de las ciudades chilenas con las personas con problemas de movilidad, pese a que todos los años se lleva a cabo la Teletón, que visibiliza este tema.
Pamela Prett, directora de Corporación Ciudad Accesible, comentó a www.trade-news.cl que las ciudades sufrieron una fuerte tendencia en privilegiar el automóvil y las vías vehiculares dejando atrás la necesidad de contar con espacios de calidad para la movilidad peatonal.
Pamela tiene 4 hijos y dos de ellos deben usar silla de ruedas, por lo que su historia personal la inspiró para perseguir y ayudar a mejorar la inclusión en Chile. “Me irritaba mucho porque te dabas cuenta que el problema era la calle, no eran los niños, no eran las sillas, sino que el problema era ir y entrar al cine o si querías ir al jardín infantil”, planteó.
Afirmó que quienes más experimentaron el deterioro y mala calidad de las veredas y las circulaciones en el espacio público fueron las personas con menor movilidad o con algún tipo de discapacidad, no solo física sino también sensorial e intelectual. “Hoy en día la tendencia es mirar hacia ciudades centradas en las personas. Ese enfoque es un relato establecido, pero aún no concretado en la práctica. Priorizar al peatón significa contar con veredas de dimensiones adecuadas y pavimento estable, que respondan a una ruta accesible, que mantengan su continuidad a través de los cruces peatonales, sin obstáculos como autos estacionados, scooters abandonas sobre ellas, con cruces peatonales demarcados y accesibles, dentro de otros”, remarcó.
-Pese a que existe legislación, ¿las ciudades son amigables con las personas con discapacidad?
-Desde el año 2010 Chile cuenta con la Ley 20.422 sobre los derechos de las personas con discapacidad en donde el diseño y accesibilidad universal son un pilar fundamental para concretar el derecho al acceso, circulación y uso de los espacios y servicios. Estos debieran ser amigables para personas con discapacidad, adultos mayores, niños y ciudadanos en general. Sin embargo, las campañas, fiscalización y sanciones para hacer cumplir este desafío han sido poco constantes y consistentes en su materialización. En Chile, las personas mayores para el año 2050 corresponderán al 32% de la población, lo que sumado a las personas con discapacidad y sus familias suman números contundentes para acelerar los procesos de accesibilidad en la ciudad.
-Por ende, ¿hay realmente preocupación por el Estado y los privados por la accesibilidad universales?
– Existe un relato de preocupación por el tema, así como por el término de inclusión. Sin embargo, no se ven acciones concretas como el desarrollo de planes de accesibilidad universal, planificando trabajos e inversión que vayan mostrando avances concretos en el espacio público y en la edificación de uso público. Falta también mayor preparación para abordar la problemática del entorno construido y su adecuación. La norma da respuestas a proyectos nuevos pero muchas veces es difícil de aplicar en una ciudad antigua, con pendientes o con problemáticas geográficas particulares. Ahí se requiere flexibilidad y conocimiento de alternativas con el fin de que los resultados funcionen para la mayoría.
– ¿Qué lugar, dentro de un diseño de infraestructura o edificios tiene el acceso universal?
– Debiera corresponder a “cimientos” de toda obra, proyecto o remodelación. Hoy no está permitido que la infraestructura o espacio público discrimine. Incorporar la norma, o mejor aún los principios de diseño universal desde el inicio de un proyecto, asegura un mejor resultado, más seguro y funcional para todos sin aumentar los costos. La norma chilena obliga que todo nuevo proyecto debe ingresar un expediente de accesibilidad para asegurar desde su inicio y previo a la construcción que está contemplado un diseño funcional para todos.
– Usted publicó el primer manual de accesibilidad en Chile y fue distribuido a municipios y universidades en el 2002 ¿Qué recepción tuvo ese hito y ha sido actualizado?
– El primer manual de accesibilidad universal se concretó 6 años después de la primera normativa chilena que incorporaba “facilidades para las personas con discapacidad”. La información era muy escasa y concluimos que esa norma requería material de apoyo para poder explicar que se pedía y cómo se hacía. Existía un total desconocimiento de soluciones sobre como ejecutar una rampa o diseñar un baño accesible. Enviarlo a todas las municipalidades y facultades de arquitectura del país fue la forma de abrir las primeras puertas e introducir el concepto de “diseño para todos”. Posteriormente editamos dos documentos más, el año 2010 y 2014 introduciendo el enfoque del diseño universal que busca una solución que se adapte a la mayoría y alejándose de soluciones exclusivas para cierto tipo de personas.
– Están ad portas de publicar una nueva guía con énfasis en las condiciones que debieran cumplir la infraestructura, espacio público y servicios. ¿Qué se puede adelantar? ¿Hay mayor empatía por avanzar?
– La nueva publicación, “Ciudad Accesible: Guías Temáticas de Diseño y Accesibilidad Universal” es un trabajo contundente de 21 capítulos donde abordamos la experiencia del análisis en terreno de los principales temas urbanos, de edificación y de servicios con énfasis en las necesidades y gestión para las personas de todas las edades y habilidades. Integra temas específicos que requieren también una mirada bajo principios de accesibilidad y que no siempre se tocan en la norma, como evacuación de personas con discapacidad, desarrollo de eventos, turismo, patrimonio accesible, entre otros. Nuestra premisa es que la inclusión verdadera solo será posible con una infraestructura y servicios que contemplen la accesibilidad universal. Hay que recordar que todos, a lo largo de las distintas etapas de nuestras vidas, necesitaremos de infraestructura, productos y servicios accesibles. Hoy el tema está en manos de una generación más joven, una que visualiza la discapacidad como parte normal de la vida y con una mirada menos caritativa. Algunos compartieron sus años de colegio con jóvenes con distintas discapacidades y conocen sus potenciales y derecho a llevar una vida en igualdad de condiciones. Eso está marcando la diferencia en la recepción del mensaje a diseñar pensando en las diferencias funcionales de las personas.
– Si en las ciudades hay falencias ¿qué se puede esperar en zonas rurales?
– En las zonas rurales es más difícil aún porque existe menos urbanización y conexión de los servicios. La falta de veredas, cruces peatonales seguros y paraderos en las ciudades se multiplican en las comunidades rurales. La falta de transporte público accesible en regiones es otro eslabón roto en esta cadena de situaciones que hacen que no puedas movilizarte en igualdad de condiciones. Es una gran oportunidad para avanzar en una planificación urbana con criterios de diseño universal.
– La Corporación Ciudad Accesible nació en el año 2000. ¿Qué logros se pueden contar? ¿Hay contactos, por ejemplo, con la Fundación Teletón?
– Nuestro énfasis ha estado en la generación de manuales y difusión de contenidos para ser utilizados por parte de organismos del Estado, particulares y empresas. La última edición digital de la norma de accesibilidad universal dibujada lleva más de mil descargas en pocas semanas, demostrando la necesidad de recursos de información actualizados. Presentamos el proyecto de ley sobre el uso exclusivo de los estacionamientos para personas con discapacidad y sus requisitos de uso con credencial. Esta ley se promulgó finalmente el año 2003 y permitió regular el uso de estos espacios. A partir de ello realizamos un intenso trabajo con empresas para que estos espacios se diseñaran según la dimensiones, demarcaciones y conexión que se requieren.
Publicamos y difundimos permanentemente casos concretos en los cuales realizamos un diagnóstico, se presentan las posibles soluciones y se comunica a las entidades o municipios para evaluar las reparaciones. Un área de la corporación realiza diagnósticos, talleres o charlas a entidades que lo solicitan donde hemos capacitado a miles de personas en temas de accesibilidad universal a la infraestructura y servicios. Revisamos las propuestas a leyes y normas participando en mesas de trabajo para verificar que la variable de la accesibilidad universal esté presente como base en todos los reglamentos.