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Alza de la tarifa eléctrica golpearía con mayor fuerza a la micro y pequeña empresa

Mientras se proyecta un alza generalizada, Gobierno explora mecanismos para afrontar adverso panorama.

El “Informe Técnico Preliminar de Fijación de Precios de Nudo Promedio”, correspondiente al primer semestre del 2023, contempla alzas para todos los clientes, pero en especial quienes tienen un mayor consumo. Según los datos extraídos del estudio, quienes tengan un consumo mensual superior a los 500 kWh, lo que correspondería a un 8% de los clientes, podrían experimentar alzas en sus cuentas de casi el 50%

Según la Comisión Nacional de Energía (CNE), la mayoría de clientes consume menos de 500 kWh mensuales (92%), los cuales están protegidos por la ley de de precios (Ley MPC).

“El informe preliminar que presentó la CNE, efectivamente proyecta alzas significativas en las cuentas de la luz, especialmente en los altos consumos. Sin embargo, hasta que el Ministerio de Energía no dicte un nuevo decreto, las cuentas de la luz no subirán. Es por esto, que como Ministerio y Gobierno estamos comprometidos en generar mecanismos regulatorios, que nos permitan hacernos cargos de esta situación. Para esto, nuestro Ministerio está trabajando junto al Senado para implementar mecanismos focalizados a la protección tarifaria, que nos permitan llegar a los clientes más vulnerables y que estas situaciones no les afecten directamente”, declaró la de Energía de la Región del Biobío, Daniela Espinoza.

Preocupación en el mundo MiPyme

Para el presidente de la CPC Biobío, Álvaro Ananías, los grupos más afectados por las alzas, serán sin duda, los que se encuentran en el tercer tramo de consumo y que alcanza los 500 kW/h por mes, donde se incluyen los clientes regulados como las pymes.

“Vemos con preocupación el impacto negativo que esto traería a este sector productivo de la región. Eventualmente un alza cercana al 70% en los costos de la electricidad seria trágico para las pequeñas y medianas empresas de servicios y de productos, como metalmecánicas por ejemplo, que no alcanzan a ser clientes libres”.

Ananías llamó al Ministerio de Energía para buscar alternativas que permitan apoyar las empresas pequeñas y medianas como por ejemplo  ingresar un proyecto de ley que permita bajar el límite de la potencia conectada, que hoy es de 500 kw, o ingresar la consulta al Tribunal de Defensa de Libre Competencia para reducirlo y así las pymes puedan optar a ser clientes libres. 

“Esta fórmula le permitiría a las empresas renegociar el precio de la energía, lo que se traduciría en un ahorro cercano al 30%. También ante estas alzas, consideramos muy importante que como región empujemos a las autoridades a trabajar en el desarrollo de proyectos que permitan mejorar la capacidad de transmisión de energía solar desde el norte al sur del país y también apoyar aquellos proyectos en base a energía eólica en el Biobío, de tal de amortiguar en alguna medida los efectos en el precio de la energía”.

Mirada técnica

Todas estas señales que emanan desde la CNE y el propio Ministerio, dicen relación con que vendrán alzas, no sólo acotadas, sino a todo nivel, es decir, para clientes regulados y libres, advirtió el ingeniero eléctrico y experto en temas tarifarios de la Universidad de Concepción, Claudio Roa.

“Esto parte con la fijación tarifaria que viene atrasada, porque debió ser iniciada el 1 de enero, de ahí que algunos dicen que esta alza se produce por un atraso administrativo. 

Este decreto, con suerte, saldrá en enero de 2024 y va a ser con efecto retroactivo, lo que significa que pagaremos el 2023 en cómodas cuotas. Bueno, y esta alza se produce por la aplicación de la estabilización de precios (PEC2), cuando la modulación de las tarifas se hace mucho más fuerte: IPC más un porcentaje de contribución a este mecanismo de estabilización de precios”.

Roa recordó que las tarifas se “congelaron” a fines de 2019, quedaron planas por un año en pesos, y luego se incrementó levemente. Pero el problema, dijo, es que el contrato con la distribuidora siguió siendo el mismo, lo que provocó un escenario en el que las tarifas teóricamente debieron ir subiendo producto del valor del dólar y combustibles externos, a partir primero de la pandemia y luego guerra de Ucrania, por lo que la subió mucho, extinguiéndose el primer mecanismo de estabilización el llamado PEC 1. Esto dio paso al citado PEC 2. 

“Es un mecanismo un tanto mejor que el anterior operando en similares condiciones: tarifas meridianamente congeladas, en rigor con tendencia al crecimiento porque sigue al IPC, pero con una deuda del precio real que pagamos que sigue alta”.

Ahora bien, el académico advirtió que esta primera alza golpeará a la micro y pequeña empresa con mayor fuerza, puesto que sobrepasar los 500 Kw/hora mensual no es algo tan lejano, por ejemplo, para un almacén que posea congeladores y refrigeradores.