El ingreso laboral promedio de la población ocupada en la Región del Biobío durante el año pasado fue de $663.413 neto mensual (ingreso bruto menos los descuentos por previsión y salud). En tanto, el ingreso mediano -el que recibe una persona representativa de la mitad de la población- llegó a $495.181 al mes, es decir, el 50% de quienes trabajaron en la región en 2022 percibió ingresos menores o iguales a ese monto.
Así se desprende de la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) 2022, publicada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), y que fue aplicada en el trimestre octubre-diciembre del año pasado, con el objetivo de caracterizar los ingresos laborales de las personas ocupadas, a nivel nacional y regional.
Marcelo Gutiérrez Delgado, académico de programas Advance de la Universidad San Sebastián, afirmó que, bajo una conceptualización de ingresos dignos, obviamente el monto de $500.000 o menos es insuficiente, dado el creciente aumento en el costo de vida, el costo de los servicios esenciales para cada ciudadano (incluyendo transporte, salud y recreación); es muy complejo cubrir todos los frentes con un ingreso inferior al monto indicado.
Añadió que, si bien la región presenta un ingreso promedio mayor, explicado por el alto costo de vida en la misma (segunda o tercera ciudad más cara de Chile para vivir), es muy por debajo para cumplir la definición de «digno», aun cuando también hay factores implícitos tales como el nivel de educación de la población y la oferta laboral existente.
A su vez, Cristián Muñoz, académico de Ingeniería Comercial de la Universidad del Bío Bío, señaló que hay que considerar el incremento de la productividad, porque personas generando un mayor valor agregado tienen derecho a pedir una mejor remuneración. “Si la función que realizan no es mucho el valor, cuesta crear condiciones para que puedan ser mejorados. Se puede por ley pretender reajustar el sueldo, pero si no hay plena productividad, eso es pan para hoy y hambre para mañana, porque esos trabajos no lo rendirán y alguien deberá pagar el diferencial”, expuso es ex seremi de Hacienda.
Hombres versus mujeres
El informe del INE señala, además, que en 2022 los ingresos medio y mediano de los hombres se ubicaron en $745.008 y $522.708 respectivamente, mientras que en las mujeres estos alcanzaron los $556.067 y $416.176 en cada caso. Lo anterior implicó una brecha de -25,4% en el ingreso medio en desmedro de las mujeres.
Gutiérrez indicó que, para lograr una igualdad de ingresos entre hombres y mujeres, más que un cambio cultural se requiere uno de paradigmas, tales como la productividad (sus metodologías de medición), el nivel educacional alcanzado y, no menos importante, la disponibilidad laboral, más aún en tiempos de exigencia productiva y eficiencia en resultados. Ergo, un cambio de paradigmas va de la mano con cambios culturales, oportunidades y ofertas adecuadas y consistentes con el dinamismo actual de las economías.
En tanto, Muñoz añadió que indudablemente queda una brecha en avanzar, que para igual nivel de tareas la remuneración sea equiparable, donde el tema de la productividad es avanzar en que las mujeres cuenten con todos los argumentos para mejorar las condiciones.
Más datos
Las personas que trabajaron en la categoría Empleadores, equivalentes al 3,1% del total de personas ocupadas, obtuvieron montos mensuales de $1.284.315 en el ingreso medio y $804.166 en el ingreso mediano. El porcentaje más alto de la población ocupada en 2022 correspondió a la categoría Asalariados privados, quienes recibieron un ingreso medio mensual de $683.679 y un ingreso mediano de $500.000.
Por nivel educativo, la categoría Postgrado representó al 5,1% del total de personas ocupadas, con montos mensuales de $1.644.363 en el ingreso medio y $1.417.375 en el ingreso mediano. En tanto, el porcentaje más alto de personas ocupadas fue en la categoría Educación secundaria, quienes obtuvieron ingresos medio y mediano de $453.513 y $412.135, respectivamente.
Con todos estos datos, el académico de la U. San Sebastián dijo que si bien es cierto los factores que afectan el ingreso son multidimensionales, hay aspectos socioculturales de la hegemonía profesional del mercado que dictan la pauta, en particular lo referido a la valoración propia del trabajo. “En otras palabras, valorizar correctamente el valor del trabajo, siendo este el pilar de cualquier fórmula económica de precios. Entonces, se debe colocar foco en la profesionalización o especialización del factor productivo, y con ello se conciliará un precio por el trabajo en razón al impacto del mismo en la industria”, apreció.
Mientras que Muñoz sumó que el aumento de los ingresos pasa por mayores competencias y habilidades. “Un dato del informe es que personas con mayor formación tienen mejores ingresos. Ahí es donde es necesario establecer políticas de Estado para que la productividad pueda ser mejorada a través de las capacitaciones, crear habilidades superiores a las que hoy poseen para que el ingreso suba. No basta que por ley se aumente el sueldo, porque al final sino no hay una contraparte en productividad no será sostenible”, cerró.