Durante el último año, China ha mantenido su posición como el principal país de origen de importaciones, generando un flujo comercial de US$26.413 millones, que representa un notable 25,3% del total. Este enorme intercambio comercial, que crece anualmente, genera un sinfín de oportunidades de negocios para empresas y emprendedores que buscan importar materias primas o productos, ya sea para desarrollar nuevas líneas de negocios, generar ahorros o diversificar su actual oferta de productos.
Según Rafael Pérez, fundador junto a Enrique de Petris de Azimuthzero, importar desde Asia no está reservado únicamente para las grandes empresas con disponibilidad de capital. «Para una empresa, sin importar su tamaño, hay al menos dos oportunidades significativas al comprar en Asia: ahorro y disponibilidad de productos. Sin embargo, para hablar directamente con fabricantes y capturar el potencial de ahorro en costos necesitamos adaptar nuestros requerimientos para tener una mirada más industrial, y planificar el abastecimiento con un horizonte mayor de tiempo», explicó.
Indicó que muchas fábricas imponen mínimos de compra, lo que a veces limita la participación de pequeñas empresas. «No existe una regla fija, varía según la industria, por lo que es necesario evaluar cada caso individualmente. En una misma industria, se encuentran proveedores de diferentes escalas, algunos exigen grandes volúmenes para ofrecer mejores precios, mientras que otros operan con un enfoque más flexible. Por lo tanto, el desafío está en elegir el proveedor que mejor se ajuste a las necesidades», advirtió el ejecutivo.
En ese sentido, afirmó que la idea es contar con un socio estratégico para empresas que buscan expandir sus operaciones de importaciones desde Asia. Por eso la idea de Azimuthzero esa ayudar a las empresas a encontrar proveedores, realizar auditorías y asegurar la calidad de los productos antes de exportarlos.
Con oficinas en China e India, Azimuthzero puede dar respuesta oportuna a las distintas necesidades de sus clientes. El modelo de negocios establece una tarifa variable según los servicios requeridos y el volumen de compras, lo que permite desde pymes a grandes empresas transformar los costos fijos asociados con la inversión en oficinas propias en Asia en costos variables. Este modelo se presenta como una opción atractiva para empresas que deseen un enfoque externalizado para sus operaciones de abastecimiento.