Encuesta de Expectativas Económicas del BCCh destaca que se espera nueva baja de la TPM este 2023.
Según se desprende de la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central, el mercado realizó un nuevo recorte en las expectativas de inflación para este año, y mantuvieron la de 2024. La consulta además estableció que se espera una mayor baja de tasas por parte del instituto emisor hacia fin de año. Para agosto, los agentes consulados esperan un IPC de 0,3%, cifra que se ubica levemente sobre las expectativas del mes previo, y esperan un avance de 0,4% en septiembre. De acá a fin de año estiman que la inflación se moderará a 4,1%, por debajo del 4,2% que esperaban en julio.
Para fines de 2024 el mercado espera que la inflación se modere a un 3%, en línea con lo que estima el Banco Central.
Así, las cifras publicadas por el Banco Central muestran que el mercado sigue esperando una estabilización de los precios tras un periodo de inflación elevada.
Se espera que para el primer trimestre de 2024, los índices inflacionarios se sitúen dentro de la meta establecida por el Banco Central. Aunque en el corto plazo (próximo mes o siguiente) se prevé una inflación ligeramente superior, a largo plazo se proyecta una convergencia.
Para el director ejecutivo del CIES-UDD, Víctor Martínez, éstos datos indican expectativas de convergencia hacia una inflación anual aproximada del 4% para fin de año, lo que sugiere margen para seguir ajustando la Tasa de Política Monetaria (TPM). De hecho, se proyecta que en cinco meses, esta tasa se sitúe en un 7%.
“Como siempre, estas proyecciones están sujetas a factores internos y externos. Sin embargo, hacia fin de año, los riesgos más significativos podrían provenir de factores externos, como un marcado incremento en los precios de los combustibles o cualquier otro evento que impacte la inflación. Aunque a estos eventos se les asigna una baja probabilidad”.
Cautela frente a eventual baja en la TPM
El economista de la UdeC, Claudio Parés, dijo que, efectivamente, la baja de la TPM de fines de julio fue algo sorpresiva para el mercado al ser algo más agresiva de lo esperado. Y es que, después de haber mantenido la tasa en junio (cuando se apostaba por una baja) parecía que el Banco mantendría un camino suave de recuperación, sostuvo.
Entonces, agregó Parés, esta bajada viene a confirmar que los planes de alcanzar una inflación de 4% a fines de año son cada vez más razonables y creíbles y da luces para pensar en una reactivación que comience antes de lo previsto.
“Lamentablemente, los efectos de la política monetaria suelen tardar entre cinco y seis meses, por lo que todavía podrían ocurrir imprevistos que modifiquen el impacto que esperamos tenga esta medida. En particular, al ver que otros bancos centrales han comenzado a subir sus tasas, podríamos ver que el precio del dólar comience a subir y vuelva a instalar presiones inflacionarias, por lo que yo sería cauto en cuanto a futuras bajas en la TPM. Creo que seguirá bajando, pero no creo que los cambios vayan a seguir siendo tan drásticos”.
De todas maneras, proyectó optimista el economista de la UdeC, Claudio Parés, el Banco Central de Chile ha demostrado estar dispuesto a usar una serie de instrumentos adicionales y a mantener la flexibilidad necesaria para enfrentar situaciones que debiliten al peso, por lo que tiene espacio, dijo, para seguir manteniendo la credibilidad y estabilidad en el manejo monetario chileno.