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El director del Centro de Ciencias Ambientales Eula Chile, Ricardo Barra, ejemplificó con el implementado en Ñuble, que, tras diez años de vigencia, aun no permite salir de la zona de saturación por material particulado fino.
El doctor en Ciencias Ambientales y director del Centro Eula- Chile de la Universidad de Concepción, Ricardo Barra, conversó con www.trade-news.cl para abordar las grandes temáticas como son la gestión del agua, el control de la contaminación atmosférica, las acciones para combatir los efectos del cambio climático global. También, ahondó en el impacto que causó en el prestigioso centro que dirige, que cumple 32 años de existencia, la reciente formulación de cargos gravísimos por parte de la Superintendencia del Medio Ambiente.
-A un año de las modificaciones que resultaron en un nuevo Código de Aguas en Chile ¿Cuál es su balance al respecto?
-Han surgido cosas muy interesantes como el derecho humano de acceso al agua, lo que se estableció como prioritario, poniendo a Chile al día de un derecho consagrado a nivel internacional en 2010. Esto significa que, en ciertos casos, la autoridad puede restringir derechos de aprovechamiento de otros usuarios en beneficio del consumo humano. Esto es, indudablemente, un avance. Sin embargo, sigue existiendo el derecho al recurso hídrico como un bien de uso económico. Ahora viene el proceso constitucional que abre la posibilidad de mejorar este punto, porque en el actual Código de Aguas se sigue viendo al recurso como un bien productivo, en desmedro de la arista ambiental, en el sentido de verlo como un bien que debemos conservar. Creo que ahí yace una de las dificultades en la gestión del uso del agua.
Lo otro interesante, que sí está operando hoy, es la gestión integrada de cuencas hidrográficas, lo que conlleva que por primera vez se comienza a instalar un uso razonable del agua en un territorio acotado que es la cuenca. Eso es un avance importante, el actual gobierno tiene un plan y espero que comience a desarrollarse a una velocidad mayor de lo visto hasta ahora, ya que la crisis climática marcada acá por la sequía, ya nos está llevando a situaciones bastante dramáticas en la gestión y uso del agua.
– ¿Cuál es su análisis de cómo ha ido operando el Plan de Prevención y Descontaminación del Concepción Metropolitano (PPDA) en su afán último de mejorar la calidad del aire en las diez comunas donde se aplica?
-Se debe entender el carácter de gradualidad en la implementación de medidas. Están las obligaciones para el sector privado que hay que decirlo, son responsables del 40% de las emisiones totales, el restante 60% corresponde a la quema de biomasa para calefacción domiciliaria, y aquí hablamos del material particulado fino de 2,5 micrones y que es el agente contaminante que nos tiene en una situación de zona saturada que obligó a instalar este PPDA. Pienso que el sector productivo ha estado a la altura, aun cuando existen empresas que están atrasadas en el cumplimiento de sus obligaciones, y me imagino que tendrá que haber negociaciones entre éstas y la autoridad para ver cómo salen de ese escenario.
Pero por otro lado estamos enfrentando un escenario bastante complejo, que es el tema de los recambios de los calefactores, una de las medidas estrella del PPDA pero que está encontrando una barrera en la disponibilidad del combustible, que es el pellet, con problemas tanto de suministro como de precio. Por eso entiendo que la autoridad está replanteándose este punto del recambio tecnológico de las estufas de combustión lenta, porque se observa que el actual escenario es una limitante para lograr el fin último que es el reemplazo de tecnología para calefacción por opciones más limpias. A esto se suma que, con los incendios forestales, se quema además el material, lo que en la proyección supone que irá disminuyendo la disponibilidad de biomasa. Por eso, es positivo que la autoridad este viendo otras opciones.
– ¿Y cómo evalúa otros planes instalados con anterioridad, como el de Chillán y Chillán Viejo que cumple ya diez años?
-En general la evaluación no ha sido muy positiva, en el sentido que, pese a todas las medidas, esto no se ha traducido en mejoras visibles de calidad del aire y que permita salir del estado de saturación. Y esto, indudablemente, es un problema, porque las medidas que consideran estos planes son las que el Ministerio del Medio Ambiente puede regular, fiscalizar, pero que son insuficientes para la magnitud del problema y la dimensión que está adquiriendo la contaminación atmosférica en todo el centro sur de Chile. Esto obliga a un remirada y ver, por ejemplo, cómo hacer más asequibles fuentes de calefacción más limpias, pero a la vez más baratas, y desincentivar así el uso de la leña que hasta ahora es un combustible más económico. Pero como dije, el reemplazo por pellet está viéndose afectado por otro problema derivado del cambio climático, que es la ocurrencia cada vez mayor de incendios forestales y la quema de gran cantidad de biomasa forestal durante verano. Y este punto no es menor, ya que la Gestión de Episodios Críticos de los PPDA se implementan entre abril y septiembre, porque se considera que la causa de la contaminación atmosférica ocurre fundamentalmente por la quema de leña para calefacción. Pero ahora vemos emergencia ambiental producto de los incendios forestales. Todos vimos en Concepción días en verano cuando la calidad del aire era pésima, lo que llama a revisar la posibilidad de poder gestionar episodios críticos más allá de lo que establece hoy el PPDA.
-A propósito de estos temas que están cruzados por el cambio climático global. ¿Cuál es su balance de lo que se ha hecho a nivel de Estado para tratar de frenar su avance y combatir sus efectos?
-Chile ya tiene una Ley de Cambio Climático que nos está moviendo en varias direcciones, como ejemplo, la propia gestión de cuencas hidrográficas. Esto obligará también que las administraciones municipales se involucren también en la adopción de medidas para combatir el cambio climático. Ya en el verano vimos un rol activo de estas instancias y es necesario reforzar y continuar con este propósito de combate al cambio climático, lo que fuerza a un rol del Estado mucho más coordinado de lo visto hasta ahora. Tenemos un Estado que aun maneja los problemas en forma bastante aislada. Esto lo hemos visto con el manejo post incendios. Porque claro, vemos reconstrucción de vivienda, pero con ausencia de medidas concretas que vayan dirigidas a controlar y aminorar la ocurrencia de estas catástrofes. Veo pocas acciones en este sentido, y es un escenario que obliga la participación del Gobierno central, pero también del regional, para ir trabajando en forma conjunta con la academia para instalar medidas que permitan evitar futuros incendios, que nos impacta a todos.
La Superintendencia del Medioambiente formuló cargos gravísimos contra laboratorios del centro Eula. ¿Cómo se explica eso y que significó en lo interno para el propio centro que usted dirige?
Lo que vivimos fue bastante difícil. El tratar de entender la razón que llevó a la SMA a la formulación de cargo. También nos vimos sorprendidos como centro, pero la verdad sostenemos y sostengo que tenemos la razón técnica. El problema de fondo es que se nos dice que informamos de parámetros que no estamos autorizados de hacerlo. Y nos ponen dos ejemplos de 2020 que informamos nitrógeno y nitrato y nosotros no tenemos autorización de hacer esos informes. Pero nosotros tenemos acreditado el nitrato, sin hacer el nitrato, uno no puede informar del nitrógeno de nitrato. Estamos en un proceso de respuesta ante la SMA, y esperamos poder superar esta controversia de carácter técnica que tenemos con esta importante repartición estatal.
Por otro lado, la propia SMA ha hecho a través del tiempo evaluaciones de desempeño de nuestros laboratorios, y ha cumplido de forma más que satisfactoria las demandas que la SMA nos ha hecho.
Actualmente, el Eula sigue trabajando normalmente, aun cuando sabemos que esto nos afecta nuestra imagen, pero estamos tranquilos porque sostenemos que nos asiste la razón técnica.
