- La región del Biobío ha sufrido dos 27/F. El de terremoto y el maremoto de 2010 y los incendios de este verano y esto amerita un plan especial de inversiones y en materia de seguridad, un “Plan Marshall”, dice el economista de la UDD.
De vuelta en la academia como profesor e investigador del CIES (Centro de Investigación de Empresa y Sociedad de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo, el ex ministro de la Segpres, desmenuzó el escenario nacional e internacional y la realidad regional, con www.trade-news.cl. Eso, después del desayuno “Perspectivas económicas 2023: año clave para Chile”, que se realizó en la sede de la casa de estudios en Concepción y en el que participaron líderes empresariales y regionales del Biobío.
Larroulet sostuvo que en materia económica estamos en un mundo con un altísimo nivel de incertidumbre y una de sus explicaciones es la geopolítica. “El conflicto China- Estados Unidos, la guerra en Ucrania, donde el comportamiento de Rusia hace que en todos los mercados haya mayor inseguridad no es favorable para el desarrollo y el potencial del país y el de la región del Biobío. Esta es una región fuertemente orientada hacia el comercio internacional, hacia el mundo del Asia Pacífico donde China es un socio muy relevante”, precisó en conversación con nuestro medio.
Una segunda incertidumbre es la derivada del ajuste macroeconómico producto de la inflación que afecta hoy a las principales economías del mundo y estamos en la mitad de ese proceso y justo en este momento viene, además, la crisis bancaria, cuyo origen es precisamente, el ajuste monetario debido a alzas muy importantes en las tasas de interés que sorprendió a muchas instituciones bancarias descalzadas entre sus activos y pasivos. Estas alzas han llevado a que el precio, en especial de los bonos, en los cuáles muchas de estas instituciones han estado invirtiendo se haya desvalorizado sustantivamente, porque cuando más sube la tasa de interés más cae el precio de estos activos.
¿Esta situación podría escalar a nuestro sistema financiero?
Estamos viviendo una situación que partió hace pocos días, que ha afectado a bancos relevantes en Estados Unidos y en Europa, pero nadie puede descartar que esto pueda continuar. Afortunadamente, los bancos centrales de Estados Unidos y Europa han respondido y garantizado la liquidez que las instituciones requieran, pero igual estamos en medio de este proceso.
Los países para crecer necesitan dos motores, el nacional y el internacional y este año el motor internacional no nos está ayudando y el nacional, también tiene que hacer un ajuste de inflación, pero además tenemos una situación de incertidumbre por razones políticas (la nueva constitución, reforma tributaria y de pensiones), que no ayudan a que el motor nacional tenga fuerza para sacar adelante la economía y por eso este va a ser un año de contracción.
Pero será mejor que el 2022 donde el PIB nacional creció un 2,4%
Mejor que el 22, no. Es muy probable que tengamos una contracción de -0.5% y, en el mejor de los casos vamos a tener una situación de no crecimiento, en torno a eso 0.0% este 2023. La buena noticia es que eso está asociado al control de la inflación y hay que tener confianza en que el Banco Central está haciendo su trabajo y estimo que hacia fines de año debiera estar en torno a 5.0% anual y vamos a tener un respiro y creo que ya hacia la segunda mitad del año el Banco Central va a empezar a bajar las tasas de interés y en consecuencia vamos a empezar a salir de este problema muy complejo que estamos viviendo este 2023.
Respecto a las incertidumbres que menciona como la reforma de pensiones o la tributaria deberían despejarse este año. Se percibe una intención de diálogo, de llegar a acuerdos en el mundo político de que ese es el camino para avanzar.
Así es. La buena noticia también es que estas reformas, que no eran buenas para el crecimiento, la inversión ni el ahorro, se rechazaron. Pero creo que la mayor apertura del gobierno, el llamado al diálogo son buenas noticias. Sin embargo, hay que tener presente que para hacer buenas reformas se requieren buenos acuerdos. Y de nuevo, como este contexto internacional no va a cambiar radicalmente hay que poner todo el esfuerzo en el motor doméstico del avión.
Y dónde a su juicio deberían estar puestos los énfasis en la reforma tributaria?
El mayor énfasis hay que ponerlo donde haya más inversión y, por lo tanto, no podemos estar, como viene propuesto en la reforma tributaria, gravando el ahorro y la inversión. Al revés, tiene que ser por un monto menor de recursos y tiene que ser, además, eliminando los impuestos que gravan el ahorro y la inversión y con un componente de esfuerzo de menor gasto y mayor eficiencia por parte del Estado.
¿En materia de pensiones dónde diría que están los nudos hoy?
La reforma de pensiones requiere de un acuerdo en donde aumentemos la cotización, pero moderadamente porque tenemos una Pensión Garantizada Universal que ya resuelve de forma importante el tema especialmente para los sectores más vulnerables, y debe tener un principio clave que los chilenos ya lo marcaron el 4 de septiembre y es el poder elegir donde van a ir sus ahorros. Un tercer elemento clave de la reforma previsional es que esto no signifique estatizar el sistema. La gente quiere que haya una administradora estatal, pero que también haya privadas. Que uno escoja. Si esos principios se mantienen, se corrigen y se introducen en el proyecto creo que es probable que podamos tener un acuerdo en esas dos materias que son muy importantes.
¿Cómo ve el escenario económico en la Región del Biobío?
Hay que estar conscientes de que la región ha tenido dos 27/F. Biobío fue la región que más sufrió con el terremoto y el maremoto de 2010 y ahora, también en febrero, sufriendo los efectos de los incendios que dañaron en forma significativa a una de las fuentes de mayores oportunidades que tiene la región que es el sector forestal. Y a eso hay que sumarle el grave problema de inseguridad en especial en la provincia de Arauco, que hace que la gente no invierta, que los capitales se vayan. Esta es una tarea del gobierno central, que creo amerita un plan especial de inversiones para hacer un esfuerzo en materia de seguridad. Creo que esta región requiere de un “Plan Marshall”.
¿Cree que la idea de que las compañías tributen en las regiones es una alternativa para elevar el nivel de inversión?
Esa va a ser una discusión demasiado larga y por lo tanto tardía. La situación de la región lleva a hacer un tratamiento más de corto plazo. Esa fue la gracia del Plan Marshall. Y aquí lo que hay que hacer, por ejemplo, es hacer un plan especial de forestación, las zonas y los productores dañados son en un gran porcentaje, pequeños y medianos propietarios y aquí está la cadena entera de valor de la industria forestal está afectada. Hay que hacer un plan como el que tiene el Indap y Conaf para poder sacar adelante al sector silvícola.
Mencionaba el tema de la seguridad en la región. ¿Ahí, por dónde ve usted una salida?
En materia de seguridad hay que hacer un plan especial de obras de infraestructura, caminos, puentes, riego, e incorporar a las zonas más vulnerables de la región apoyado por una acción más significativa de seguridad, lo que involucra al poder judicial, la fiscalía, a las instituciones de orden y seguridad que son fundamentales y para eso hay que dotar de más recursos por parte del gobierno central e involucrar a la sociedad civil. Creo que esta es una especie de gran toma de conciencia, una gran alianza público- privada para sacar adelante este tema. Tiene que haber una mirada estratégica junto con una mayor descentralización hacia el gobierno regional, que es el que tiene la capacidad para organizar esto y en consecuencia, los recursos de este “plan especial” debían ir al gobierno regional, porque sabe que no basta solamente con hacer un camino, sino que se requiere la logística completa.
El sector pesquero es muy relevante en el Biobío y hoy se encuentra nuevamente ante a la incertidumbre de una nueva Ley de Pesca. ¿Cuál es su visión al respecto?
La legislación vigente ha permitido la recuperación de pesquerías que estaban colapsadas y hoy el total de las pesquerías se han recuperado en un 90%. Eso es un potencial que hay que cuidar e indica que el diseño del cuidado de los recursos está funcionando muy bien. Hay una buena regulación y eso hay que considerarlo.