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Arquitecto y psicóloga entregan algunas claves que se deben atender en este nueva e importante etapa.
Según datos oficiales de la Conaf, la superficie dañada por los incendios forestales a la fecha en Chile suma 440.790 hectáreas, un 294% más que la temporada anterior y un 584% más que el promedio del último quinquenio. (Datos actualizados hasta el cierre de esta edición).
Las cifras que dan cuenta de la complicada y devastadora temporada de incendios forestales que, lamentablemente, han cobrado 25 víctimas fatales y cuantiosos daños materiales que obligan a proyectar la reconstrucción, pero no sólo material, sino también psicológica.
El director de la Escuela de Arquitectura de a UDD, Miguel Nazar, sostuvo que hay varias dimensiones desde las cuales se debiera abordar la reconstrucción. Por una parte, hay un tema con el ordenamiento y planificación territorial en donde, efectivamente, está el desafío de si erradicar, o mantener a las comunidades en los lugares que, generalmente, están expuestos a este tipo de catástrofe. O se pueden establecer nuevos emplazamientos, relativamente cercanos, que dentro de la planificación resguarden o minimicen la exposición a incendios en este caso, planteó.
FORTALECER REDES
Por otra parte, añadió, es muy importante mantener las comunidades, la inteligencia social y las redes sociales que se arman en los distintos lugares que fueron afectados. Esto es, fortalecer las redes de apoyo y, en la proyección, establecer conceptos de participación ciudadana para poder definir criterios y fortalecer esas redes.
“Lo segundo, es algo siempre difícil de resolver: desde la vivienda de emergencia a la definitiva. En este caso, es la Senapred (ex Onemi) la que está a cargo de las viviendas de emergencia, pero cómo se proyecta en el tiempo la formalización de ésta a la definitiva es la pregunta. Ojalá regulando la propiedad de suelo en condiciones de ruralidad, pero también integrando algún tipo de medida respecto a posibles nuevos incendios, como lo que se hizo post 27/F en caleta Tumbes, por ejemplo, donde las unidades eran habitables en los segundos pisos, liberando el primero en caso de tsunamis. Entonces ahora, igual se hace fundamental que la vivienda definitiva sea pensada desde aquellos conceptos asociados a la catástrofe”.
Una tercera dimensión, dijo Nazar, tiene que ver también con la recuperación de equipamientos en términos de educación y salud, y cómo estas comunidades se reestablecen también desde esas operatividades que son requeridas y urgentes.
Otro aspecto más ligado a la ruralidad, se relaciona con la afectación a los sistemas económicos de familias, lo que también debe ser incorporado al proceso de reconstrucción, es decir, no sólo reestablecer los equipamientos y viviendas, sino también los sistemas económicos y sociales.
El profesional también destacó la reconstrucción psicológica y cultural, es decir, como educamos en la prevención de incendios forestales.
Reconstruir la salud mental
La docente de la Facultad de Psicología de la UDD, María Pía Gutiérrez, dijo respecto a la contingencia que vive el país con los incendios forestales, que más allá del daño físico y social, claramente, esto tiene un impacto en la salud mental, tanto de las personas que se han visto afectadas directa o indirectamente por el fuego, y que se han visto a la presión, al estrés que genera esta catástrofe en su vida cotidiana. Lo anterior, dijo, obliga a entender que no se trata de un fenómeno nuevo, más allá de su intensidad, se sabe que en esta época del año hay mayores factores que pueden provocar incendios forestales y que generan efectos traumáticos
“Lo primero a atender es que la confusión, el no saber cómo sentirnos frente a lo que está pasando, es un estado perfectamente válido y necesario de acoger, ya que es muy difícil tratar de hacerle frente a un fenómeno del cual no se tiene el control. En paralelo, hay mucha información que está dando vuelta, y uno se pregunta si fue o no intencional, lo que tiende a generar confusión, la que a su vez crea un estado de angustia y de estrés que muchas veces no es tan pronunciado, pero igualmente empieza a afectar nuestra salud mental por estos días”.
Eventos traumáticos
La también magíster en Psicología Clínica, mención Psicoterapia Integrativa de la Universidad Adolfo Ibáñez, dijo que frente a la amplia cobertura periodística, se aconseja que cada uno se cuide en la forma cómo consume esa información, de lo contrario es estar expuesto todo el tiempo a un exceso de noticias que no necesariamente ayudan a elaborar las emociones que se está experimentando producto de esto.
“Respecto a las personas que se ven afectadas directamente por la acción del fuego, nosotros como profesionales de la salud mental no vamos a intervenir directamente en un inicio. Lo importante es la seguridad personal y vital para quienes se están viendo expuestas en el presente. Luego, podremos intervenir viendo cómo se significan estos eventos tan traumáticos. Por lo tanto, lo primero que hacemos tiene que ver con lo que se llama los primeros auxilios psicológicos, es decir, asegurar la seguridad de los individuos afectados”.
La profesional agregó que para las personas que tienen familiares afectados, lo importante es planificar la ayuda según sea el caso. Es decir, si el individuo cree que ir a la zona afectada le causará angustia, mejor canalizar el auxilio de otra forma, lo mismo atender la exposición frente a la amplia información disponible.
“Ya sean afectados directamente o no, siempre es muy importante contar con la red de apoyo, poder tener con quién conversar esta situación, contar con la contención necesaria. No ver esto a la ligera como un evento recurrente, sino más bien procesarlo, de manera tal que esto no sea visto sólo como algo traumático, sino abordar las consecuencias que esto tiene, que obviamente no son sólo a nivel psicológico, sino también vital”.