El presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela, dijo que la catástrofe que los incendios tendrán en el mundo rural, con zonas donde los suelos productivos se tardarán en recuperar entre 6 y 10 años y comunas que serán despobladas por la destrucción, es un impacto del cual nadie habla.
«Hay un tema social y a mí me gustaría escucharlo también por parte del gobierno, porque yo no lo he escuchado», comentó.
En relación al sector frutícola, advirtió que pasan muchas cosas. Se cortan caminos y la gente no puede llegar a las faenas de cosecha. El mismo humo en el ambiente… las personas no pueden ir a trabajar, condiciones en las que no se puede respirar. Fruta como el arándano es muy perecible y si no se cosecha a tiempo se pudre. Ya llevábamos dos temporadas muy malas por el tema logístico, en general, porque la fruta no aguantaba entre la cosecha y el arribo a destino… ya una tercera temporada compleja para la zona sería un golpe bastante duro.Señala que la fruticultura no son solo los grandes productores. “El 85% de los fruticultores somos medianos y pequeños, con gente que vive absolutamente de 10 hectáreas de arándano, y si no cosecha a tiempo o se le quema una parte… una fruta con humo no se va a exportar hoy día en una condición de aroma y sabor, se hace imposible de comercializar. Esto que no se habla es lo que nos está tocando a nosotros ver y vivir, y es muy duro lo que está pasando”.
En relación con la recuperación de la fruticultura en la zona, señala que volver a utilizar suelos que se hayan quemado es muy poco probable, “pierden efectividad natural, pierden toda condición biológica de microorganismos… son suelos que se degradan, y demandará mucho tiempo que puedan volver a ser suelos agrícolas. Cuánto se demore va a depender del tipo de suelo. Los trumaos que son de muy buenas características frutícolas, y pueden demorar desde dos hasta cinco para volver a ser productivos. Además, cualquier plantación de fruta se demora entre tres y cinco años para entrar en producción comercial. Son entre seis y diez años perdidos, por lo menos”.
Agrega que, “nosotros en Fedefruta que hemos estado trabajando mucho tiempo en Ñuble, hemos estado apoyando en los últimos años a pequeños productores a tecnificar los riegos, en parte a paneles solares, para aprovechar la energía, tratar de ser lo más economía circular y lo más sustentable posible, y todo eso se quemó
Impacto en el ecosistema
La zona de Ñuble y Biobío, y en el mundo rural en general, todos los pequeños y medianos productores están vinculados con los grandes, porque le prestan servicios, les venden fruta. El señor que tiene el cambio y lleva la fruta a los packings, además es productor de una o dos hectáreas, todo ese mundo rural se ve claramente afectado, y la gente se va. Ya lo vimos el 2017 con los incendios en la Región de O'Higgins, cuando la gente se movió, se tuvo que ir, y zonas se despoblaron. “Entonces hay un tema social y a mí me gustaría escucharlo también por parte del gobierno, porque yo no lo he escuchado”, dijo.
Todos estamos hoy con el traje de bombero apagando el incendio, pero sí debería poner adelante (el gobierno) qué planes de desarrollo van a hacer, señala. “Hay villas que se han quemado, hay comunas que se van a ir despoblando, porque recuperar esto en seis o diez años… mejor las personas se van de sus tierras. Allí hay un tema que deberíamos empezar a conversar. Entiendo que hay que ser prudentes, pero una vez que se terminan estos incendios, a todo el mundo se le olvida estas cosas. No nos olvidemos del mundo rural”.
Regulación a las forestales
En relación con las afirmaciones del Gobierno sobre un “nuevo acuerdo” con el sector forestal, Jorge Valenzuela, planteó que primero, hay que ser prudentes y apagar el incendio.
“Hoy en día estamos en una condición de cambio climático que es una realidad. Hemos tenido olas de calor que, de hecho, sabíamos que iban a venir. Creo que hubo muy poca prevención e inversión en todo el aparataje de control de incendios, desde Conaf y todo ese mundo que funciona en esto. Si se sabía, por qué no había tres, cuatro aviones, una brigada aérea con los recursos, con los pilotos, con los equipos, con los mecánicos, con todo… porque esto es una realidad”.
Finalmente, señala que “desde 2017 a la fecha esto (los incendios) no ha cambiado, por el contrario, ha aumentado. Entonces creo que esto hablad de una nueva institucionalidad, un cambio importante, profundo, y cómo vamos a enfrentar el escenario de cambio climático que ya es una realidad. Esto que le pasó a Ñuble, mañana le va a pasar a Los Lagos, a Los Ríos, entonces hay que tener un nuevo sistema de control y gestión de los incendios. Tenemos mucho que aprender y mucho que invertir”, concluyó.