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Cordón de protección contra incendios protegerá a 2 mil vecinos de Biobío y Ñuble

  • Trabajo birregional entre Conaf Biobío y Ñuble, en coordinación con Corma, permitirá proteger a la población e infraestructura crítica entre las comunas de Cabrero y Yungay.

 

Cerca de cuarenta kilómetros tiene el «Corredor de protección contra incendios», construido entre las comunas de Cabrero y Yungay. Una Acción impulsada por la Gerencia de Protección contra Incendios Forestales de Conaf junto a la Corporación Chilena de la Madera – Corma. Este trabajo se realizó en coordinación con las direcciones regionales de la Corporación; el MOP, la Superintendencia de Electricidad y Combustibles y Onemi de ambas regiones, además de los municipios involucrados.

El objetivo de este trabajo, pionero a nivel país, es gestionar la vegetación de modo de establecer un corredor que permita frenar o disminuir la intensidad de avance de grandes incendios, así como también propender al aprendizaje en el trabajo conjunto y coordinado, de manera de replicar en otros sectores del país, con énfasis en zonas de alto riesgo y con alta carga y continuidad de vegetación cercana a población e infraestructura crítica.

En la construcción de este corredor, la Conaf de Ñuble y Biobío realizaron las coordinaciones y el acompañamiento técnico, en tanto las empresas forestales trabajaron en el despeje de cerca de 800 hectáreas (403 hectáreas en predios de CMPC y 380 hectáreas en predios de la empresa Arauco). Por su parte, Vialidad realizó la gestión de mantención en 12 kilómetros en el entorno de la ruta, y las empresas eléctricas ejecutaron la mantención de 24 kilómetros bajo tendido eléctrico.

Por ello es que las autoridades de ambas regiones visitaron las obras de finalización de la primera etapa de este trabajo, en el predio Primavera de CMPC, ubicado en el sector Campanario, en la comuna de Yungay, donde se expusieron los detalles de esta iniciativa, que forma parte de la preparación para enfrentar el período de mayor ocurrencia de incendios forestales.

En la oportunidad, la seremi de Gobierno de Ñuble, Valentina Pradenas, destacó la construcción de este corredor, “ya que beneficia a dos regiones, por lo tanto, es importante relevar el trabajo intersectorial que se está llevando a cabo en toda esta zona. Es un trabajo que no solo beneficia a la población en materia de prevención de incendios forestales, sino también a la biodiversidad”.

Población y la infraestructura

La franja tiene una extensión de treinta y seis kilómetros, desde Cabrero hasta el sector de Cholguán, en la comuna de Yungay. Dieciocho kilómetros corresponden al Biobío e igual número a Ñuble.

El director regional de Conaf Biobío, Rodrigo Jara, explicó que toda la labor de despeje de vegetación “ha permitido generar un buffer de protección en torno a la población cercana, así como también a infraestructura crítica, como la línea de transmisión eléctrica existente entre Yungay y Cabrero. Aquí el foco principal son las personas, de modo de que, si se genera un incendio forestal en el sector, este no les afecte”.

Asimismo, para el jefe del Departamento contra Incendios Forestales de Conaf Ñuble, Manuel Garrido, “esta amplia zona despejada permite tener una mejor oportunidad de control en caso de producirse un incendio forestal. Lo importante de destacar, en este sentido, es que podemos construir franjas de protección con anchos de más de quinientos metros, pero si se produce un incendio con condiciones complejas para su control”.

Para la directora del departamento de Protección del Bosque de Corma, Angeline Castillo, “este trabajo conjunto, con las diversas instituciones involucradas, nos ha permitido establecer estándares y formas de trabajo, donde hemos incorporado la prevención directa con las comunidades. En este sector, en particular, hay cuatro comunidades que dependen de este corredor, donde habitan más de dos mil personas, que también van a verse beneficiadas con esta franja en caso de que se genere un incendio”.

El director regional de Onemi Biobío, Alejandro Sandoval, sostuvo que este trabajo conjunto “es un excelente ejemplo de lo que es el espíritu de la política nacional de reducción de riesgo de desastres, en donde los diversos actores trabajan colaborativamente en disminuir los riesgos”.

De igual forma, su par en Ñuble, Gilda Gradón, destacó que el principal objetivo de este trabajo es proteger a la comunidad. “Esto implica obligaciones legales de mantenimiento de infraestructura crítica, como caminos y la infraestructura eléctrica, y también obligaciones relacionadas con el manejo del bosque. Por lo tanto, aquí es absolutamente destacable que existe una mirada común de cuáles son las prioridades de protección, que es la vida de las personas y sus bienes, y nuestra riqueza ambiental”, precisó.