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Pese a no tener piso político hoy, igualmente algunos congresistas insisten en al menos discutirlo frente al oscuro panorama económico. ¿Qué hacer entonces?
Pese a que se proyecta un cierre de año con una inflación que alcance hasta el 14%, el fantasma de una inminente recesión económica ha provocado que un grupo de parlamentarios haya reflotado la idea de los retiros previsionales, exhortando a sus pares y al propio Ejecutivo al menos discutir lo que se ha llamado proyecto de Sexto Retiro, que iría en ayuda de las familias que están siendo afectadas por el alto costo de la vida, y con miras a un 2023 marcado por una recesión económica.
Frente a esto, el Gobierno ya ha dicho que no es el camino para ir en ayuda de las personas, porque es justamente lo contrario, ya que una mayor liquidez acrecentaría el ciclo inflacionario, termina afectando el bolsillo de los que más lo necesitan, se ha dicho desde el Oficialismo.
En tanto, desde el Congreso han argüido que es inconstitucional, puesto que se pactó que no se podría legislar al respecto hasta abril de 2023.
“La verdad es que no hay espacio en la economía chilena para políticas expansivas. La única forma de mejorar la situación actual es mejorando la capacidad productiva puesto que estamos funcionando cerca del límite de nuestra capacidad. Por lo mismo, políticas expansivas como bajas de la TPM, aumentos demasiado agresivos en el gasto fiscal u otro retiro de fondos de las AFP solo generarán inflación”, respondió enfático al ser consultado por la idoneidad de un nuevo retiro el economista de la UdeC, Claudio Parés.
Su símil de la UDD,

Carlos Smith
, coincidió en que no hay espacio para un proyecto en esa línea, menos aún, dijo, cuando la inflación está comenzando a ceder con la consiguiente baja en las tasas de interés hacia marzo y abril de 2023.
“Mayor liquidez generaría mayores presiones inflacionarias, y ya sabemos lo que eso implica en detrimento del poder adquisitivo. Además, tenemos un mercado de ahorro muy deteriorado, presionando a las tasas. No queda más que abrocharse el cinturón, y desde el Estado focalizar mucho más el gasto. Hoy hay muchos más datos que antes y, por lo tanto, la focalización se hace esencial para generar las menores presiones inflacionarias posibles, e ir en ayuda de la gente que lo va a necesitar”.
Contracción de la producción
Desde el punto de vista económico sería una mala decisión, coincidió el investigador de la Facultad de Economía y Negocios de la Unab, Cristian Troncoso. Lo anterior, dijo, debido a que aún mantenemos cifras de inflación altas, aunque han comenzado a ceder en el último mes.
“Si esta tendencia continúa, entonces un 6to retiro implicaría retroceder en este avance y volver a experimentar tasas de inflación elevadas (o extender el periodo en el que la inflación se mantenga alta). Si a esto sumamos una contracción en la producción agregada, presiones sobre el gasto (como las que provocan los retiros) aparecen incluso más preocupantes que las vistas con los anteriores retiros. Considero que la política monetaria tendría un margen muy menor para poder frenar la inflación en una situación como esta, con un sexto retiro”, sentenció.
Consultado sobre qué medidas adoptar entonces para enfrentar los efectos de la recesión, Troncoso planteó la necesidad de medidas que impliquen fomento a la inversión productiva, y apoyo a las empresas son fundamentales para sobrellevar esta crisis. “Desde el punto de vista microeconómico, apoyo a empresas pequeñas en la forma de transferencias directas o subsidios focalizados, medidas que incentiven la contratación (empleo formal), y todas aquellas que apunten a una mejora en la productividad de las empresas son muy útiles. Respecto a esta última, actividades que permitan mejorar la productividad de empresas y personas, son fundamentales no solo para enfrentar de mejor manera esta crisis, sino que también para cimentar la base productiva del país hacia el futuro. Esto es sumamente relevante, puesto que podemos transformar esta crisis en una oportunidad para el país”, señaló.

Karin Bravo
Frente a esto último, es decir, cómo hacer frente de la mejor forma a la recesión económica que ya se siente y seguirá haciéndolo en 2023, la directora de Postgrados de la USS, Karin Bravo, reconoció que es complicado poder ofrecer soluciones generales que plantea la teoría económica, por ejemplo, procurar aumentar el ahorro, cuando la realidad hace que para las familias sea complicado hacerlo, expresó.
“Con un nivel de precios elevado, el ingreso disponible de las familias apenas es capaz de cubrir el gasto mensual, por lo que muchos consumidores deben ir sacrificando cantidad y calidad de bienes y servicios en estos periodos. Por tanto, cuando es factible realizar ahorro, para aquellas personas que sí tienen capacidad financiera para eso, la recomendación siempre será hacerlo, pero para la gran mayoría de la población, que no lo puede hacer, la sugerencia es que busque aplicar estrategias de planificación, por ejemplo, en el gasto de supermercado, colaciones de los niños, compra por volumen para obtener mejores precios, etc., y con ello hacer rendir algo más el presupuesto para pasar esta etapa”.